23 de octubre de 2021

La paciencia de Dios

 

Lc 13,1-9

 

En aquel tiempo, llegaron algunos que le contaron lo de los galileos, cuya sangre había mezclado Pilato con la de sus sacrificios. Les respondió Jesús: ‘¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que todos los demás galileos, porque han padecido estas cosas? No, os lo aseguro; y si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo. O aquellos dieciocho sobre los que se desplomó la torre de Siloé matándolos, ¿pensáis que eran más culpables que los demás hombres que habitaban en Jerusalén? No, os lo aseguro; y si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo’. 

 

Les dijo esta parábola: ‘Un hombre tenía plantada una higuera en su viña, y fue a buscar fruto en ella y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: ‘Ya hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro; córtala; ¿para qué va a cansar la tierra?’. Pero él le respondió: ‘Señor, déjala por este año todavía y mientras tanto cavaré a su alrededor y echaré abono, por si da fruto en adelante; y si no da, la cortas’”.

 

 

 

COMENTARIO

 

En el pueblo judío había mucha confusión acerca de la Ley de Dios y del cumplimiento de la misma por parte del hombre. Se habían llegado a tener consideraciones sobre la misma que estaban muy equivocadas. Y Jesús las pone sobre la mesa.

 

Creer que una persona sufría un mal porque era pecadora era un error muy común. Por eso Jesús les dice que no eran más culpables de lo que les había pasado aquellas personas que perecieron a manos de Pilato que ellos mismos.

 

 

Jesús predica conversión. Lo hace porque sabe que lo que aquellos que hablan con Él le dicen no es adecuado ni se corresponde con la voluntad de Dios. Por eso el Creador tiene tanta paciencia con sus hijos… porque son y somos tardos en comprender lo que, de verdad, importa.

 

 

JESÚS, ayúdanos a comprender, en efecto, que la voluntad de Dios es crucial para nosotros.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

 

22 de octubre de 2021

Saber lo que importa

Lc 12, 54-59


"Jesús dijo a la multitud:

Cuando ven que una nube se levanta en occidente, ustedes dicen en seguida que va a llover, y así sucede. Y cuando sopla viento del sur, dicen que hará calor, y así sucede.

¡Hipócritas! Ustedes saben discernir el aspecto de la tierra y del cielo; ¿cómo entonces no saben discernir el tiempo presente?

¿Por qué no juzgan ustedes mismos lo que es justo? Cuando vas con tu adversario a presentarte ante el magistrado, trata de llegar a un acuerdo con él en el camino, no sea que el adversario te lleve ante el juez, y el juez te entregue al guardia, y éste te ponga en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo.'"

COMENTARIO

Lo que dice aquí el Hijo de Dios pudiera parecer extraño pero, en realidad, sólo constata la realidad de aquellos que creen saber mucho acerca de lo que a naturaleza les ofrece pero luego, a la hora de las cosas del alma, parecen no darse cuenta de nada.

Lo que Jesucristo les dice a los que le escuchaban entonces era que sí, que es muy importante conocer los fenómenos meteorológicos pero lo que en el fondo les debería importarse es darse cuenta de los signos de su tiempo, de Él mismo que les habla.

En realidad, aún les ofrece una posibilidad de redención cuando les dice que cuando tenga un problema es seguro que pueden arreglar las cosas. Más aún cuando se trata de cosas alma.



JESÚS, gracias por aconsejarnos como sólo puede hacerlo Dios.



Eleuterio Fernández Guzmán

20 de octubre de 2021

¿A qué vino Cristo?


Lc 12, 49-53


49 ‘He venido a arrojar un fuego sobre la tierra y ¡cuánto desearía que ya estuviera encendido! 50 Con un bautismo tengo que ser bautizado y ¡que angustiado estoy hasta que se cumpla! 51 ¿Creéis que estoy aquí para dar paz a la tierra? No, os lo aseguro, sino división. 52 Porque dese ahora habrá cinco en una casa y estarán divididos; tres contra dos, y dos contra tres; 53 estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre; la madre contra la hija y la hija contra la madre; la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra.”


COMENTARIO

No podemos decir que las palabras que pone aquí el Hijo de Dios en los corazones de los que le escuchen sean de las más tranquilizadores de las que pronunció a lo largo de sus años de predicación. Pero son, sin embargo, más que importantes.

Había venido Cristo al mundo a que el mundo se salvase. Pero eso no iba a ser fácil, no lo es ahora mismo, sino que mucho de lo que debía desaparecer bajo el fuego purificador del Espíritu Santo, por decirlo pronto. Y el fuego del que habla Jesucristo sólo puede ser un fuego que limpia y purifica.

El caso es que los ejemplos que pone el Hijo de Dios fueron, y son, los que vienen la mar de bien para comprender lo que pasa porque cuando alguien dice creer en el Hijo de Dios y todo lo que eso supone no es extraño que en el seno de su propia familia haya oposición...



JESÚS, gracias por decir las cosas como deben ser dichas aunque duelan tus palabras.



Eleuterio Fernández Guzmán

Estar preparados


Lc 12, 39-48





COMENTARIO

Ni es la primera vez ni son pocas las veces que el Hijo de Dios tiene y se ve en la obligación de decir que lo que quiere es que nos salvemos. Es decir, que quiere que sus hermanos los hombres no caigan en el foso del tanto habla el salmista al que llamamos, sencillamente, Infierno. Y eso se ha de hacer de una manera que explicita, como decimos, muchas veces: debemos estar preparados y no caer en la molicie espiritual consistente en creer que ya tenemos ganado el Cielo.

