5 de febrero de 2022

Y les enseñó

Mc, 6, 30-34



Al regresar de su misión, los Apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado.

Él les dijo: ‘Vengan ustedes solos a un lugar desierto, para descansar un poco’. Porque era tanta la gente que iba y venía, que no tenían tiempo ni para comer. Entonces se fueron solos en la barca a un lugar desierto. Al verlos partir, muchos los reconocieron, y de todas las ciudades acudieron por tierra a aquel lugar y llegaron antes que ellos.

Al desembarcar, Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella, porque eran como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles largo rato.”


COMENTARIO


Era lógico que los Apóstoles anduvieran por el mundo dando noticia de la Buena Noticia y también lo es que volvieran donde Jesús para darle nuevas de eso que habían hecho.

También era lógico que el Hijo de Dios quisiera enseñar a sus Apóstoles acerca de lo que debían predicar y, a su vez, ellos enseñar. Por eso quiere que se aparten del gentío pero, en realidad, eso era muy difícil.

Tan difícil era que cuando Jesucristo vio que, a pesar de intentar alejarse del gentío el gentío acababa encontrándolos, se apiada de ellos y vuelve a enseñarles pues, es verdad, andaban como ovejas que no tienen pastor y Él era el Pastor Bueno.


JESÚS, gracias por enseñar como debe ser enseñada la verdad.



Eleuterio Fernández Guzmán

4 de febrero de 2022

Lo que puede hacer el Mal

Mc 6, 17-29

 

“Herodes había hecho arrestar y encarcelar a Juan a causa de Herodías, la mujer de su hermano Felipe, con la que se había casado. Porque Juan decía a Herodes: “No te es lícito tener a la mujer de tu hermano”. Herodías odiaba a Juan e intentaba matarlo, pero no podía, porque Herodes lo respetaba, sabiendo que era un hombre justo y santo, y lo protegía. Cuando lo oía, quedaba perplejo, pero lo escuchaba con gusto.


Un día se presentó la ocasión favorable. Herodes festejaba su cumpleaños, ofreciendo un banquete a sus dignatarios, a sus oficiales y a los notables de Galilea. Su hija, también llamada Herodías, salió a bailar, y agradó tanto a Herodes y a sus convidados, que el rey dijo a la joven: “Pídeme lo que quieras y te lo daré”. Y le aseguró bajo juramento: “Te daré cualquier cosa que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino”. Ella fue a preguntar a su madre: “¿Qué debo pedirle?” “La cabeza de Juan el Bautista”, respondió ésta.
La joven volvió rápidamente donde estaba el rey y le hizo este pedido: “Quiero que me traigas ahora mismo, sobre una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista”.


El rey se entristeció mucho, pero a causa de su juramento, y por los convidados, no quiso contrariarla. En seguida, mandó a un guardia que trajera la cabeza de Juan. El guardia fue a la cárcel y le cortó la cabeza. Después la trajo sobre una bandeja, la entregó a la joven y ésta se la dio a su madre.


Cuando los discípulos de Juan lo supieron, fueron a recoger el cadáver y lo sepultaron.

 

COMENTARIO

 

El episodio bíblico de la muerte de Juan el Bautista es una clara muestra de hasta donde puede llegar la maldad y hasta dónde el ser humano puede ser necio y despreocupado.

 

Juan el Bautista no había hecho más que decirle a Herodes una verdad tan grande como que no podía casarse con la mujer con la que quería casarse. Y es de esperar que tal mujer no quiera muy bien a Juan. Por eso procura su muerte hasta que la consigue. Maldad en estado puro.

 

El Bautista había cumplido con la misión que tenía en encomendada y que no era otra que anunciar al Mesías y difundir y defender la Palabra de Dios. Por eso es asesinado de una manera tan vil.

