31 de diciembre de 2021

No recibieron a la Luz

Jn 1, 1-5.9-16



Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. Al principio estaba junto a Dios. Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra y sin ella no se hizo nada de todo lo que existe. En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la percibieron. Ella estaba en el mundo, y el mundo fue hecho por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a los suyos, y los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la recibieron, a los que creen en su Nombre, les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios. Ellos no nacieron de la sangre, ni por obra de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino que fueron engendrados por Dios.

Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Y nosotros hemos visto su gloria, la gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de Él, al declarar: ‘Este es Aquél del que yo dije: El que viene después de mí me ha precedido, porque existía antes que yo’.

De su plenitud, todos nosotros hemos participado y hemos recibido gracia sobre gracia.”



COMENTARIO


El Evangelio de San Juan, aquel discípulo que es, además, autor del Apocalípsis y, por tanto, alguien que sabe lo que dice porque vio mucho y eso lo hace decir la verdad, nos presenta la llegada al mundo del Mesías.

El caso es que en este texto dice algunas veces que Dios envió a Su Hijo al mundo, a quien identifica como la Luz del mundo, pero el mundo estaba a otra cosa y no quisieron recibir a Quien había venido a salvarles.

Por otra parte, debemos tener muy en cuenta lo que dice aquí mismo Juan el Bautista acerca de que él ya puso sobre la pista de que había venido al mundo Quien existía antes que él, desde el Principio de todo y, es más, del Hijo hemos recibido, como dice Juan, gracia sobre gracia o, lo que es lo mismo, dones sobre dones.

JESÚS, gracias por haber sido y ser la Luz del mundo.



Eleuterio Fernández Guzmán

30 de diciembre de 2021

Ana, la profetisa

Lc 2, 36-40



Cuando llegó el día fijado por la Ley de Moisés para la purificación, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor.
Estaba también allí una profetisa llamada Ana, hija de Fanuel, de la familia de Aser, mujer ya entrada en años, que, casada en su juventud, había vivido siete años con su marido. Desde entonces había permanecido viuda, y tenía ochenta y cuatro años. No se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día con ayunos y oraciones. Se presentó en ese mismo momento y se puso a dar gracias a Dios. Y hablaba acerca del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.

Después de cumplir todo lo que ordenaba la Ley del Señor, volvieron a su ciudad de Nazaret, en Galilea. El niño iba creciendo y se fortalecía, lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba con Él.”


COMENTARIO

Es conocido, porque así está puesto en el Nuevo Testamento que, cuando José y María llevaron al Niño Jesús al Templo de Jerusalén para presentarlo al Señor, junto al anciano Simeón estaba otra anciana, de nombre Ana, que también supo darse cuenta de que aquel Niño era el Mesías.

El caso es que daba gracias a Dios Ana. Y las daba porque había apreciado en aquel Niño lo suficiente de su realidad como para darse cuenta de que era, en efecto, el Enviado de Dios. Y fue lo mismo que, como sabemos, decía Simeón.

José y María cumplieron con lo dicho en la Ley al respecto de la presentación del Niño en el Templo Y luego, como aquí mismo se nos dice, aquel Niño siguió creciendo como sucede con cualquiera niño. Sin embargo, Jesús lo hacía en sabiduría y gracia de Dios pues era Dios hecho hombre.



JESÚS, gracias por crecer como quería Dios que crecieses.




Eleuterio Fernández Guzmán

29 de diciembre de 2021

La espada que atravesará el alma

Lc 2, 22-35


"Cuando llegó el día fijado por la Ley de Moisés para la purificación, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, como está escrito en la Ley: 'Todo varón primogénito será consagrado al Señor'. También debían ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o de pichones de paloma, como ordena la Ley del Señor.

Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, que era justo y piadoso, y esperaba el consuelo de Israel. El Espíritu Santo estaba en él y le había revelado que no moriría antes de ver al Mesías del Señor. Conducido por el mismo Espíritu, fue al Templo, y cuando los padres de Jesús llevaron al niño para cumplir con Él las prescripciones de la Ley, Simeón lo tomó en sus brazos y alabó a Dios, diciendo:

'Ahora, Señor, puedes dejar que tu servidor muera en paz, como lo has prometido, porque mis ojos han visto la salvación que preparaste delante de todos los pueblos: luz para iluminar a las naciones paganas y gloria de tu pueblo Israel'.

