7 de septiembre de 2019

Lo que Dios quiere con su Ley

Lc 6, 1-5

"1 Sucedió que cruzaba en sábado por unos sembrados; sus discípulos arrancaban y comían espigas desgranándolas con las manos. 2 Algunos de los fariseos dijeron: '¿Por qué hacéis lo que no es lícito en sábado?' 3 Y Jesús les respondió: '¿Ni siquiera habéis leído lo que hizo David, cuando sintió hambre él y los que le acompañaban, 4 cómo entró en la Casa de Dios, y tomando los panes de la presencia, que no es lícito comer sino sólo a los sacerdotes, comió él y dio a los que le acompañaban?' 5 Y les dijo: 'El Hijo del hombre es señor del sábado.'" 

COMENTARIO

El caso es que ser celoso de la Ley de Dios no es cosa que se pueda censurar como si fuera algo ajeno a la Voluntad del Todopoderoso. Otra cosa es que se quiera tergiversar la letra de la misma y se haga lo que se quiera con una tal norma divina.

Aquellos hombres, fariseos, eran celosos de la Ley pero, al parecer no acababan de comprender lo que la misma tenía, de sentido, para el pueblo escogido por Dios. Y por eso el Hijo del Creador les ha de explicar algo muy sencillo que no se acababa de entender.

Que Jesucristo tiene conciencia de ser el Enviado de Dios y el Mesías lo deja bien claro en este texto. Por eso remarca que Él es señor del sábado y que, en definitiva, hay que tener muy en cuenta la misericordia.

JESÚS, gracias por hacer explícito el verdadero significado de la Ley de Dios


Eleuterio Fernández Guzmán

5 de septiembre de 2019

Ser pescador de hombres

Lc 4, 38-44

"38 Saliendo de la sinagoga, entró en la casa de Simón. La suegra de Simón estaba con mucha fiebre, y le rogaron por ella. 39 Inclinándose sobre ella, conminó a la fiebre, y la fiebre la dejó; ella, levantándose al punto, se puso a servirles. 40 A la puesta del sol, todos cuantos tenían enfermos de diversas dolencias se los llevaban; y, poniendo él las manos sobre cada uno de ellos, los curaba. 41 Salían también demonios de muchos, gritando y diciendo: 'Tú eres el Hijo de Dios'. Pero él, conminaba y no les permitía hablar, porque sabían que él era el Cristo. 42 Al hacerse de día, salió y se fue a un lugar solitario. La gente le andaba buscando y, llegando donde él, trataban de retenerle para que no les dejara. 43 Pero él les dijo: 'También a otras ciudades tengo que anunciar la Buena Nueva del Reino de Dios, porque a esto he sido enviado'. 44 E iba predicando por las sinagogas de Judea."

COMENTARIO

Siendo las cosas como en el tiempo último del mundo, aquel en el que vino al mundo el Hijo de Dios, era de esperar que muchos quisieran escuchar a aquel Maestro que enseñaba con autoridad. Y también lo era que estuviera junto al lago donde duramente se esforzaban los pescadores.

Lo que les dice a sus amigos es muy importante: remar mar adentro. Y es que hacer eso es, primero, mostrar gozo en el esfuerzo que se hace y, luego, tener conocimiento pleno de lo que significa eso: llevar la Palabra de Dios allí donde aún no ha llegado.

Y, por fin, aquello que iba a ser tan importante: ser pescador de hombres era lo que iba a ser Pedro y, claro, todos sus amigos que formaron parte del grupo, pequeño sí, de los que seguían al Hijo de Dios. Y ellos, que aún no comprendían lo que eso iba a significar, aceptaron plenamente aquel mandato.


JESÚS, gracias por haber escogido a Pedro.

Eleuterio Fernández Guzmán

4 de septiembre de 2019

Cristo cumple con su misión

Lc 4, 38-44

38 Saliendo de la sinagoga, entró en la casa de Simón. La suegra de Simón estaba con mucha fiebre, y le rogaron por ella. 39 Inclinándose sobre ella, conminó a la fiebre, y la fiebre la dejó; ella, levantándose al punto, se puso a servirles. 40 A la puesta del sol, todos cuantos tenían enfermos de diversas dolencias se los llevaban; y, poniendo él las manos sobre cada uno de ellos, los curaba. 41 Salían también demonios de muchos, gritando y diciendo: 'Tú eres el Hijo de Dios'. Pero él, conminaba y no les permitía hablar, porque sabían que él era el Cristo. 42 Al hacerse de día, salió y se fue a un lugar solitario. La gente le andaba buscando y, llegando donde él, trataban de retenerle para que no les dejara. 43 Pero él les dijo: 'También a otras ciudades tengo que anunciar la Buena Nueva del Reino de Dios, porque a esto he sido enviado'. 44 E iba predicando por las sinagogas de Judea."

COMENTARIO

El Hijo de Dios, Dios hecho hombre, había sido enviado al mundo para cumplir una misión. Podemos decir que no era poca cosa lo que debía hacer y transmitir al mundo porque mucho se había tergiversado la Voluntad del Todopoderoso.
Aquel hombre, el hijo de María y de José, hacía cosas extraordinarias. Y tanto es así que los demonios que eran expulsados de aquellos a quienes poseían reconocían al Santo de Dios. Ellos sí que sabían que era quien era.
De todas formas, Jesucristo sabía que debía continuar con aquello en lo que consistía su misión. Y no duda lo más mínimo en continuar por aquellas tierras dadas por Dios al hombre.


JESÚS, gracias por cumplir con tu misión de forma tan perfecta.


Eleuterio Fernández Guzmán

3 de septiembre de 2019

El poder de Dios

Lc 4, 31-37
"31 Bajó a Cafarnaúm, ciudad de Galilea, y los sábados les enseñaba. 32 Quedaban asombrados de su doctrina, porque hablaba con autoridad. 33 Había en la sinagoga un hombre que tenía el espíritu de un demonio inmundo, y se puso a gritar a grandes voces: 34 '¡Ah! ¿Qué tenemos nosotros contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Sé quién eres tú: el Santo de Dios'. 35 Jesús entonces le conminó diciendo: 'Cállate, y sal de él'. Y el demonio, arrojándole en medio, salió de él sin hacerle ningún daño. 36 Quedaron todos pasmados, y se decían unos a otros: '¡Qué palabra ésta! Manda con autoridad y poder a los espíritus inmundos y salen'. 37 Y su fama se extendió por todos los lugares de la región."
COMENTARIO

Nos dice el texto del Evangelio de San Lucas, al respecto de lo que el Hijo de Dios llevaba a cabo, que la fama de Jesucristo se difundió. Y con esto ha de querer decirnos que sus buenas obras llegaron a oídos y corazones de sus contemporáneos y que quedaron sorprendidos, primero, por lo que hacía y, seguro, también por lo que decía.
Cuando Jesucristo expulsa al demonio que poseía a aquella persona está llevando a cabo un verdadero exorcismo. Y es que el poder de Dios, que era total y absoluto, también podía ejercerse sobre aquellos demonios que querían oponerse a la santísima Voluntad del Todopoderoso.
Se nos dice aquí que el demonio en cuestión reconoció a Jesucristo. Y eso nos da a entender que bien sabía que era el santo de Dios, su Hijo, el Mesías y Enviado del Creador. Y es que resulta paradójico que otros, que no eran demonios, no lo reconocieran...

JESÚS, gracias por haber mostrado el poder de Dios en beneficio del necesitado.

Eleuterio Fernández Guzmán