17 de mayo de 2019

Camino, Verdad y Vida

Jn 14, 1-6

1 ‘No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios; creed también en mí. 2 En la casa de mi Padre hay muchas mansiones; si no, os lo habría dicho; porque voy a prepararos un lugar. 3 Y cuando haya ido y os haya preparado un lugar, volveré y os tomaré conmigo, para que donde esté yo, estéis también vosotros. 4 Y adonde yo voy sabéis el camino’ 5 Le dice Tomas: ‘Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?’
6. Le dice Jesús: ‘Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí.”

COMENTARIO

Ciertamente, este texto del Evangelio de San Juan es más que importante para nosotros, hijos de Dios y discípulos de Cristo. Y es que nos pone sobre la mesa muchas verdades sin las cuales nuestra fe deja de serla.
Cristo es el Camino porque a través de Él se va al Cielo; Cristo es la Verdad porque es Dios hecho hombre y de su boca sale la Palabra de Dios; Cristo es, por fin, la Vida, porque es en Él donde reside la que es Eterna.
Hay, también, algo que nunca deberíamos olvidar: sólo a través de Jesucristo se va a Dios, al Cielo, a Su definitivo Reino. Y no deja Cristo duda alguna para que nadie se lleve a engaño: sólo se va a Dios través del Hijo.

JESÚS, gracias por ser el Camino, por ser la Verdad y por ser la Vida.


Eleuterio Fernández Guzmán

16 de mayo de 2019

Reconocer a los enviados de Cristo

Jn 13, 16-20

16 ‘En verdad, en verdad os digo: no es más el siervo que su amo, ni el enviado más que el que le envía. 17 Sabiendo esto, dichosos seréis si lo cumplís. 18 No me refiero a todos vosotros; yo conozco a los que he elegido; pero tiene que cumplirse la Escritura: ‘El que come mi pan ha alzado contra mí su talón’. 19 Os lo digo desde ahora, antes de que suceda, para que, cuando suceda, creáis que Yo soy. 20 En verdad, en verdad os digo: quien acoja al que yo envíe me acoge a mí, y quien me acoja a mí, acoge a Aquel que me ha enviado.”

COMENTARIO

No podemos negar que es muy triste lo que nos dice en este texto evangélico el Hijo de Dios. Y es que Aquel que había sido enviado por Dios al mundo para que el mundo se salvase, sabe que hay muchos que no es que no lo quieran sino que, además de eso, buscan su muerte.
Lo que, además, quiere que comprendamos Jesucristo es que no podemos querer ser más que Él. Es decir, que no debemos querer comprender mejor su papel en el mundo que lo que él mismo comprende. Y es que, para eso, deberíamos sobrepasar su naturaleza y eso es, claramente, imposible.
Pero, además, nos da un consejo que tiene que ver con nuestra vida eterna: debemos acoger a quien sea enviado por Dios porque es Voluntad del Santísimo Creador y Todopoderoso que así sea.

JESÚS, gracias por decirlo todo con una claridad tan santa.

Eleuterio Fernández Guzmán

15 de mayo de 2019

Vid y sarmientos


Jn 15, 1-7
“1 ‘Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador. 2 Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo corta, y todo el que da fruto, lo limpia, para que dé más fruto. 3 Vosotros estáis ya limpios gracias a la Palabra que os he anunciado. 4 Permaneced en mí, como yo en vosotros. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid; así tampoco vosotros si no permanecéis en mí. 5 Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada. 6 Si alguno no permanece en mí, es arrojado fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen, los echan al fuego y arden. 7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y lo conseguiréis.’”

COMENTARIO
Hay palabras dichas por el Hijo de Dios que son más que importantes y que resultan, de todo punto, cruciales para comprender nuestra fe cristiana y, aquí, católica. Y las que hoy traemos son, desde cualquier ángulo que se las mira, importantísimas.
Nosotros formamos parte de la viña del Señor. Y eso, que es una imagen que nos viene la mar de bien para entendernos, es una verdad grande. Y es que nosotros debemos permanecer unidos a Jesucristo no sólo porque es Jesucristo, el Maestro sino porque es Dios hecho hombre.
Hay, además, en estas palabras, una clara advertencia. Y es que se nos avisa de algo a tener muy en cuenta: si no permanecemos en Cristo seremos arrojados al fuego eterno. Sí, el Infierno es lo que nos espera porque una cosa es que Dios sea bueno y otra que no sea justo, que lo es.
JESÚS, gracias por ser la vid en la que vivir y existir.

Eleuterio Fernández Guzmán


12 de mayo de 2019

Saber ser oveja del redil de Cristo


Jn 10, 27-30

27 Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. 28 Yo les doy vida eterna y no perecerán jamás, y nadie las arrebatará de mi mano. 29 El Padre, que me las ha dado, es más grande que todos, y nadie puede arrebatar nada de la mano del Padre. 30 Yo y el Padre somos uno’.”

COMENTARIO

Cuando alguien decía que debía seguir al Hijo de Dios sabía que no lo hacían con cualquier maestro sino que lo hacía, a conciencia, con el Maestro, con Aquel que enseñaba con verdadera autoridad.
Lo que nos dice aquí Jesucristo es muy importante. Y es que se trata de la verdad fundamental: nosotros ovejas de su redil y seguimos a Quien había enviado al mundo porque es obligación de los hijos de Dios hacer eso.
Es bien cierto que lo que Dios tiene por bueno y mejor ni puede ser alterado por el hombre ni nunca cambiará de sentido si eso es lo que quiere el Todopoderoso. Y su Hijo, que es Dios mismo hecho hombre, tiene por cierto y verdad que es así… porque lo es.


JESÚS, gracias por ser nuestro Buen Pastor.

Eleuterio Fernández Guzmán