Su padre y su madre estaban admirados por lo que oían decir de Él. Simeón, después de bendecirlos, dijo a María, la madre: 'Este niño será causa de caída y de elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción, y a ti misma una espada te atravesará el corazón. Así se manifestarán claramente los pensamientos íntimos de muchos'".

COMENTARIO

Es muy cierto que cuando José y María acuden al Templo de Jerusalén para cumplir con la Ley y presentar al Niño Jesús muchas de las cosas que pasan son muy importantes porque nos dicen mucho a los creyentes cristianos. Y es que el anciano Simeón, que llevaba mucho tiempo esperando aquel momento, sabe que por fin ha llegado y que aquel Niño que tiene en sus brazos es el Hijo de Dios. Y no nos extraña, por tanto, que ya no quiera ver nada más porque su corazón ha sido colmado de gozo y alegría.

Sin embargo, lo que le dice a la Virgen María acerca de la espada que ha de atravesar su alma, es bien seguro que la Madre de Dios lo guardó muy bien en su corazón y saldría del mismo en el justo momento en el que su hijo, en su Pasión, entregó su vida por todos nosotros.


JESÚS, consuela a tu Madre de tanto dolor y sufrimiento.


Eleuterio Fernández Guzmán

28 de diciembre de 2021

Santos Inocentes

Mt 2, 13-18


"Después de la partida de los magos, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: 'Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y permanece allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo'.

José se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto.

Allí permaneció hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por medio del Profeta:

'Desde Egipto llamé a mi hijo'.

Al verse engañado por los magos, Herodes se enfureció y mandó matar, en Belén y sus alrededores, a todos los niños menores de dos años, de acuerdo con la fecha que los magos le habían indicado. Así se cumplió lo que había sido anunciado por el profeta Jeremías:

'En Ramá se oyó una voz, hubo lágrimas y gemidos: es Raquel, que llora a sus hijos y no quiere que la consuelen, porque ya no existen'".

COMENTARIO

Ciertamente, todo este texto del Evangelio de San Marcos muestra hasta qué punto es posible ser mala persona. Y es que Herodes, viendo que a lo mejor su poder quedaría menguado por el nacimiento del “Rey de los judíos” no tiene otra idea mejor que matar a niños.

José hace bien, por otra parte, haciendo caso del aviso del Ángel del Señor que sabe lo que ha pasado por el corazón de Herodes y teme por la vida del Niño-Dios. Y por eso coge a María y a Jesús y se los lleva al exilio de Egipto.

Todo, sin embargo, se ha de cumplir a su tiempo pues cuando llegue el momento, y siguiendo las palabras del Ángel del Señor, José, María y Jesús volverán a Israel para que se cumpla todo lo escrito.


JESÚS, gracias por cumplir, palabra por palabra, con lo escrito.



Eleuterio Fernández Guzmán

27 de diciembre de 2021

Y creyó, Juan creyó


Jn 20,2-8

 

“El primer día de la semana, María Magdalena fue corriendo a Simón Pedro y a donde estaba el otro discípulo a quien Jesús quería y les dice: ‘Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto. Salieron Pedro y el otro discípulo, y se encaminaron al sepulcro. Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió por delante más rápido que Pedro, y llegó primero al sepulcro. Se inclinó y vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llega también Simón Pedro siguiéndole, entra en el sepulcro y ve las vendas en el suelo, y el sudario que cubrió su cabeza, no junto a las vendas, sino plegado en un lugar aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado el primero al sepulcro; vio y creyó.”

 

COMENTARIO

 

María Magdalena y las mujeres que la acompañan al sepulcro habían descubierto algo inaudito: no estaba el cuerpo del Señor. Y corren a decírselo al resto de discípulos que ya podemos imaginar lo que piensan de ellas.