 

 

JESÚS,  agradece a tu primo Juan haber sido fiel y leal a Dios.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

3 de febrero de 2022

Escogidos y enviados por Cristo

Mc  6,7-13


En aquel tiempo, Jesús llamó a los Doce y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus inmundos. Les ordenó que nada tomasen para el camino, fuera de un bastón: ni pan, ni alforja, ni calderilla en la faja; sino: ‘Calzados con sandalias y no vistáis dos túnicas’. Y les dijo: ‘Cuando entréis en una casa, quedaos en ella hasta marchar de allí. Si algún lugar no os recibe y no os escuchan, marchaos de allí sacudiendo el polvo de la planta de vuestros pies, en testimonio contra ellos’. Y, yéndose de allí, predicaron que se convirtieran; expulsaban a muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.”

COMENTARIO

Enviados por Cristo

 

Jesús envía al mundo a los que escoge para ser sus evangelizadores. Sabe que a las personas que escoge y que responden sí a su petición, no les van a defraudar y van a hacer todo lo posible para que la Palabra de Dios llegue al mundo.

 

Lo que hay que tener en cuenta

 

Hay cosas que, en la vida de un creyente, tienen importancia pero otras no lo tienen. Jesús sabe que lo que importa no es acumular en esta vida sino, en todo caso, acumular para la vida eterna.

 

Dar a quien quiera recibir

 

Jesús sabe que no todas las personas van a recibir bien la Palabra de Dios, la doctrina Santa. Sin embargo, no obliga a nadie a aceptarla. Propone pero no impone y tal es la actitud que recomienda a los suyos.

 

 

JESÚS, aquello que comunicas a tus enviados, entonces, es importante, también, ahora mismo. Ayúdanos a ser buenos transmisores de la Palabra de Dios.

  

 

Eleuterio Fernández Guzmán

 

2 de febrero de 2022

Miércoles, 2 de febrero de 2022


Lc 2, 22-32


“Cuando llegó el día fijado por la Ley de Moisés para la purificación, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, como está escrito en la Ley: Todo varón primogénito será consagrado al Señor. También debían ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o de pichones de paloma, como ordena la Ley del Señor.

Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, que era justo y piadoso, y esperaba el consuelo de Israel. El Espíritu Santo estaba en él y le había revelado que no moriría antes de ver al Mesías del Señor. Conducido por el mismo Espíritu, fue al Templo, y cuando los padres de Jesús llevaron al niño para cumplir con él las prescripciones de la Ley, Simeón lo tomó en sus brazos y alabó a Dios, diciendo: ’Ahora, Señor, puedes dejar que tu servidor muera en paz, como lo has prometido, porque mis ojos han visto la salvación que preparaste delante de todos los pueblos: luz para iluminar a las naciones paganas y gloria de tu pueblo Israel.’”


COMENTARIO


Como era de esperar, José y María cumplen con la Ley y acuden al Templo para presentar a su hijo Jesús. Era algo que se hacía porque así estaba establecido y porque era un deber espiritual más que necesario.


Simeón, aquel anciano santo, esta como tantas otras veces en el Templo porque estaba seguro de que Dios le permitiría ver a su Mesías. Y aquel día se dio cuenta de que aquel Niño era, en verdad, el Enviado de Dios.


Lo que dice Simeón del Niño era lo que se esperaba de Quien era enviado por el Todopoderoso. Por eso no nos extraña que, en iluminara a las naciones y diera gloria al pueblo de Israel.



JESÚS, gracias por haber cumplido, desde aquel entonces, con tu misión.



