Mt 17, 10-13
10 de diciembre de 2022
El Bautista
9 de diciembre de 2022
Las obras que justifican
Mt 11, 16-19
“Jesús dijo a la
multitud:
¡¿Con quién puedo comparar a esta generación? Se
parece a esos muchachos que, sentados en la plaza, gritan a los otros: “¡Les
tocamos la flauta, y ustedes no bailaron! ¡Entonamos cantos fúnebres, y no
lloraron!”
Porque llegó Juan el Bautista, que no come ni
bebe, y ustedes dicen: ‘¡Está endemoniado!’ Llegó el Hijo del hombre, que come
y bebe, y dicen: ‘Es un glotón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores’.
Pero la Sabiduría ha quedado justificada por sus obras.”
COMENTARIO
Es verdad que
cuando vino por primera vez el Hijo de Dios al mundo había muchas personas, creyentes
de la fe judía, que no querían saber nada de Él porque no aceptaban ni su
mensaje ni sus obras.
En realidad,
habían hecho lo mismo con su primo Juan, llamado Bautista porque bautizada con
agua en el Jordán. Y es el mensaje de conversión que predicaba no era del gusto
de los poderosos.
Y, sin embargo,
ni siquiera con Jesucristo son capaces de aceptar lo que hace o lo que dice. Y
quieren matarlo porque no comprendían sus obras y no acababan de darse cuenta
de que el Amor estaba entre ellos.
JESÚS, gracias por ser franco y
verdadero.
Eleuterio Fernández Guzmán
7 de diciembre de 2022
Acudir siempre a Cristo
Mt 11,28-30
“Jesús tomó la
palabra y dijo:
COMENTARIO
Todo lo que nos dice el Hijo de Dios en este texto del Evangelio de San Mateo es muestra exacta de su Bondad y de su Misericordia hacia aquellos que Dios le entregó para que no se perdiera ni uno de ellos.
Jesucristo
ofrece su corazón porque es de carne y es más que compresivo y tierno. Por eso
se pone a disposición de todos aquellos que se encuentren en un mal momento y
se sientan desfallecer. Y allí está Él.
Es más, bien nos dice que estar junto a Él y compartir su carga no es algo imposible sino que es suave y, además, liviana. Nos llama porque sabe que deberíamos querer estar cabe sí.
JESÚS, gracias por ofrecerte con tanto Amor y
Misericordia.
Eleuterio Fernández Guzmán
6 de diciembre de 2022
Que no se pierda ni uno
Mt 18, 12-14
5 de diciembre de 2022
La fe mueve montañas y corazones
Lc 5, 17-26
“Un día, mientras Jesús enseñaba, había entre los presentes algunos
fariseos y doctores de la Ley, llegados de todas las regiones de Galilea, de
Judea y de Jerusalén. La fuerza del Señor le daba poder para sanar. Llegaron
entonces unas personas trayendo a un paralítico sobre una camilla y buscaban el
modo de entrar, para ponerlo delante de Jesús. Como no sabían por dónde
introducirlo a causa de la multitud, subieron a la terraza y, desde el techo,
lo bajaron por entre las tejas con su camilla en medio de la concurrencia y lo
pusieron delante de Jesús.
Al ver la fe de ellos, Jesús le dijo: ‘Hombre, tus
pecados te son perdonados’.
Los escribas y los fariseos comenzaron a
preguntarse: ‘¿Quién es éste que blasfema? ¿Quién puede perdonar los pecados,
sino sólo Dios?’ Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, les dijo: ‘¿Qué es lo
que están pensando? ¿Qué es más fácil decir: ‘Tus pecados están perdonados’, o ‘Levántate
y camina’? Para que ustedes sepan que el Hijo del hombre tiene sobre la tierra
el poder de perdonar los pecados -dijo al paralítico- a ti te digo, levántate,
toma tu camilla y vuelve a tu casa”.
Inmediatamente se levantó a la vista de todos,
tomó su camilla y se fue a su casa alabando a Dios. Todos quedaron llenos de
asombro y glorificaban a Dios, diciendo con gran temor: ‘Hoy hemos visto cosas
maravillosas’.
COMENTARIO
No podemos
negar que aquellos hombres querían mucho a su amigo que, a lo mejor, bien nunca
había sido paralitico o lo había sido tiempo después de haberlo no sido. El caso
es que ellos sabían que si acercaban al amigo a Jesús podía ser curarlo.
Allí había
quien no estaba de acuerdo con que dijera lo dijo el Mesías pues era cosa de
Dios perdonar los pecados. Sin embargo, al parecer, ellos no sabían que Aquel
que allí estaba era Dios hecho hombre.
Y aquellos
amigos y, seguro, la del enfermo, acabó obrando el milagro. Y aquellos que se
dieron cuenta de lo que había pasado exclamaron una gran verdad acerca de que
había visto cosas maravillosas.
JESÚS, gracias por cumplir con tui misión de forma tan
perfecta.
Eleuterio Fernández Guzmán