 

Por lo que piensan de María Magdalena salen corriendo Simón y Pedro. Quieren comprobar con sus propios ojos eso de que el cuerpo del Maestro no está donde lo dejaron. Y, en efecto, entra primero Pedro y ve que no está.

 

Cuando entra Juan, el más joven de sus Apóstoles, también ve que es cierto: no está el cuerpo de Jesús sino que todo lo que le habían puesto para cubrir su cuerpo y su cabeza está en perfecto orden. Entonces comprende que ha resucitado. Y cree, entonces ve y cree.

 

JESÚS, gracias por haber resucitado.

 

 

Eleuterio Fernández Guzmán

26 de diciembre de 2021

Y todo se cumplió


Lc 2, 22-35.39-40

 

“22 Cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, 23 como está escrito en la Ley del Señor: = Todo varón primogénito será consagrado al Señor = 24 y para ofrecer en sacrificio = un par de tórtolas o dos pichones =, conforme a lo que se dice en la Ley del Señor. 25 Y he aquí que había en Jerusalén un hombre llamado Simeón; este hombre era justo y piadoso, y esperaba la consolación de Israel; y estaba en él el Espíritu Santo. 26 Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de haber visto al Cristo del Señor. 27 Movido por el Espíritu, vino al Templo; y cuando los padres introdujeron al niño Jesús, para cumplir lo que la Ley prescribía sobre él, 28 le tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: 29 ‘Ahora, Señor, puedes, según tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz; 30 porque han visto mis ojos tu salvación, 31 la que has preparado a la vista de todos los pueblos, 32 luz para iluminar a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel.’ 33 Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de él. 34 Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: ‘Este está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción - 35 ¡y a ti misma una espada te atravesará el alma! - a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones.’ 39 Así que cumplieron todas las cosas según la Ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. 40 El niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría; y la gracia de Dios estaba sobre él”.

  

COMENTARIO

 

La Ley y la Sagrada Familia

Ciertamente, podemos decir sin temor a equivocarnos, que la Sagrada Familia cumplía con la Ley en todo momento y nada más lejos de la realidad que no lo hiciera. Por eso acuden al Templo en forma y según lo establecido.

  

Simeón

Aquel anciano había tenido, seguramente, una revelación del Espíritu Santo que había escuchado en su corazón. Por eso sabe que aquel Niño es el Mesías enviado por Dios al mundo y por eso sabe, también, lo que le dice a la Virgen María.

 Lo que ha de venir

Lo que anuncia Simeón a María es seguro que lo guardó la Madre de Dios en su corazón y ahí lo llevó durante toda la vida en el mundo de Jesucristo. Por eso, también es seguro, que cuando pasó todo lo que pasó no se extrañó para nada sino que confirmó, entonces, que todo lo dicho por Simeón era cierto y verdad.

  

JESÚS,  gracias por cumplir siempre con la Voluntad de Dios.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

23 de diciembre de 2021

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Nace Juan, el Bautista

Lc 1, 57-66

 “57 Se le cumplió a Isabel el tiempo de dar a luz, y tuvo un hijo. 58 Oyeron sus vecinos y parientes que el Señor le había hecho gran misericordia, y se congratulaban con ella. 59 Y sucedió que al octavo día fueron a circuncidar al niño, y querían  ponerle el nombre de su padre, Zacarías, 60 pero su madre, tomando la palabra, dijo: ‘No; se ha de llamar Juan.’ 

61 Le decían: ‘No hay nadie en tu parentela que tenga ese nombre.’ 62 Y preguntaban por señas a su padre cómo quería que se le llamase. 63 El pidió una tablilla y escribió: ‘Juan es su nombre.’ Y todos quedaron admirados. 64 Y al punto se abrió su boca y su lengua, y hablaba bendiciendo a Dios. 

65 Invadió el temor a todos sus vecinos, y en toda la montaña de Judea se comentaban todas estas cosas; 66 todos los que las oían las grababan en su corazón, diciendo: «Pues ¿qué será este niño?» Porque, en efecto, la mano del Señor estaba con él.