Jesucristo sabe más que bien que no podemos descuidar el alma porque, de hacerlo, es seguro que caeremos en tentaciones y la iremos ensuciando. Y eso es lo que aquí nos dice: debemos estar preparados porque no sabremos cuándo seremos llamados.


JESÚS, gracias por advertirnos de lo que verdaderamente importa.


Eleuterio Fernández Guzmán

19 de octubre de 2021

Estar siempre atentos

Lc 12, 35-38



35 ‘Estén ceñidos vuestros lomos y las lámparas encendidas, 36 y sed como hombres que esperan a que su señor vuelva de la boda, para que, en cuanto llegue y llame, al instante le abran. 37 Dichosos los siervos, que el señor al venir encuentre despiertos: yo os aseguro que se ceñirá, los hará ponerse a la mesa y, yendo de uno a otro, les servirá. 38 Que venga en la segunda vigilia o en la tercera,. Si los encuentra así, ¡dichosos de ellos!’”.

COMENTARIO

No es la primera vez que el Hijo del hombre avisa a sus hermanos de algo que debe ser muy importante cuando lo dice tantas veces y de tantas maneras lo dice: hay que estar preparados.

Nosotros entendemos tal preparación en lo referido al espíritu pues se ha de referir a un momento más que determinado. Y es que sin duda quiere decirnos que cuando seamos llamados por Dios a su Tribunal debemos estar preparados.

Insiste mucho Jesucristo en que la preparación no debe ser, digamos, algo así como por casualidad sino que ha de ser consciente y constante pues no sabemos, ciertamente, cuándo seremos llamados por Dios. Y quiere nuestro hermano Cristo que siempre estemos atentos y preparados...


JESÚS, gracias por advertirnos más que bien sobre la necesaria preparación.



Eleuterio Fernández Guzmán

18 de octubre de 2021

Mies y lobos

 

Lc 10,1-9

 

“En aquel tiempo, el Señor designó a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos delante de sí, a todas las ciudades y sitios a donde él había de ir. Y les dijo: ‘La mies es mucha, y los obreros pocos. Rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies. Id; mirad que os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias. Y no saludéis a nadie en el camino. 

‘En la casa en que entréis, decid primero: ‘Paz a esta casa’. Y si hubiere allí un hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; si no, se volverá a vosotros. Permaneced en la misma casa, comiendo y bebiendo lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No vayáis de casa en casa. En la ciudad en que entréis y os reciban, comed lo que os pongan; curad los enfermos que haya en ella, y decidles: ‘El Reino de Dios está cerca de vosotros’’”.

 

 

COMENTARIO

 

Mies y trabajadores

 

Jesús sabe que transmitir la Palabra de Dios supone que haya personas dispuestas a hacer tal cosa. Por eso pide a sus discípulos que pidan al Creador, en oración, que suscite, de entre ellos, a los que vayan a cumplir tal misión.

 

Lobos y ovejas

 

Sabe, de todas formas, Cristo, que allí donde van a ir aquellos enviados habrá muchas personas que no acepten el mensaje que llevan. Pero ellos, sus enviados, deben comportarse con total sometimiento a la Providencia de Dios.

 

Libertad de espíritu

 

Sin embargo, el Hijo de Dios, que sabe que el ser humano es libre para aceptar, o no, su mensaje, no les dice a sus enviados que obliguen a aceptar la Buena Noticia. Ellos harán lo que buenamente Dios quiera que hagan.

 

 

JESÚS, ayúdanos a ser trabajadores de la mies del Señor y a serlo en el ámbito en el que nos movemos, estamos y existimos.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

 

17 de octubre de 2021

Ser el último

Mc 10, 35-45

 

35 Se acercan a él Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, y le dicen: ‘Maestro, queremos, nos concedas lo que te pidamos.’ 36 Él les dijo: ¿Qué queréis que os conceda?’ 37 Ellos le respondieron: 'Concédenos que nos sentemos en tu gloria, uno a tu derecha y otro a tu izquierda.’ 38 Jesús les dijo: ‘No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber, o ser bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizado?’ 39 Ellos le dijeron: ‘Sí, podemos.» Jesús les dijo: ‘La copa que yo voy a beber, sí la beberéis y también seréis bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizado; 40 pero, sentarse a mi derecha o a mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es para quienes está preparado.’ 41 Al oír esto los otros diez, empezaron a indignarse contra Santiago y Juan.42 Jesús, llamándoles, les dice: ‘Sabéis que los que son tenidos como jefes de las naciones, las dominan como señores  absolutos y sus grandes las oprimen con su poder. 43 Pero no ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, 44 y el que quiera ser el primero entre vosotros, será esclavo de todos, 45 que tampoco el Hijo del hombre ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos.’”

 

 

 

COMENTARIO

 

La verdad es que no nos extraña nada de nada que los Zebedeos quisieran estar a la derecha y a la izquierda de Cristo en su Reino. Y es que humanamente entendible que eso quisieran aquellos arrojados hombres.

 

Cristo, de todas formas, les pone una condición que ellos iban a cumplir con el tiempo: beber el cáliz que él iba a beber. De todas formas, aún debían escuchar algo que era muy importante y que siempre deberían tener en cuenta.

 

Con esto último queremos decir que el Hijo de Dios les dice y nos dice que nunca debemos olvidar: quien quiera ser el primero en el definitivo Reino de Dios o, al menos, ocupar un buen lugar, debe ser servidor, aquí en la Tierra, de sus hermanos los hombres.

 

 

JESÚS,  gracias por marcarnos el camino hacia el Cielo.

 

Eleuterio Fernández Guzmán