Eleuterio Fernández Guzmán

1 de febrero de 2022

Con el poder de Dios

Mc 5, 22-43


En aquel tiempo, Jesús pasó de nuevo en la barca a la otra orilla y se aglomeró junto a Él mucha gente; Él estaba a la orilla del mar. Llega uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo, y al verle, cae a sus pies, y le suplica con insistencia diciendo: «Mi hija está a punto de morir; ven, impón tus manos sobre ella, para que se salve y viva». Y se fue con él. Le seguía un gran gentío que le oprimía. Entonces, una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años, y que había sufrido mucho con muchos médicos y había gastado todos sus bienes sin provecho alguno, antes bien, yendo a peor, habiendo oído lo que se decía de Jesús, se acercó por detrás entre la gente y tocó su manto. Pues decía: «Si logro tocar aunque sólo sea sus vestidos, me salvaré». Inmediatamente se le secó la fuente de sangre y sintió en su cuerpo que quedaba sana del mal. Al instante, Jesús, dándose cuenta de la fuerza que había salido de Él, se volvió entre la gente y decía: «¿Quién me ha tocado los vestidos?» Sus discípulos le contestaron: «Estás viendo que la gente te oprime y preguntas: "¿Quién me ha tocado?"» Pero Él miraba a su alrededor para descubrir a la que lo había hecho. Entonces, la mujer, viendo lo que le había sucedido, se acercó atemorizada y temblorosa, se postró ante Él y le contó toda la verdad. Él le dijo: «Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz y queda curada de tu enfermedad». Mientras estaba hablando llegan de la casa del jefe de la sinagoga unos y le dice: «Tu hija ha muerto; ¿a qué molestar ya al Maestro?» Jesús que oyó lo que habían dicho, dice al jefe de la sinagoga: «No temas; solamente ten fe». Y no permitió que nadie le acompañara, a no ser Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago. Llegan a la casa del jefe de la sinagoga y observa el alboroto, unos que lloraban y otros que daban grandes alaridos. Entra y les dice: «¿Por qué alborotáis y lloráis? La niña no ha muerto; está dormida». Y se burlaban de Él. Pero Él después de echar fuera a todos, toma consigo al padre de la niña, a la madre y a los suyos, y entra donde estaba la niña. Y tomando la mano de la niña, le dice: «Talitá kum», que quiere decir: «Muchacha, a ti te digo, levántate». La muchacha se levantó al instante y se puso a andar, pues tenía doce años. Quedaron fuera de sí, llenos de estupor. Y les insistió mucho en que nadie lo supiera; y les dijo que le dieran a ella de comer.



COMENTARIO

El caso es que cuando al Hijo de Dios se le tiene confianza y fe en lo que es capaz de hacer con el poder de su Padre del Cielo pasa lo que pasa y que recoge este extenso texto del Evangelio de San Marcos: nadie sale defraudado.

Aquellas personas, tanto Jairo como la hemorroísa, tenían graven problemas. Es más, al primero de ellos se le estaba muriendo una hija (y se muere) y a la segunda, aquella mujer enferma, nada le había dado solución a su grave problema.

Decimos arriba que la confianza en Jesucristo tiene su recompensa no sólo espiritual sino, aquí mismo física. Y es que el Hijo de Dios trae a la vida a la hija de Jairo y cura, con sólo tocar una pieza de su ropa, a la hemorroísa. Y es que el poder de Dios es lo que tiene… que es totalmente poderoso.



JESÚS, gracias por ser bueno y misericordioso.



Eleuterio Fernández Guzmán

31 de enero de 2022

El bien que no entiende en hombre

Mc 5,1-20

 

“En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos llegaron al otro lado del mar, a la región de los gerasenos. Apenas saltó de la barca, vino a su encuentro, de entre los sepulcros, un hombre con espíritu inmundo que moraba en los sepulcros y a quien nadie podía ya tenerle atado ni siquiera con cadenas, pues muchas veces le habían atado con grillos y cadenas, pero él había roto las cadenas y destrozado los grillos, y nadie podía dominarle. Y siempre, noche y día, andaba entre los sepulcros y por los montes, dando gritos e hiriéndose con piedras. Al ver de lejos a Jesús, corrió y se postró ante Él y gritó con gran voz: “¿Qué tengo yo contigo, Jesús, Hijo de Dios Altísimo? Te conjuro por Dios que no me atormentes”. Es que Él le había dicho: “Espíritu inmundo, sal de este hombre”. Y le preguntó: “¿Cuál es tu nombre?”. Le contesta: “Mi nombre es Legión, porque somos muchos”. Y le suplicaba con insistencia que no los echara fuera de la región.

