15 de septiembre de 2018

Junto a la Cruz de Cristo



Jn 19, 25-27

“Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Clopás, y María Magdalena. Jesús, viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a su madre: 'Mujer, ahí tienes a tu hijo'. Luego dice al discípulo: 'Ahí tienes a tu madre'. Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa.”


COMENTARIO

Nos dice el texto evangélico que había algunas personas junto a la Cruz de Cristo. Y es que no todos abandonaron al Hijo del hombre en el momento más duro de su Pasión. Y eso fue recompensado, como vemos.

Jesús sabía que su madre, la Madre de Dios, no podía quedar desamparada en un mundo donde tan poca atención recibían las viudas (menos aún las que perdían a su único hijo). Encomienda, por tanto, a su discípulo más joven, Juan, que tenga cuidado de ella. Y será, así, Madre de todos.

Y María, que tanto amaba a su hijo Jesús, sabía que al lado de Juan tendrían una vida acorde con su situación personal: junto a quien tanto había amado a su hijo seguro que podría pasar los años que le quedaran de vida de forma gozosa.

JESÚS, gracias por entregarnos a tu Madre.


Eleuterio Fernández Guzmán


14 de septiembre de 2018

Cruz, la Cruz




Jn 3, 13-17

“13 Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. 14 Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, 15 para que todo el que crea tenga, por él, vida eterna. 16 Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. 17 Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.“

COMENTARIO

Lo que dice el Hijo de Dios en este texto del Evangelio de san Juan justifica la misma vida eterna ganada, por su sangre, cuando fue colgado en dos maderos que conformaron mucho más que un símbolo: la Cruz.

Jesucristo advierte de que va a ser levantado como fue la serpiente. Y aquella serpiente fue levantada para que no murieran los israelitas. Lo mismo pasara con quien mire la Cruz y la siga.

Dios, como bien dice el Mesías, no lo ha enviado a Él para que juzgue al mundo sino, justamente, al contrario. Y es que la salvación de la semejanza de Dios, imagen suya, era la Voluntad suprema de Aquel que la había creado y la mantenía.



JESÚS, infinitas gracias debemos darte por haber muerto, de aquella manera, en la Cruz.

Eleuterio Fernández Guzmán


13 de septiembre de 2018

Ama y haz el bien sin mirar a quien




Lc 6, 27-38

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: ‘Yo os digo a los que me escucháis: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os odien, bendecid a los que os maldigan, rogad por los que os difamen. Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite el manto, no le niegues la túnica. A todo el que te pida, da, y al que tome lo tuyo, no se lo reclames. Y lo que queráis que os hagan los hombres, hacédselo vosotros igualmente. Si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Pues también los pecadores aman a los que les aman. Si hacéis bien a los que os lo hacen a vosotros, ¿qué mérito tenéis? ¡También los pecadores hacen otro tanto! Si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a los pecadores para recibir lo correspondiente. Más bien, amad a vuestros enemigos; haced el bien, y prestad sin esperar nada a cambio; y vuestra recompensa será grande, y seréis hijos del Altísimo, porque Él es bueno con los ingratos y los perversos. 

‘Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo. No juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados. Dad y se os dará; una medida buena, apretada, remecida, rebosante pondrán en el halda de vuestros vestidos. Porque con la medida con que midáis se os medirá’”.


COMENTARIO

El amor. Tal expresión de la misericordia de Dios quiere el Creador que sea reflejada en nuestras vidas a través de un corazón tierno, limpio. Jesús, por eso mismo, se manifestó en tal sentido y dio ejemplo de lo bueno y mejor que debemos hacer.

Es expresión hacer de eso hacer el bien. Sin embargo Jesús va más lejos y no se queda en la superficie de las cosas. Por eso pide a amar a los enemigos. Se obtiene, así, una gran recompensa porque el Creador quiere que amor entre todos sus hijos que somos todos.