COMENTARIO

Todo debía cumplirse según lo había establecido Dios. Por eso, Isabel iba a traer al mundo a su hijo, a su único hijo. La que llamaban estéril iba a dar a la humanidad al último profeta de la Antigua Alianza, quien sería el Precursor del Mesías. 

Zacarías debía estar, primero, preocupado por su propia situación pero, luego, debía estar esperanzado porque sabía que lo que le había dicho el Ángel iba a suceder como había sucedido todo lo que le había dicho. Y recupera la voz cuando hace Juan dándose cuenta de que aquel hijo suyo era un enviado de Dios. 

No es de extrañar, para nada, que todos los presentes se preguntaran qué sería de aquel niño. Y no era nada extraño porque, desde su propia concepción hasta el nacimiento, todo lo sucedido había sido un hecho, verdaderamente, extraordinario y propio, sólo, del poder Dios.

 

DIOS NUESTRO, PADRE NUESTRO, gracias por darnos un testigo tan fiel como fue Juan el Bautista.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

 

22 de diciembre de 2021

Y se cumplió todo

Lc 1, 46-56


"María dijo:

Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador, porque él miró con bondad la pequeñez de su servidora.

En adelante todas las generaciones me llamarán feliz, porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas: ¡su Nombre es santo!
Su misericordia se extiende de generación en generación sobre aquéllos que lo temen.

Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los soberbios de corazón. Derribó a los poderosos de su trono, y elevó a los humildes.

Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías. Socorrió a Israel, su servidor, acordándose de su misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y de su descendencia para siempre."

COMENTARIO


Cuando aquella joven llamada María escucha lo que su prima Isabel, ya de mayor edad y ahora embaraza, le dice se debió de producir en su corazón una especie de arrebato que le puso en la boca una serie de palabras que llenan el alma de quien las lee o escucha. Y es que en ellas manifiesta María la Voluntad de Dios y el cumplimiento que de ella se ha dado en el mundo desde que el mundo lo es.

Todo lo que dice María es cierto y verdad y pone sobre la mesas las cartas de un hacer que, partiendo del corazón del Creador, ha llevado a la humanidad por el camino correcto aunque la misma se quisiera desviar en muchas ocasiones.

Y, claro, como el Ángel Gabriel le dijo a María que su prima la llevaba seis meses de embarazo, la desposada de José se quedó con ella, como nos dice el texto bíblico, 3 meses, que eran los que, de ordinario y común proceder del cuerpo humano de la mujer en este caso, le faltaban para que quien sería llamado Juan viniera al mundo.



JESÚS, de nuevo gracias por escoger a una Madre tan servicial como María.



Eleuterio Fernández Guzmán

21 de diciembre de 2021

Conocer pronto a Cristo

Lc 1, 39-45


“39 En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; 40 entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. 41 Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo; 42 y exclamando con gran voz, dijo: ‘Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; 43 y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? 44 Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno.

 45 ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!’”.




COMENTARIO

Es verdad que la Virgen María o, mejor, aquella joven que aún no había dado a luz al Salvador del mundo, en cuanto supo que su prima Isabel estaba embaraza quiso echarle una mano y salir rauda hacia su pueblo. No lo dudó lo más mínimo pues su actitud de servicio era una característica propia de aquella joven.

Cuando Isabel ve a su prima María venir a visitarla es cierto que algo debía saber pues no es de esperar que quien no sabe nada del recién embarazo de una mujer diga lo que ella dice. Bien podemos pensar que el Espíritu Santo le ha soplado en su corazón y por eso sabe lo que sabe.

Lo bien cierto es que, por eso mismo de saber lo que sabe Isabel, tiene más que claro que lo su prima María ha escuchado del Ángel Gabriel, va a cumplirse palabra por palabra porque es la Voluntad de Dios la que subyace en las mismas.



JESÚS, gracias por escoger a María por Madre.



Eleuterio Fernández Guzmán

19 de diciembre de 2021

Cuando todo se anunció

 Lc 1, 26-38


"Al sexto mes envió Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Y, entrando, le dijo: 'Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.' Ella se conturbó por estas palabras y se preguntaba qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo: 'No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo a quien pondrás por nombre Jesús. Él será grande, se le llamará Hijo del Altísimo y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin.' María respondió al ángel: '¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?' El ángel le respondió: 'El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y se le llamará Hijo de Dios. Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez y este es ya el sexto mes de la que se decía que era estéril, porque no hay nada imposible para Dios.' Dijo María: 'He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.' Y el ángel, dejándola, se fue."

