10 de abril de 2021

Id por el mundo

Mc, 16, 9-15


"Jesús, que había resucitado a la mañana del primer día de la semana, se apareció primero a María Magdalena, aquélla de quien había echado siete demonios. Ella fue a contarlo a los que siempre lo habían acompañado, que estaban afligidos y lloraban. Cuando la oyeron decir que Jesús estaba vivo y que lo había visto, no le creyeron.

Después, se mostró con otro aspecto a dos de ellos, que iban caminando hacia un poblado. Y ellos fueron a anunciarlo a los demás, pero tampoco les creyeron.
Enseguida, se apareció a los Once, mientras estaban comiendo, y les reprochó su incredulidad y su obstinación porque no habían creído a quienes lo habían visto resucitado. Entonces les dijo: 'Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación'”.


COMENTARIO

Lo que nos dice ese texto del Evangelio de San Marcos es que el Hijo de Dios estaba cumpliendo su misión de forma total y perfecta. Sabía que iba a morir, cómo iba a morir y cómo iba a resucitar. Y eso se cumple palabra por palabra y circunstancia por circunstancia.

Lo que hace Cristo es, sencillamente, lo que merecen sus Apóstoles. Han sido, hasta entonces lo era, muy incrédulos. Y no sólo Tomás sino, en todo caso, todos aquellos que conocían al Maestro salvo las excepciones que ya sabemos. Y no puede, ¡qué menos!, que decírselo.

El caso es que, conociendo cómo son ellos también sabe que van a acabar comprendido. Y los envía al mundo para que den a Buena Noticia según la cual el Reino de Dios ha sido establecido en el mundo con la llegada del Mesías. Ahora bien, es posible que muchos no los creyeran...


JESÚS, gracias por confirmar en la fe a tus Apóstoles.



Eleuterio Fernández Guzmán

9 de abril de 2021

Confirmar en la fe

Jn 21, 3-14


"3 Simón Pedro les dice: 'Voy a pescar.' Le contestan ellos: 'También nosotros vamos contigo'. Fueron y subieron a la barca, pero aquella noche no pescaron nada. 4 Cuando ya amaneció, estaba Jesús en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús. 5 Díceles Jesús: 'Muchachos, ¿no tenéis pescado?' Le contestaron: 'No' 6 El les dijo: 'Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis.» La echaron, pues, y ya no podían arrastrarla por la abundancia de peces. 7 El discípulo a quien Jesús amaba dice entonces a Pedro: 'Es el Señor', se puso el vestido - pues estaba desnudo - y se lanzó al mar. 8 Los demás discípulos vinieron en la barca, arrastrando la red con los peces; pues no distaban mucho de tierra, sino unos doscientos codos.  9 Nada más saltar a tierra, ven preparadas unas brasas y un pez sobre ellas y pan. 10 Díceles Jesús: 'Traed algunos de los peces que acabáis de pescar.' 11 Subió Simón Pedro y sacó la red a tierra, llena de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y, aun siendo tantos, no se rompió la red. 12 Jesús les dice: 'Venid y comed.' Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: '¿Quién eres tú?', sabiendo que era el Señor. 13 Viene entonces Jesús, toma el pan y se lo da; y de igual modo el pez. 14 Esta fue ya la tercera vez que Jesús se manifestó a los discípulos después de resucitar de entre los muertos."


COMENTARIO

Es necesario entender el comportamiento de los Apóstoles. Ellos, que han visto cómo ha muerto su Señor y Maestro quieren volver a la vida ordinaria, a la que llevaban antes de conocerlo. Y vuelven a la pesca, de la que casi todos formaban parte antes de todo.

Cuando Cristo se les aparece por tercera vez saben que no deben preguntarle si es Él. Ciertamente, sería muy difícil aceptar que aún no le reconocieran después de habérseles aparecido ya dos veces. Y callan.

Cristo, sin embargo, como conoce sus corazones, quiere confirmarlos en la fe y les pide comida. Y es que así podrán comprobar que no se trata de un fantasma sino de su Maestro, en cuerpo y alma, allí presente. Y ellos, queremos pensar, comprenden ahora más cosas.




JESÚS, gracias por querer que tus Apóstoles lo comprendiesen todo por muy difícil que fuera la cosa.



Eleuterio Fernández Guzmán

8 de abril de 2021

Ser testigos

Lc 24, 35-48


"Los discípulos, que retornaron de Emaús a Jerusalén, contaron lo que les había pasado en el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan.

Todavía estaban hablando de esto, cuando Jesús se apareció en medio de ellos y les dijo: 'La paz esté con ustedes'.

Atónitos y llenos de temor, creían ver un espíritu, pero Jesús les preguntó: '¿Por qué están turbados y se les presentan esas dudas?

Miren mis manos y mis pies, soy yo mismo. Tóquenme y vean. Un espíritu no tiene carne ni huesos, como ven que yo tengo'.

