18 de diciembre de 2021

Esclava del Señor

Lc 1, 26-38


"Al sexto mes envió Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Y, entrando, le dijo: 'Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.' Ella se conturbó por estas palabras y se preguntaba qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo: 'No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo a quien pondrás por nombre Jesús. Él será grande, se le llamará Hijo del Altísimo y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin.' María respondió al ángel: '¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?' El ángel le respondió: 'El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y se le llamará Hijo de Dios. Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez y este es ya el sexto mes de la que se decía que era estéril, porque no hay nada imposible para Dios.' Dijo María: 'He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.' Y el ángel, dejándola, se fue."

COMENTARIO

En realidad, lo que hoy nos trae el Calendario Litúrgico en cuanto a texto del Evangelio de San Lucas es algo más que conocido y que muchas otras veces hemos leído o escuchado: la Anunciación.

El caso es que cuando una joven judía, que se había entregado a Dios (a menos, íntimamente o, digamos, sin alharacas sociales) dice lo que dice después de que el Ángel Gabriel le diga lo que le dice es que lo tiene todo más que claro y bien definido en su corazón, que no duda nada de hada lo que manifiesta.

María, la Virgen María y la Inmaculada María, fue escogida por Dios para ser su Madre desde el principio de los tiempos aunque no acabemos de comprender cómo es eso que pasó y cómo pasó eso. De todas formas, nosotros tenemos creído por fe que las cosas fueron así y que María, aquel buen día en el que se le apareció el Ángel del Señor (no un Ángel cualquiera…) sabía que su respuesta iba a ser sí y, además, que eso lo decía al saberse esclava del Señor.



JESÚS, gracias por haber escogido a María para que fuera Madre tuya.



Eleuterio Fernández Guzmán

17 de diciembre de 2021

De dónde viene Cristo

Mt 1, 1-3.5.7.11-17


"Libro del origen de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán. Abrahán engendró a Isaac, Isaac engendró a Jacob, Jacob engendró a Judá y a sus hermanos. Judá engendró, de Tamar, a Fares y a Zará, Fares engendró a Esrón, Esrón engendró a Arán, Salmón engendró, de Rajab, a Booz; Booz engendró, de Rut, a Obed; Obed engendró a Jesé, Jesé engendró a David, el rey.

David, de la mujer de Urías, engendró a Salomón, Salomón engendró a Roboán, Roboán engendró a Abías, Abías engendró a Asaf, Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, cuando el destierro de Babilonia.

Después del destierro de Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel engendró a Zorobabel, Zorobabel engendró a Abiud, Abiud engendró a Eliaquín, Eliaquín engendró a Azor, Azor engendró a Sadoc, Sadoc engendró a Aquín, Aquín engendró a Eliud, Eliud engendró a Eleazar, Eleazar engendró a Matán, Matán engendró a Jacob; y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.

Así, las generaciones desde Abrahán a David fueron en total catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia hasta el Cristo, catorce."



COMENTARIO

Es cierto y verdad que toda la relación de nombres de personas y de generaciones entre Abrahám y Jesucristo abruman más que un poco y causa una sensación de que estamos ante toda la historia del pueblo elegido por Dios. Y es que así es la cosa.

De todas formas, a pesar de ser eso muy importante porque nos ofrece un conocimiento importante de lo que fueron lo antepasados del Hijo de Dios, hay algo que es más importante. Y nos referimos al final de toda esta relación cuando no se nos dice, como en todos los demás casos, que José “engendró” a Jesucristo sino que fue el esposo de María, de la que nació Cristo.

En realidad, esto viene la mar de bien para aquellas personas que crean que concepción del Hijo de Dios fue como la de cualquier persona porque no lo fue.



PADRE DIOS, gracias por hacer que las cosas fueron como fueron.



Eleuterio Fernández Guzmán

15 de diciembre de 2021

No sentirse escandalizado

Lc 7, 19-23


"Juan el Bautista, llamando a dos de sus discípulos, los envió a decir al Señor: '¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?'

Cuando se presentaron ante Jesús, le dijeron: 'Juan el Bautista nos envía a preguntarte: '¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?'.

En esa ocasión, Jesús curó mucha gente de sus enfermedades, de sus dolencias y de los malos espíritus, y devolvió la vista a muchos ciegos. Entonces respondió a los enviados:

'Vayan a contar a Juan lo que han visto y oído: los ciegos ven, los paralíticos caminan, los leprosos son purificados y los sordos oyen, los muertos resucitan, la Buena Noticia es anunciada a los pobres. ¡Y feliz aquel para quien yo no sea motivo de tropiezo!'"

COMENTARIO

Ciertamente, aquellos que escuchaban a Juan el Bautista lo tenían por un hombre santo aunque ya se encargaba él de decir que no era el Mesías sino que Otro vendría a bautizar con fuego y Espíritu Santo. Por eso envía a sus discípulos a preguntar a su primo Jesús si era el Enviado de Dios pues era importante que eso se supiera.

Lo que hace el Hijo de Dios, para mostrar y demostrar que sí lo es, sencillamente, hacer lo que siempre hacía: curar las dolencias del pueblo y, sobre todo, transmitir que eso era lo que estaba escrito en las Sagradas Escrituras judías.

Sencillamente, Jesucristo mostraba las señales que, en efecto, determinaban que era el Mesías. Por eso dice que son dichosos aquellos que no se escandalizan de lo que ven que hace pues es muestra de que creen y tienen fe.



JESÚS, gracias por hacer lo que debías hacer a pesar de muchos.