COMENTARIO


Gabriel, aquel al que se llama "Ángel del Señor", es enviado a un pueblo no grande y a Anunciar a una joven muy joven lo que Dios tenía preparado para ella. Y es que la historia de la salvación tenía su punto de salida en aquel momento. Y es lo que hace Gabriel. 


En realidad, lo que hace el Ángel Gabriel es demandar a la joven María si quiere ser Madre de Dios, así de sencillo pero así de difícil la contestación que debía darle María. Y el caso es que, como podemos imaginar, aquella jovencita otra cosa no quería que eso pues estaba entregada, seguramente desde más niña aún, al Todopoderoso.


No deja de sorprendernos, de todas formas, la valentía y la fe que muestra María. Y es que todo lo acepta de tal manera que ella misma se define como “esclava del Señor”. Y es que sabía muy bien lo que eso suponía y es que, acabar siendo Madre del Hijo de Dios no era como para decir otra cosa. Y ella bien que lo sabía.




JESÚS, gracias por haber escogido a una Madre como María.


En ejercicio del amor

Lc 1, 39-45


“39 En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; 40 entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. 41 Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo; 42 y exclamando con gran voz, dijo: ‘Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; 43 y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? 44 Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno.

 

45 ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!’”.

 

COMENTARIO

Sabemos que antes de que pase lo que nos dice San Lucas que pasó y que recoge el texto de hoy, aquella joven María había dicho que sí a Dios. El caso es que, una vez supo que su prima Isabel estaba embarazada de seis meses y siendo ella ya persona de edad, no lo duda lo más mínimo y va a echarle una mano.

El caso es que el encuentro entre María e Isabel no fue un encuentro cualquiera. Y es que la segunda sabe que la Virgen María está embarazada del Mesías y exulta de alegría.

Sin embargo, hubo alguien que también se alegró mucho de que el Mesías estuviera tan cerca de Él. Y es a quien luego llamarían Juan y quien anunciaría le llegada del Enviado de Dios.

 

JESÚS, gracias por haber escogido a María como Madre.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

18 de diciembre de 2021

Esclava del Señor

Lc 1, 26-38


"Al sexto mes envió Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Y, entrando, le dijo: 'Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.' Ella se conturbó por estas palabras y se preguntaba qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo: 'No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo a quien pondrás por nombre Jesús. Él será grande, se le llamará Hijo del Altísimo y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin.' María respondió al ángel: '¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?' El ángel le respondió: 'El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y se le llamará Hijo de Dios. Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez y este es ya el sexto mes de la que se decía que era estéril, porque no hay nada imposible para Dios.' Dijo María: 'He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.' Y el ángel, dejándola, se fue."

COMENTARIO

En realidad, lo que hoy nos trae el Calendario Litúrgico en cuanto a texto del Evangelio de San Lucas es algo más que conocido y que muchas otras veces hemos leído o escuchado: la Anunciación.

El caso es que cuando una joven judía, que se había entregado a Dios (a menos, íntimamente o, digamos, sin alharacas sociales) dice lo que dice después de que el Ángel Gabriel le diga lo que le dice es que lo tiene todo más que claro y bien definido en su corazón, que no duda nada de hada lo que manifiesta.

María, la Virgen María y la Inmaculada María, fue escogida por Dios para ser su Madre desde el principio de los tiempos aunque no acabemos de comprender cómo es eso que pasó y cómo pasó eso. De todas formas, nosotros tenemos creído por fe que las cosas fueron así y que María, aquel buen día en el que se le apareció el Ángel del Señor (no un Ángel cualquiera…) sabía que su respuesta iba a ser sí y, además, que eso lo decía al saberse esclava del Señor.



JESÚS, gracias por haber escogido a María para que fuera Madre tuya.