Y diciendo esto, les mostró sus manos y sus pies. Era tal la alegría y la admiración de los discípulos, que se resistían a creer. Pero Jesús les preguntó: '¿Tienen aquí algo para comer?' Ellos le presentaron un trozo de pescado asado; Él lo tomó y lo comió delante de todos.

Después les dijo: 'Cuando todavía estaba con ustedes, Yo les decía: Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito de mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos'.

Entonces les abrió la inteligencia para que pudieran comprender las Escrituras, y añadió: 'Así estaba escrito: el Mesías debía sufrir y resucitar de entre los muertos al tercer día, y comenzando por Jerusalén, en su Nombre debía predicarse a todas las naciones la conversión para el perdón de los pecados. Ustedes son testigos de todo esto'".



COMENTARIO

Podemos imaginar la sorpresa de todos aquellos que estaban reunidos y escondidos por miedo a los judíos. Y es que sabían a qué se estaban exponiendo y hacían lo mejor que creían para preservar la vida de los discípulos más allegados del Hijo de Dios.

Cuando se acercan al lugar los discípulos llamados de Emaús se encuentran con que, entonces, se les aparece (en cuerpo y alma) el Maestro. Al parecer, aún no han terminado las sorpresas para aquel glorioso día.

Lo que les dice Cristo a los allí reunidos es de vital importancia Y es que les abre el entendimiento para que, por fin, puedan comprender todo lo que ha pasado y puedan ser testigos de los acontecimientos que tanto miedo les ha dado.




JESÚS, gracias por confirmar en la fe a tus discípulos.



Eleuterio Fernández Guzmán

7 de abril de 2021

Y Magdalena lo vio

Jn 20, 11-18


"María se había quedado afuera, llorando junto al sepulcro. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio a dos ángeles vestidos de blanco, sentados uno a la cabecera y otro a los pies del lugar donde había sido puesto el cuerpo de Jesús. Ellos le dijeron:

'Mujer, ¿por qué lloras?'

María respondió: 'Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto'.

Al decir esto se dio vuelta y vio a Jesús, que estaba allí, pero no lo reconoció.

Jesús le preguntó: 'Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?' Ella, pensando que era el cuidador del huerto, le respondió:

'Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo iré a buscarlo'.

Jesús le dijo: '¡María!'

Ella lo reconoció y le dijo en hebreo: '¡Raboní!', es decir, '¡Maestro!' Jesús le dijo: 

'No me retengas, porque todavía no he subido al Padre. Ve a decir a mis hermanos: 'Subo a mi Padre y Padre de ustedes; a mi Dios y Dios de ustedes'.

María Magdalena, fue a anunciar a los discípulos que había visto al Señor y que Él le había dicho esas palabras."



COMENTARIO


Es cierto y verdad que María Magdalena estaba más que triste por la muerte de su Maestro y por la forma de morir que consideraba injusta e inmerecida. Por eso podemos imaginar la sorpresa que se debió llevar la discípula cuando se le aparecieron dos ángeles en el lugar donde debía estar Jesús.


Aquellos ángeles no hicieron más que hacerle ver que la cosa no era como ella creía. Y, entonces, vio al Hijo de Dios allí aunque no se dio cuenta de que era Él. Entre la tristeza que embargaba su corazón y la aparición de los ángeles… vamos, como que no estaba Magdalena para sorpresas.


Y entonces le habla el Maestro, su Maestro. Tiene un mensaje para sus hermanos discípulos y es que debe decirles que Jesús va a subir a su Padre del Cielo y que eso debe ser, es, una Buena Noticia para todos.





JESÚS, gracias por cumplir, paso a paso, tu misión.



Eleuterio Fernández Guzmán

6 de abril de 2021

El bien recompensado

Jn 20, 11-18

  

“11 Estaba María junto al sepulcro fuera llorando. Y mientras lloraba se inclinó hacia el sepulcro, 12 y ve dos ángeles de blanco, sentados donde había estado el cuerpo de Jesús, uno a la cabecera y otro a los pies. 13 Dícenle ellos: ‘Mujer, ¿por qué lloras?’ Ella les respondió: ‘Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto.’ 14 Dicho esto, se volvió y vio a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús. 15 Le dice Jesús: ‘Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?’ Ella, pensando que era el encargado del huerto, le dice: ‘Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo me lo llevaré.’ 16 Jesús le dice: ‘María.’ Ella se vuelve y le dice en hebreo: ‘Rabbuní’ - que quiere decir: ‘Maestro’ -. 17 Dícele Jesús: ‘No me toques, que todavía no he subido al Padre. Pero vete donde mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios.’ 18 Fue María Magdalena y dijo a los discípulos que había visto al Señor y que había dicho estas palabras.”

 

COMENTARIO

 

María Magdalena estaba junto al sepulcro donde habían puesto a su Maestro porque lo quería mucho. Por eso había ido antes a terminar el trabajo que no habían podido finiquitar el viernes. Por eso Jesús la recompensa.