Eleuterio Fernández Guzmán

14 de diciembre de 2021

¡Cuidado con creerse elegidos por Dios!

Mt 21, 28-32


28 ¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: “Hijo, ve hoy a trabajar en la viña”. 29 Él le contestó: “No quiero”. Pero después se arrepintió y fue. 30 Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: “Voy, señor”. Pero no fue. 31 ¿Quién de los dos cumplió la voluntad de su padre?». Contestaron: «El primero». Jesús les dijo: «En verdad os digo que los publicanos y las prostitutas van por delante de vosotros en el reino de Dios. 32 Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, vosotros no os arrepentisteis ni le creísteis».

COMENTARIO

No podemos negar que cuando el Hijo de Dios hablaba con muchos de los que eran miembros del pueblo elegido por Dios es seguro que los decepcionaba. Y es que ellos, que se sabían elegidos, a lo mejor habían hecho hecho eso de “cría fama y échate a dormir” pues, al parecer, no acababan de comprender la Voluntad de Dios. Seguramente, no les convenía y eso es lo que ellos pensaban.

Estamos más que seguros que muchos se sintieron ofendidos cuando escucharon de boca del Maestro de Nazaret que había quienes les iban a preceder en llegar a definitivo Reino de Dios. Y es que escuchar que tanto los publicanos como las rameras iban a atravesar antes la puerta del Cielo no era cosa muy buena de escuchar porque los ponía a ellos mucho peor que a las personas referidas por Cristo a los que todos tenían por pecadores…

Y es que la forma de pensar de Dios no es, siempre, como la de los hombres...



JESÚS, gracias por decir la verdad siempre.



Eleuterio Fernández Guzmán

13 de diciembre de 2021

Fieles a la voluntad de Dios

Mt 21,23-27

En aquel tiempo, Jesús entró en el templo. Mientras enseñaba se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo diciendo: ‘¿Con qué autoridad haces esto? ¿Y quién te ha dado tal autoridad?’. Jesús les respondió: ‘También yo os voy a preguntar una cosa; si me contestáis a ella, yo os diré a mi vez con qué autoridad hago esto. El bautismo de Juan, ¿de dónde era?, ¿del cielo o de los hombres?’. Ellos discurrían entre sí: ‘Si decimos: ‘Del cielo’, nos dirá: ‘Entonces, ¿por qué no le creísteis?’. Y si decimos: ‘De los hombres’, tenemos miedo a la gente, pues todos tienen a Juan por profeta’. Respondieron, pues, a Jesús: ‘No sabemos’. Y Él les replicó asimismo: ‘Tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto’”.

 

COMENTARIO

 

No podemos dejar de reconocer que aquellos que perseguían a Jesús querían tener siempre la razón. Y no hay más que ver lo que hoy nos trae el evangelio de San Mateo para ver que no querían ser contrariados por nada ni por nadie.

 

Ellos quieren saber pero, a su vez, parece que no quieran que nada les perturbe su pensamiento y su espiritualidad. No quieren sentirse interpelados ni siquiera por el Maestro a quien preguntan acerca de la autoridad con que hace las cosas que hace o dice las que dice.

 

Jesús les da la respuesta que verdaderamente merecen. Ellos no quieren delatarse ante aquellos que les escuchan. Saben que el Bautista era un gran profeta y temen mucho de parte de muchos. Por eso nada pueden recibir de parte del Hijo de Dios.

 

 

JESÚS,  ayúdanos a ser fieles a la voluntad de Dios.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

12 de diciembre de 2021

El Bautista


Lucas 3, 10-18


“En aquel tiempo, la gente preguntaba a Juan: —‘¿Entonces, qué hacemos?’ Él contestó:—‘El que tenga dos túnicas, que se las reparta con el que no tiene; y el que tenga comida, haga lo mismo’.

Vinieron también a bautizarse unos publicanos y le preguntaron:

—‘Maestro, ¿qué hacemos nosotros?’ Él les contestó: —‘No exijáis más de lo establecido.’ Unos militares le preguntaron: —‘¿Qué hacemos nosotros?’


Él les contestó:—‘No hagáis extorsión ni os aprovechéis de nadie, sino contentaos con la paga.’ El pueblo estaba en expectación, y todos se preguntaban si no sería Juan el Mesías; él tomó la palabra y dijo a todos: —‘Yo os bautizo con agua; pero viene el que puede más que yo, y no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego; tiene en la mano el bieldo para aventar su parva y reunir su trigo en el granero y quemar la paja en una hoguera que no se apaga.’


Añadiendo otras muchas cosas, exhortaba al pueblo y le anunciaba el Evangelio.”


COMENTARIO


Ciertamente, cuando aquel hombre, hijo de Zacarías y de Isabel, empieza a predicar en el desierto (nunca mejor dicho esto para el caso de que se trata) sabe que debe hacerlo porque se le ha dicho, de parte de Dios, que debe hacerlo. Y no lo hace con medias tintas (por eso lo matarían) sino que decía las cosas bien dichas y para que nadie se llevase a engaño.

Juan el Bautista, que bautizaba con agua, sabía muy bien que Quien iba a venir lo haría con fuego y con el Espíritu Santo. Y es que seguramente también se le había dicho que el Mesías ya andaba entre ellos aunque aún no se hubiese presentado al mundo. Y es que por eso tenía Juan muy claro que, en efecto, no merecía ni desatarle la correa de sus sandalias...



JESÚS, gracias por haber cumplido con tu misión desde aquel río Jordán...



Eleuterio Fernández Guzmán