Eleuterio Fernández Guzmán

17 de diciembre de 2021

De dónde viene Cristo

Mt 1, 1-3.5.7.11-17


"Libro del origen de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán. Abrahán engendró a Isaac, Isaac engendró a Jacob, Jacob engendró a Judá y a sus hermanos. Judá engendró, de Tamar, a Fares y a Zará, Fares engendró a Esrón, Esrón engendró a Arán, Salmón engendró, de Rajab, a Booz; Booz engendró, de Rut, a Obed; Obed engendró a Jesé, Jesé engendró a David, el rey.

David, de la mujer de Urías, engendró a Salomón, Salomón engendró a Roboán, Roboán engendró a Abías, Abías engendró a Asaf, Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, cuando el destierro de Babilonia.

Después del destierro de Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel engendró a Zorobabel, Zorobabel engendró a Abiud, Abiud engendró a Eliaquín, Eliaquín engendró a Azor, Azor engendró a Sadoc, Sadoc engendró a Aquín, Aquín engendró a Eliud, Eliud engendró a Eleazar, Eleazar engendró a Matán, Matán engendró a Jacob; y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.

Así, las generaciones desde Abrahán a David fueron en total catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia hasta el Cristo, catorce."



COMENTARIO

Es cierto y verdad que toda la relación de nombres de personas y de generaciones entre Abrahám y Jesucristo abruman más que un poco y causa una sensación de que estamos ante toda la historia del pueblo elegido por Dios. Y es que así es la cosa.

De todas formas, a pesar de ser eso muy importante porque nos ofrece un conocimiento importante de lo que fueron lo antepasados del Hijo de Dios, hay algo que es más importante. Y nos referimos al final de toda esta relación cuando no se nos dice, como en todos los demás casos, que José “engendró” a Jesucristo sino que fue el esposo de María, de la que nació Cristo.

En realidad, esto viene la mar de bien para aquellas personas que crean que concepción del Hijo de Dios fue como la de cualquier persona porque no lo fue.



PADRE DIOS, gracias por hacer que las cosas fueron como fueron.



Eleuterio Fernández Guzmán

15 de diciembre de 2021

No sentirse escandalizado

Lc 7, 19-23


"Juan el Bautista, llamando a dos de sus discípulos, los envió a decir al Señor: '¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?'

Cuando se presentaron ante Jesús, le dijeron: 'Juan el Bautista nos envía a preguntarte: '¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?'.

En esa ocasión, Jesús curó mucha gente de sus enfermedades, de sus dolencias y de los malos espíritus, y devolvió la vista a muchos ciegos. Entonces respondió a los enviados:

'Vayan a contar a Juan lo que han visto y oído: los ciegos ven, los paralíticos caminan, los leprosos son purificados y los sordos oyen, los muertos resucitan, la Buena Noticia es anunciada a los pobres. ¡Y feliz aquel para quien yo no sea motivo de tropiezo!'"

COMENTARIO

Ciertamente, aquellos que escuchaban a Juan el Bautista lo tenían por un hombre santo aunque ya se encargaba él de decir que no era el Mesías sino que Otro vendría a bautizar con fuego y Espíritu Santo. Por eso envía a sus discípulos a preguntar a su primo Jesús si era el Enviado de Dios pues era importante que eso se supiera.

Lo que hace el Hijo de Dios, para mostrar y demostrar que sí lo es, sencillamente, hacer lo que siempre hacía: curar las dolencias del pueblo y, sobre todo, transmitir que eso era lo que estaba escrito en las Sagradas Escrituras judías.

Sencillamente, Jesucristo mostraba las señales que, en efecto, determinaban que era el Mesías. Por eso dice que son dichosos aquellos que no se escandalizan de lo que ven que hace pues es muestra de que creen y tienen fe.



JESÚS, gracias por hacer lo que debías hacer a pesar de muchos.



Eleuterio Fernández Guzmán

14 de diciembre de 2021

¡Cuidado con creerse elegidos por Dios!