También hay que ser compasivo y no juzgar y no condenar y perdonar… Jesús, como se puede apreciar en este texto del evangelio de San Lucas, pone el listón muy alto para sus discípulos. Y es que, en efecto, según hagamos así seremos juzgados por Dios.




JESÚS, lo que nos dices siempre es por nuestro bien. Ayúdanos a escucharte y, luego, a reflejar lo que escuchamos en nuestra vida ordinaria.

Eleuterio Fernández Guzmán


12 de septiembre de 2018

Bienaventurados


Lc 6,20-26

En aquel tiempo, Jesús alzando los ojos hacia sus discípulos, decía: ‘Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el Reino de Dios. Bienaventurados los que tenéis hambre ahora, porque seréis saciados. Bienaventurados los que lloráis ahora, porque reiréis. Bienaventurados seréis cuando los hombres os odien, cuando os expulsen, os injurien y proscriban vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del hombre. Alegraos ese día y saltad de gozo, que vuestra recompensa será grande en el cielo. Pues de ese modo trataban sus padres a los profetas. 

‘Pero ¡ay de vosotros, los ricos!, porque habéis recibido vuestro consuelo. ¡Ay de vosotros, los que ahora estáis hartos!, porque tendréis hambre. ¡Ay de los que reís ahora!, porque tendréis aflicción y llanto. ¡Ay cuando todos los hombres hablen bien de vosotros!, pues de ese modo trataban sus padres a los falsos profetas’”.


COMENTARIO


Jesús, según diría Él mismo, había venido al mundo no para abolir la Ley de Dios sino para que se cumpliera. Las Bienaventuranzas plasman a la perfección cuál es la voluntad de dios y hacia dónde quiere que vayan los seres humanos, creación suya.

Cada una de las que aquí recoge el evangelista San Lucas tienen todo que ver con aquellos que sufren. Así, los pobres, los que tienen hambre, los que lloran son los especialmente protegidos por Dios y por Cristo.

Sin embargo la Ley de Dios también prescribe lo que no está de acuerdo con la voluntad de Creador. Por eso se refiere a los que no hacen uso de su dinero abundante a favor de los necesitados o de los que hacen de su estómago el eje de su vida. En general, se refiere a los que no se dan cuenta de que lo que tienen es cosa de Dios.



JESÚS, son bienaventurados aquellos que lo pasan mal sin culpa. Ayúdanos a darnos cuenta de quién nos necesita.


Eleuterio Fernández Guzmán


11 de septiembre de 2018

Los escogió tras orar


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Lc 6,12-19

En aquellos días, Jesús se fue al monte a orar, y se pasó la noche en la oración de Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, y eligió doce de entre ellos, a los que llamó también apóstoles. A Simón, a quien llamó Pedro, y a su hermano Andrés; a Santiago y Juan, a Felipe y Bartolomé, a Mateo y Tomás, a Santiago de Alfeo y Simón, llamado Zelotes; a Judas de Santiago, y a Judas Iscariote, que llegó a ser un traidor. 

Bajando con ellos se detuvo en un paraje llano; había una gran multitud de discípulos suyos y gran muchedumbre del pueblo, de toda Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón, que habían venido para oírle y ser curados de sus enfermedades. Y los que eran molestados por espíritus inmundos quedaban curados. Toda la gente procuraba tocarle, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos”.


COMENTARIO


Jesús oraba mucho. Decir eso pudiera parecer algo normal. Sin embargo, hay que añadir, además de que fuera normal que orara mucho, que lo hacía para encontrar respuesta a lo que su corazón le estaba pidiendo. Y eso hace en esta ocasión.

Jesús ha de escoger a los que estarán más cerca de Él. Y escoge no a ilustres personajes de su tiempo sino a personas humildes con trabajos humildes. Los quiere así porque su corazón no estaba viciado de las tergiversaciones a las que habían llegado los “sabios” acerca de la Ley de Dios.

No tarda nada Jesús en enseñar a sus apóstoles. En cuanto bajan de allí se encuentran a mucha gente que quiere ver al Maestro. Y el Maestro no les niega su ayuda sino que, al contrario, cura a todo enfermo y transmite la Palabra de Dios a todo aquel que quiera escucharle.



