8 de mayo de 2021

Ser odiados por ser discípulos

Jn 15, 18-21


18’Si el mundo os odia, sabed que a mí he ha odiado antes que a vosotros. 19 Si fuéramos del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero, como no sois del mundo, porque yo al elegiros os he sacado del mundo, por eso os odia el mundo. 20 Acordaos de la palabra que os he dicho: el siervo no es más que su señor. Si a mí me han perseguido, también os perseguirán a vosotros; si han guardado mi Palabra, también la vuestra guardarán. 21 Pero todo esto os lo harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado’”.



COMENTARIO

Las palabras que el Hijo de Dios dice en este texto del Evangelio de San juan son verdaderamente clarificadoras. Y es que pone sobre la mesa una gran verdad que tiene todo que ver con quiénes somos sus discípulos y a qué debemos atenernos.

No somos del mundo. No es que no vivamos en el mundo sino que, aunque aquí estemos, somos hijos de Dios que hemos sido elegidos para la vida eterna y esto es un pasar, un valle de lágrimas que debemos superar.

Ahora bien, es cierto y verdad que seremos perseguidos por aquellos que forman parte del mundo y lo dominan. Y es que tienen más que claro que si persiguieron al Maestro, lo mismo deben hacer con los discípulos… porque no saben lo que hacen.



JESÚS, gracias por advertirnos con palabras tan sencillas y claras.



Eleuterio Fernández Guzmán 

7 de mayo de 2021

Amarse unos a otros

Jn 15, 12-17



"Jesús dijo a sus discípulos:

'Este es mi mandamiento: Ámense los unos a los otros, como yo los he amado. No hay amor más grande que dar la vida por los amigos. Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo servidores, porque el servidor ignora lo que hace su señor; yo los llamo amigos, porque les he dado a conocer  todo lo que oí de mi Padre. No son ustedes los que me eligieron a mí, sino yo el que los elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero. Así todo lo que pidan al Padre en mi Nombre, él se lo concederá. Lo que yo les mando es que se amen los unos a los otros.'"




COMENTARIO

Todo lo que dice el Hijo de Dios, como siempre pero ahora también, es crucial porque supone, nos dice queremos decir, que debemos tener muy claro a Quién debemos seguir y Quién es la Verdad.

Somos amigos de Cristo. Nos lo dice el Señor. Y, es más: todo lo que ha oído de parte de Dios nos lo ha dicho. Y lo hace para que comprendamos que debemos amarnos unos a otros como nos ha amado Él.

Ciertamente, si hay algo que debemos tener claro es que es Cristo quien nos elige a nosotros. Y eso debería hacernos ver que a Quien debemos seguir es, precisamente, a Él.



JESÚS, gracias por tu Amor.


Eleuterio Fernández Guzmán

6 de mayo de 2021

Guardar los Mandamientos de Dios

Jn 15 9-11



9 Como el Padre está en que deis mucho fruto, y seáis mis discípulos. 10 Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. 11 Os he dicho esto, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea colmado.

COMENTARIO

La Voluntad de Dios es clara y tiene que ver con lo que debemos ser y cómo debemos ser. Y es que ansía que, como hijos suyos que somos, demos fruto y que su Amor reine en nosotros.

De todas formas eso no se consigue de cualquiera forma y porque sí. Es decir, que debemos permanecer en el amor de Dios porque, de otra forma, no podemos hacer nada y, sobre todo, no veremos el definitivo Reino de Dios llamado Cielo.

Lo que dice Jesucristo lo dice con toda claridad: lo que dice lo hace porque quiere que gocemos sabiendo que podemos permanecer en su Amor y que eso nos salvará para siempre.




JESÚS, gracias por tanta bondad.



Eleuterio Fernández Guzmán

5 de mayo de 2021

Viña y sarmientos

Jn 15, 1-8


"Jesús dijo a sus discípulos: 'Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. Él corta todos mis sarmientos que no dan fruto; al que da fruto, lo poda para que dé más todavía. Ustedes ya están limpios por la palabra que Yo les anuncié. Permanezcan en mí, como Yo permanezco en ustedes. Así como el sarmiento no puede dar fruto si no permanece en la vid, tampoco ustedes, si no permanecen en mí. Yo soy la vid, ustedes los sarmientos. El que permanece en mí, y Yo en él, da mucho fruto, porque separados de mí, nada pueden hacer. Pero el que no permanece en mí, es como el sarmiento que se tira y se seca; después se recoge, se arroja al fuego y arde. Si ustedes permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y lo obtendrán. La gloria de mi Padre consiste en que ustedes den fruto abundante, y así sean mis discípulos.'"


COMENTARIO

Las palabras del Hijo de Dios en este texto del Evangelio de San Juan son más que esclarecedoras. Y es que, con un ejemplo de la vida común, ordinaria, nos plantea una situación que es más que recomendable entender: dependemos, en todo, de Él.

Ciertamente, a lo mejor, un sarmiento puede vivir fuera de la viña pero lo hará apenas unos minutos. En realidad, la muerte está asegurada cuando nosotros, que nos sabemos hijos de Dios, nos alejamos de Quien nos ha creado y de Quien es su Hijo.