Mt 21, 28-32


28 ¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: “Hijo, ve hoy a trabajar en la viña”. 29 Él le contestó: “No quiero”. Pero después se arrepintió y fue. 30 Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: “Voy, señor”. Pero no fue. 31 ¿Quién de los dos cumplió la voluntad de su padre?». Contestaron: «El primero». Jesús les dijo: «En verdad os digo que los publicanos y las prostitutas van por delante de vosotros en el reino de Dios. 32 Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, vosotros no os arrepentisteis ni le creísteis».

COMENTARIO

No podemos negar que cuando el Hijo de Dios hablaba con muchos de los que eran miembros del pueblo elegido por Dios es seguro que los decepcionaba. Y es que ellos, que se sabían elegidos, a lo mejor habían hecho hecho eso de “cría fama y échate a dormir” pues, al parecer, no acababan de comprender la Voluntad de Dios. Seguramente, no les convenía y eso es lo que ellos pensaban.

Estamos más que seguros que muchos se sintieron ofendidos cuando escucharon de boca del Maestro de Nazaret que había quienes les iban a preceder en llegar a definitivo Reino de Dios. Y es que escuchar que tanto los publicanos como las rameras iban a atravesar antes la puerta del Cielo no era cosa muy buena de escuchar porque los ponía a ellos mucho peor que a las personas referidas por Cristo a los que todos tenían por pecadores…

Y es que la forma de pensar de Dios no es, siempre, como la de los hombres...



JESÚS, gracias por decir la verdad siempre.



Eleuterio Fernández Guzmán

13 de diciembre de 2021

Fieles a la voluntad de Dios

Mt 21,23-27

En aquel tiempo, Jesús entró en el templo. Mientras enseñaba se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo diciendo: ‘¿Con qué autoridad haces esto? ¿Y quién te ha dado tal autoridad?’. Jesús les respondió: ‘También yo os voy a preguntar una cosa; si me contestáis a ella, yo os diré a mi vez con qué autoridad hago esto. El bautismo de Juan, ¿de dónde era?, ¿del cielo o de los hombres?’. Ellos discurrían entre sí: ‘Si decimos: ‘Del cielo’, nos dirá: ‘Entonces, ¿por qué no le creísteis?’. Y si decimos: ‘De los hombres’, tenemos miedo a la gente, pues todos tienen a Juan por profeta’. Respondieron, pues, a Jesús: ‘No sabemos’. Y Él les replicó asimismo: ‘Tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto’”.

 

COMENTARIO

 

No podemos dejar de reconocer que aquellos que perseguían a Jesús querían tener siempre la razón. Y no hay más que ver lo que hoy nos trae el evangelio de San Mateo para ver que no querían ser contrariados por nada ni por nadie.

 

Ellos quieren saber pero, a su vez, parece que no quieran que nada les perturbe su pensamiento y su espiritualidad. No quieren sentirse interpelados ni siquiera por el Maestro a quien preguntan acerca de la autoridad con que hace las cosas que hace o dice las que dice.

 

Jesús les da la respuesta que verdaderamente merecen. Ellos no quieren delatarse ante aquellos que les escuchan. Saben que el Bautista era un gran profeta y temen mucho de parte de muchos. Por eso nada pueden recibir de parte del Hijo de Dios.

 

 

JESÚS,  ayúdanos a ser fieles a la voluntad de Dios.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

12 de diciembre de 2021

El Bautista


Lucas 3, 10-18


“En aquel tiempo, la gente preguntaba a Juan: —‘¿Entonces, qué hacemos?’ Él contestó:—‘El que tenga dos túnicas, que se las reparta con el que no tiene; y el que tenga comida, haga lo mismo’.

Vinieron también a bautizarse unos publicanos y le preguntaron:

—‘Maestro, ¿qué hacemos nosotros?’ Él les contestó: —‘No exijáis más de lo establecido.’ Unos militares le preguntaron: —‘¿Qué hacemos nosotros?’


Él les contestó:—‘No hagáis extorsión ni os aprovechéis de nadie, sino contentaos con la paga.’ El pueblo estaba en expectación, y todos se preguntaban si no sería Juan el Mesías; él tomó la palabra y dijo a todos: —‘Yo os bautizo con agua; pero viene el que puede más que yo, y no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego; tiene en la mano el bieldo para aventar su parva y reunir su trigo en el granero y quemar la paja en una hoguera que no se apaga.’