JESÚS, aquellos a los que escoges para ser sus apóstoles, tus principales testigos, ven lo que puedes hacer. Ayúdanos a creer como ellos creyeron.

Eleuterio Fernández Guzmán


10 de septiembre de 2018

Cuando no prevalece la misericordia

Lc 6, 6-11

6 Sucedió que entró Jesús otro sábado en la sinagoga y se puso a enseñar. Había allí un hombre que tenía la mano derecha seca. 7 Estaban al acecho los escribas y fariseos por si curaba en sábado, para encontrar de qué acusarle. 8 Pero él, conociendo sus pensamientos, dijo al hombre que tenía la mano seca: ‘Levántate y ponte ahí en medio’. El, levantándose, se puso allí. 9 Entonces Jesús les dijo: ‘Yo os pregunto si en sábado es lícito hacer el bien en vez de hacer el mal, salvar una vida en vez de destruirla’. 10 Y mirando a todos ellos, le dijo: ‘Extiende tu mano’. Él lo hizo, y quedó restablecida su mano. 11 Ellos se ofuscaron, y deliberaban entre sí qué harían a Jesús.”


COMENTARIO

En sábado había cosas que no se podían hacer. En tiempos de Cristo, muchas actividades estaban, sencillamente, prohibidas. Y, al parecer, curar, también lo estaba.

Aquel hombre tenía la mano seca. Eso, seguramente, le hacía llevar una vida pobre. Pero eso, al parecer, no era de importancia para los fariseos y los escribas. Ellos esperaban para ver qué hacía el Hijo de Dios. Y es que era sábado.

Cuando cura al hombre aquejado por aquella enfermedad, muchos hacen prevalecer las normas de los hombres por encima de la de la caridad y el amor que era la principal Ley del Reino de Dios. Ni entendían ni querían entender.


JESÚS, ayúdanos a aceptar la Voluntad de Dios aunque nos sea difícil.


Eleuterio Fernández Guzmán

9 de septiembre de 2018

Todo lo ha hecho bien




Mc 7, 31-37


Se marchó de la región de Tiro y vino de nuevo, por Sidón, al mar de Galilea, atravesando la Decápolis. Le presentan un sordo que, además, hablaba con dificultad, y le ruegan imponga la mano sobre él. El, apartándole de la gente, a solas, le metió sus dedos en los oídos y con su saliva le tocó la lengua. Y, levantando los ojos al cielo, dio un gemido, y le dijo: = ‘Effatá’, que quiere decir: ‘¡Abrete!’ Se abrieron sus oídos y, al instante, se soltó la atadura de su lengua y hablaba correctamente. Jesús les mandó que a nadie se lo contaran. Pero cuanto más se lo prohibía, tanto más ellos lo publicaban. Y se maravillaban sobremanera y decían ‘Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos.’”


COMENTARIO

En tiempos de Jesús, como hoy día, había muchas personas necesitadas de ayuda. Sobre aquellas que estaban enfermas recaía, además, un gran peso: se las tenía, por estar enfermas, por pecadoras y eso las apartaba de la sociedad.

Aquel hombre lo debía estar pasando muy mal. En sus circunstancias (sordo y casi mudo) debía ser tenido por un gran pecador. Pero Jesús sabía que aquella enfermedad no tenía que ver con el pecado. Y lo cura de aquella terrible carga. No nos extraña, para nada, que por mucho que dijera el Hijo de Dios que nada dijeran de aquello el hombre no pudiera callar tan gran gracia.

Tampoco nos extraña que aquellos que habían visto aquel extraordinario milagro de parte de Dios en manos de Jesucristo dijeran que todo lo había hecho bien y que, además, se estaban cumpliendo las Sagradas Escrituras.


JESÚS, ayúdanos a recibir la sanación de tu parte.



Eleuterio Fernández Guzmán