28 de mayo de 2021

Y buscaban cómo podían matarle

Mc 11, 11-25


"Jesús llegó a Jerusalén y fue al Templo; y después de observarlo todo, como ya era tarde, salió con los Doce hacia Betania.

Al día siguiente, cuando salieron de Betania, Jesús sintió hambre. Al divisar de lejos una higuera cubierta de hojas, se acercó para ver si encontraba algún fruto, pero no había más que hojas, porque no era la época de los higos. Dirigiéndose a la higuera, le dijo: 'Que nadie más coma de tus frutos'. Y sus discípulos lo oyeron.

Cuando llegaron a Jerusalén, Jesús entró en el Templo y comenzó a echar a los que vendían y compraban en él. Derribó las mesas de los cambistas y los puestos de los vendedores de palomas, y prohibió que transportaran cargas por el Templo. Y les enseñaba: '¿Acaso no está escrito: 'Mi Casa será llamada Casa de oración para todas las naciones'? Pero ustedes la han convertido en una cueva de ladrones”. Cuando se enteraron los sumos sacerdotes y los escribas, buscaban la forma de matarlo, porque le tenían miedo, ya que todo el pueblo estaba maravillado de su enseñanza.

Al caer la tarde, Jesús y sus discípulos salieron de la ciudad. A la mañana siguiente, al pasar otra vez, vieron que la higuera se había secado de raíz. Pedro, acordándose, dijo a Jesús: 'Maestro, la higuera que has maldecido se ha secado'. Jesús le respondió: 'Tengan fe en Dios. Porque Yo les aseguro que si alguien dice a esta montaña: 'Retírate de ahí y arrójate al mar', sin vacilar en su interior, sino creyendo que sucederá lo que dice, lo conseguirá. Por eso les digo: Cuando pidan algo en la oración, crean que ya lo tienen y lo conseguirán. Y cuando ustedes se pongan de pie para orar, si tienen algo en contra de alguien, perdónenlo, y el Padre que está en el cielo les perdonará también sus faltas'”.


COMENTARIO

No podemos negar que, aunque este texto del Evangelio de San Marcos contenga muchas realidades importantes como, por ejemplo, la importancia de la fe y el poder pedir a Dios pidiéndole que nos perdone nuestros pecados, hay algo que es tan terrible que deberíamos ponernos a pensar en lo que eso significa. Y es que hay algunas personas, que se saben poderosas, que creen poder disponer de la vida ajena.

En realidad, que haya algunas personas que, como aquellos que se podían sentir perjudicados por la acción del Hijo de Dios en el Templo expulsando a los que expulsó, crean que tiene la potestad de matar a otra es como para pensar hasta dónde puede llegar la soberbia humana y qué bienes deja de proteger la misma en beneficio suyo.

Aquellos hombres, verdaderamente malvados, quisiéramos que hubiesen sido “recompensado” según sus actos por Dios. Aunque, en realidad, seguro que fue así.



JESÚS, gracias por tener tanta paciencia con tus hermanos.



Eleuterio Fernández Guzmán

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