Añadiendo otras muchas cosas, exhortaba al pueblo y le anunciaba el Evangelio.”


COMENTARIO


Ciertamente, cuando aquel hombre, hijo de Zacarías y de Isabel, empieza a predicar en el desierto (nunca mejor dicho esto para el caso de que se trata) sabe que debe hacerlo porque se le ha dicho, de parte de Dios, que debe hacerlo. Y no lo hace con medias tintas (por eso lo matarían) sino que decía las cosas bien dichas y para que nadie se llevase a engaño.

Juan el Bautista, que bautizaba con agua, sabía muy bien que Quien iba a venir lo haría con fuego y con el Espíritu Santo. Y es que seguramente también se le había dicho que el Mesías ya andaba entre ellos aunque aún no se hubiese presentado al mundo. Y es que por eso tenía Juan muy claro que, en efecto, no merecía ni desatarle la correa de sus sandalias...



JESÚS, gracias por haber cumplido con tu misión desde aquel río Jordán...



Eleuterio Fernández Guzmán

10 de diciembre de 2021

Reconocer a Cristo


Mt 11, 16-19

16 ¿Pero, con quién compararé a esta generación? Se parece a los chiquillos que, sentados en las plazas, se gritan unos a otros diciendo: 17 ¡Os hemos tocado la flauta y no habéis bailado; os hemos entonado endechas y no os habéis lamentado. 18 Porque vino Juan, que no comía ni bebía, y dicen: ‘Demonio tiene.’ 19 Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: ‘Ahí tenéis un comilón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores’ Y la Sabiduría se ha acreditado por sus obras.’”


COMENTARIO

No podemos negar que el Hijo de Dios tenía una paciencia más que destacable. Y eso se lo hace ver a lo que, en aquel momento, le escuchan. Y es que quiere que comprendan que sí, que había venido el Mesías.

Aquellos niños a los que se refiere Jesucristo bien puede el mismo pueblo judío que, al parecer, por mucho que se haga ante ellos no es capaz de apreciar que aquel hombre que les habla, es el Enviado de Dios.

El caso es que Jesucristo ya había hecho y dicho otro tanto entre aquellos que le estaban escuchando. Es decir, su predicación y sus acciones extraordinarias que damos en llamar milagros deberían haber sido suficiente prueba de que era Dios hecho hombre. Pero, al parecer, no era así


JESÚS, gracias por predicar la Verdad y ser la Verdad misma.



Eleuterio Fernández Guzmán

9 de diciembre de 2021

El Bautista Juan

Mt 11,11-15

 

En aquel tiempo, dijo Jesús a las turbas: ‘En verdad os digo que no ha surgido entre los nacidos de mujer uno mayor que Juan el Bautista; sin embargo, el más pequeño en el Reino de los Cielos es mayor que él. Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el Reino de los Cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan. Pues todos los profetas, lo mismo que la Ley, hasta Juan profetizaron. Y, si queréis admitirlo, él es Elías, el que iba a venir. El que tenga oídos, que oiga’”.

 

 

COMENTARIO

 

La verdad es que Jesús hacía todo lo posible para que se comprendiese que Él era el Enviado de Dios. Por eso habla de Juan, que le había bautizado, en términos tan elogiosos y, a la vez, tan característicos de quien siéndolo aquí todo en el definitivo Reino de Dios no lo es tanto.

 

Jesús sabe que todo se está cumpliendo. Como estaba escrito desde hacía muchos siglos, palabra por palabra y circunstancia por circunstancia, todo aquello que Dios tenía previsto para el hombre está llevándose a cabo.

 

Pero Jesús insiste en algo muy importante: Juan el Bautista, quien en el Jordán con agua perdonaba los pecados por mandato de Dios, era quien todos estaban esperando desde hacía siglos: el Precursor. Y muchos no lo quisieron.

 

 

JESÚS, ayúdanos a reconocer en Juan a quien Dios había enviado para ser su palabra recta y camino certero hacia su definitivo Reino.

 

Eleuterio Fernández Guzmán