Quiere, además, Dios que demos fruto. Y es que ha sembrado en nuestros corazones la semilla del amor y eso ha de tener buenas consecuencias en nuestra vida siempre que, claro, queramos que las tenga...


JESÚS, gracias por sembrar en nuestro corazón la semilla de la vida eterna.


Eleuterio Fernández Guzmán

4 de mayo de 2021

Creer a Cristo

Jn 14, 27-31a



"Jesús dijo a sus discípulos: 'Les dejo la paz, les doy mi paz, pero no como la da el mundo. ¡No se inquieten ni teman! Me han oído decir: ‘Me voy y volveré a ustedes’. Si me amaran, se alegrarían de que vuelva junto al Padre, porque el Padre es más grande que yo. Les he dicho esto antes que suceda, para que cuando se cumpla, ustedes crean. Ya no hablaré mucho más con ustedes, porque está por llegar el Príncipe de este mundo: él nada puede hacer contra mí, pero es necesario que el mundo sepa que yo amo al Padre y obro como él me ha ordenado.'"


COMENTARIO

No podemos negar que, aquellos que escucharon de boca del Hijo de Dios que deberían alegrarse de que muriera… en fin, no debieron quedar demasiado contentos pues perder a su Maestro, así, de buenas a primeras…

De todas formas, Jesucristo, que sabía más que bien lo que iba a pasar, estaba más que seguro que cumplir la Voluntad de Dios era lo más recomendable y, además, lo único que podía hacer.

Y, en verdad, lo que dice el hijo de María acerca de que hace lo que Dios le ha dicho que haga debería haber hecho pensar a los que le escuchaban que sí, que era el Mesías y actuar en consecuencia.




JESÚS, gracias por ser claro en cuanto a lo que nos conviene.



Eleuterio Fernández Guzmán

3 de mayo de 2021

El Camino, la Verdad y la Vida


Jn 14, 6-15

 

“6 Le dice Jesús: ‘Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí. 7 Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre; desde ahora lo conocéis y lo habéis visto.’ 8 Le dice Felipe: ‘Señor, muéstranos al Padre y nos basta.’ 9 Le dice Jesús: ‘¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me conoces Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: ‘Muéstranos al Padre’? 10 ¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí? Las palabras que os digo, no las digo por mi cuenta; el Padre que permanece en mí es el que realiza las obras. 11 Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Al menos, creedlo por las obras. 12 En verdad, en verdad os digo: el que crea en mí, hará él también las obras que yo hago, y hará mayores aún, porque yo voy al Padre. 13 Y todo lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.  14 Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré.’”  

 

COMENTARIO

 

El Hijo de Dios conoce muy bien a las personas a las que se dirige. Por eso sabe que debe hablar con mucha claridad porque será la única forma de poder ser entendido. Por eso lo dice pronto, muy pronto, en este texto del Evangelio de San Juan.

 

Dice Jesucristo que es el Camino, la Verdad y la Vida. No dice, pues, nada que sea poco importante sino, al contrario, algo esencial de ser conocido por aquellos que se quieran seguir.

 

Es más, tal es así la realidad espiritual que eso supone que el Hijo de Dios es a Quien debemos pedir para ser escuchados por Dios. No es que no podamos hacerlo de otra forma sino que, a través de Él llegamos directamente al corazón de Dios.

 

 

JESÚS, gracias por ser el Camino, la Verdad y la Vida.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

2 de mayo de 2021

Viña y frutos

Jn 15, 1-8

 

“1 'Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador. Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo corta, y todo el que da fruto, lo limpia, para que dé más fruto. 3 Vosotros estáis ya limpios  gracias a la Palabra que os he anunciado.4 Permaneced en mí, como yo en vosotros. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid; así tampoco vosotros si no permanecéis en mí. 5 Yo soy la vid;  vosotros los sarmientos.  El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada. 6 Si alguno no permanece en mí, es arrojado fuera, como el sarmiento,  y se seca; luego los recogen, los echan al fuego  y arden. 7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros,  pedid lo que queráis  y lo conseguiréis. 8 La gloria de mi Padre está  en que deis mucho fruto, y seáis mis discípulos.'”

 

COMENTARIO

 

Lo dice el Hijo de Dios con toda claridad porque sabe que debemos saberlo de la forma más inteligible. Y no podemos dudar que es claro que diga que Él es la vid y nosotros somos los sarmientos y todo lo que eso significa.

 

En realidad, nos pone sobre la pista de cuál ha de ser nuestra actitud. Y es que si no damos fruto nos cortará Dios y nos echar al fuego. Al contrario: si damos fruto, nos podará aquello que nos sobre y, así, daremos más fruto.

 

Debemos, por tanto, permanecer en Cristo porque sólo así podremos dar fruto y ser, en tal sentido, hijos de Dios que quieren serlo y lo demuestran con sus actos para que así se nos conozca.

 

  

JESÚS,  gracias por decir las cosas con una tan clara claridad.

 

Eleuterio Fernández Guzmán