 

Había allí una gran piara de puercos que pacían al pie del monte; y le suplicaron: “Envíanos a los puercos para que entremos en ellos”. Y se lo permitió. Entonces los espíritus inmundos salieron y entraron en los puercos, y la piara -unos dos mil- se arrojó al mar de lo alto del precipicio y se fueron ahogando en el mar. Los porqueros huyeron y lo contaron por la ciudad y por las aldeas; y salió la gente a ver qué era lo que había ocurrido. Llegan donde Jesús y ven al endemoniado, al que había tenido la Legión, sentado, vestido y en su sano juicio, y se llenaron de temor. Los que lo habían visto les contaron lo ocurrido al endemoniado y lo de los puercos. Entonces comenzaron a rogarle que se alejara de su término.

 

Y al subir a la barca, el que había estado endemoniado le pedía estar con Él. Pero no se lo concedió, sino que le dijo: “Vete a tu casa, donde los tuyos, y cuéntales lo que el Señor ha hecho contigo y que ha tenido compasión de ti”. Él se fue y empezó a proclamar por la Decápolis todo lo que Jesús había hecho con él, y todos quedaban maravillados.

 

 

COMENTARIO

 

Sin duda, aquel hombre lo estaba pasando muy mal. Estaba, según nos dice el texto del Evangelio de San Marcos, gravemente endemoniado. Tenía muchos demonios. Por eso necesitaba el auxilio de Aquel a Quien los demonios temían: el Hijo de Dios.

 

Jesús echa a los demonios de aquel hombre. Sin embargo, a la ambición humana aquello, siendo tan maravilloso, parece no importarle nada. Y es que aquellos hombres  no querían perder e negocio que hacían con los cerdos. Al parecer poco les importaba la vida de su prójimo endemoniado.

 

Aquel hombre, como es de esperar, está agradecido. Por eso quiere acompañar a Jesús. Pero el Maestro prefiere que diga lo que Dios ha hecho en su favor. Por eso no nos extraña nada que la fama de santidad de Jesucristo se extendiera por doquier.

 

 

JESÚS, ayúdanos a aceptar el auxilio de tu corazón.

 

 

 

 

 

Eleuterio Fernández Guzmán

 

30 de enero de 2022

Querían despeñarlo


Lc 4, 21-30

 


“21 Comenzó, pues, a decirles: ‘Esta Escritura, que acabáis de oír, se ha cumplido hoy.’ 22 Y todos daban testimonio de él y estaban admirados de las palabras llenas de gracia que salían de su boca. Y decían: ‘¿No es éste el hijo de José?’ 23 Él les dijo: ‘Seguramente me vais a decir el refrán: Médico, cúrate a ti mismo. Todo lo que hemos oído que ha sucedido en Cafarnaúm, hazlo también aquí en tu patria.’24 Y añadió: ‘En verdad os digo que ningún profeta es bien recibido en su patria.’ 25 ‘Os digo de verdad: Muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando se cerró el cielo por tres años y seis meses, y hubo gran hambre en todo el país; 26 y a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a = una mujer viuda de Sarepta de Sidón. = 27 Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, y ninguno de ellos fue purificado sino Naamán, el sirio.’ 28 Oyendo estas cosas, todos los de la sinagoga se llenaron de ira; 29 y, levantándose, le arrojaron fuera de la ciudad, y le llevaron a una altura escarpada del monte sobre el cual estaba edificada su ciudad, para despeñarle. 30 Pero él, pasando por medio de ellos, se marchó.”

 

 

COMENTARIO

 

Resulta síntoma de tener unas miras muy cortas cuando entendemos que lo bueno es para nosotros y los demás no pueden gozar de eso. Y es lo que les pasa a muchos que escuchan al Hijo de Dios y que creen que hace de menos al pueblo de Israel.

 

Los que escuchaban aquel día a Jesús querían oír algo que halagase sus oídos como, por ejemplo, que Dios había escogido al pueblo de Israel como su pueblo y que los demás, en fin…, que no tenían importancia.

 

Sin embargo, Jesucristo sabe que el Amor de Dios no se circunscribe a un solo pueblo sino que es de todo aquel que lo acepta como Padre y le pide compasión y Amor. Y eso, al parecer, había muchos que no querían aceptarlo con ser la verdad. Y por eso querían despeñarlo... ¡claro!

 

JESÚS,  gracias por decir la verdad de la Verdad.

 

Eleuterio Fernández Guzmán