 

Cuando Jesús se aparece a la de Madgala lo hace porque quiere. Es decir, quiere que sepa que tiene un amor grande por ella y quiere, por decirlo así, recompensar su amor y su entrega hasta después de la muerte. Por eso la busca y, al encontrarla, le agradece así y de tal manera sus desvelos.

 

La labor de María Magdalena no iba a terminar en aquella que era acabar de terminar el cuerpo del Maestro. No. Debía dar un mensaje a sus hermanos en la fe que era el que Jesucristo le iba a dar a ella. Y ella cumplió con aquella labor de enviada de Dios en la persona del Hijo.

 

 

 

JESÚS, gracias por haber dado el mensaje a María Magdalena y por haberla elegido para aquella labor de apóstol.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

5 de abril de 2021

Siempre ha de prevalecer la Verdad

 

Mt 28, 8-15

 

“Ellas partieron a toda prisa del sepulcro, con miedo y gran gozo, y corrieron a dar la noticia a sus discípulos. En esto, Jesús les salió al encuentro y les dijo: ‘¡Dios os guarde!’ Y ellas, acercándose, se asieron de sus pies y le adoraron. Entonces les dice Jesús: ‘No temáis. Id, avisad a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán’. Mientras ellas iban, algunos de la guardia fueron a la ciudad a contar a los sumos sacerdotes todo lo que había pasado. Estos, reunidos con los ancianos, celebraron consejo y dieron una buena suma de dinero a los soldados, advirtiéndoles: ‘Decid: ‘Sus discípulos vinieron de noche y le robaron mientras nosotros dormíamos.’ Y si la cosa llega a oídos del procurador, nosotros le convenceremos y os evitaremos complicaciones’. Ellos tomaron el dinero y procedieron según las instrucciones recibidas. Y se corrió esa versión entre los judíos, hasta el día de hoy.”

 

 

COMENTARIO

 

Seguramente no es fácil imaginar, siquiera imaginar, lo que sintieron aquellas mujeres que, creyendo haber perdido a su Señor y Maestro lo vuelven a ver con vida en aquel camino. Habían pensado que su cuerpo había sido robado pero, en realidad, había resucitado el Hijo de Dios y le sale a su encuentro. Y les encarga cumplir una misión tan especial como era, no sólo decir que, en efecto, había resucitado, sino que les esperaba en Galilea.

 

Por otra parte, el Mal que trabaja sin descanso, urde una mentira tan absurda pero que, al parecer, hasta tiempos de los Apóstoles, se tuvo como verdadera: los discípulos de aquel hombre de Nazaret habían robado el cuerpo.

 

En realidad, la ceguera era, entonces, abundante.

 

 

 

JESÚS, gracias por cumplir con tu Palabra, la Palabra de Dios.

 

 

 

Eleuterio Fernández Guzmán

4 de abril de 2021

El Mesías ha resucitado

 

Jn 20, 1-9

 

“1 El primer día de la semana va María Magdalena de madrugada al sepulcro cuando todavía estaba oscuro, y ve la piedra quitada del sepulcro. 2 Echa a correr y llega donde Simón Pedro y donde el otro discípulo a quien Jesús quería y les dice: 'Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto.' 3 Salieron Pedro y el otro discípulo, y se encaminaron al sepulcro. 4 Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió por delante más rápido que Pedro, y llegó primero al sepulcro. 5  Se inclinó y vio las vendas en el suelo; pero no entró. 6 Llega también Simón Pedro siguiéndole, entra en el sepulcro y ve las vendas en el suelo, 7 y el sudario que cubrió su cabeza, no junto a las vendas, sino plegado en un lugar aparte. 8 Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado el primero al sepulcro; vio y creyó, 9 pues hasta entonces no habían comprendido que según la Escritura Jesús debía resucitar de entre los muertos.”

 

 

COMENTARIO

 

Las palabras “vio y creyó” dicen mucho de la actitud de los Apóstoles del Hijo de Dios. Y es que si aquel a quien más amaba Jesucristo espera a darse cuenta de la Resurrección… bueno, como que la cosa no la habían tenido nada clara.

 

María de Magdala quiere terminar con las labores de embalsamamiento que habían dejado a medias el viernes cuando llevaron al sepulcro a su Maestro. El sábado, por ser gran fiesta judía, no le había estado permitido hacer eso. Pero ella vuelve en cuanto puede y se encuentra con un panorama que no la debió tranquilizar nada. Y es que parecía que se habían llevado el cuerpo del Señor pues allí no estaba.

 

Todo, de todas formas, debía cumplirse. Y es que estaba escrito que el Enviado de Dios debía resucitar de entre los muertos y es lo que había pasado. Y es que la total voluntad de Dios debía cumplirse… y se cumplió.

 

 

JESÚS, gracias por haber cumplido tu Palabra hasta las últimas consecuencias.

 

 

Eleuterio Fernández Guzmán