13 de abril de 2024

No tengamos miedo a Cristo

 Jn 6, 16-21


"Al atardecer de ese mismo día, en que Jesús había multiplicado los panes, los discípulos bajaron a la orilla del mar y se embarcaron, para dirigirse a Cafarnaúm, que está en la otra orilla. Ya era de noche y Jesús aún no se había reunido con ellos. El mar estaba agitado, porque soplaba un fuerte viento.
Cuando habían remado unos cinco kilómetros, vieron a Jesús acercarse a la barca caminando sobre el agua, y tuvieron miedo. Él les dijo: “Soy Yo, no teman”.
Ellos quisieron subirlo a la barca, pero ésta tocó tierra enseguida en el lugar adonde iban."

COMENTARIO

Es síntoma de no haber comprendido del todo que aquel Maestro que les estaba enseñando era el mismo Dios hecho hombre no entender lo que entonces estaba pasando.

Que Cristo ante sobre las aguas, ahora mismo que comprendemos Quién era, no nos extraña nada de nada. Sin embargo, ya podemos imaginar que los Apóstoles tuvieran miedo porque ¿Quién no lo tendría de no saber...?

El Hijo de Dios les dice que no tenga miedo porque sabe muy bien que lo tienen pero confía en que ellos van a entender, aunque sea con el tiempo, su naturaleza más que divina...


JESÚS,  gracias por tranquilizar el alma de tus Apóstoles.

Eleuterio Fernández Guzmán

12 de abril de 2024

Multiplicando la Misericordia

Jn 6, 1-15


"Jesús atravesó el mar de Galilea, llamado Tiberíades. Lo seguía una gran multitud, al ver los signos que hacía sanando a los enfermos. Jesús subió a la montaña y se sentó allí con sus discípulos. Se acercaba la Pascua, la fiesta de los judíos. Al levantar los ojos, Jesús vio que una gran multitud acudía a Él y dijo a Felipe: '¿Dónde compraremos pan para darles de comer?' Él decía esto para ponerlo a prueba, porque sabía bien lo que iba a hacer.

Felipe le respondió: 'Doscientos denarios no bastarían para que cada uno pudiera comer un pedazo de pan'.
Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo: 'Aquí hay un niño que tiene cinco panes de cebada y dos pescados, pero ¿Qué es esto para tanta gente?'

Jesús le respondió: 'Háganlos sentar'.

Había mucho pasto en ese lugar. Todos se sentaron y eran uno cinco mil hombres. Jesús tomó los panes, dio gracias y los distribuyó a los que estaban sentados. Lo mismo hizo con los pescados, dándoles todo lo que quisieron. Cuando todos quedaron satisfechos, Jesús dijo a sus discípulos: 'Recojan los pedazos que sobran, para que no se pierda nada”. Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos que sobraron de los cinco panes de cebada.
Al ver el signo que Jesús acababa de hacer, la gente decía: 'Éste es, verdaderamente, el Profeta que debe venir al mundo'.

Jesús, sabiendo que querían apoderarse de Él para hacerlo rey, se retiró otra vez solo a la montaña.'"

COMENTARIO

El episodio de la multiplicación de los panes y los peces hace decir a algunos que no se trataba de un milagro sino de un simple ejemplo "solidario" que hizo que todos los presentes repartieran de lo que llevaban. Sin embargo, bien sabemos que eso no fue así sino que el Hijo de Dios multiplicó unos panes y unos peces porque sabía que era necesario hacerlo y, sobre todo, porque podía hacerlo. 

De lo que multiplicó aún sobró. Y sobró porque el Amor de Dios por sus criaturas es infinito y, además, no quiere que sobre nada...


JESÚS, gracias por ser bueno y misericordioso. 

Eleuterio Fernández Guzmán

11 de abril de 2024

De la Tierra y el Cielo

Jn 3, 31-36

"El que viene de lo alto está por encima de todos. El que es de la tierra pertenece a la tierra y habla de la tierra.

El que vino del cielo está por encima de todo. Él da testimonio de lo que ha visto y oído, pero nadie recibe su testimonio.

El que recibe su testimonio certifica que Dios es veraz. El que Dios envió dice las palabras de Dios, porque Dios le da el Espíritu sin medida. El Padre ama al Hijo y ha puesto todo en sus manos.

El que cree en el Hijo tiene Vida eterna. El que se niega a creer en el Hijo no verá la Vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él."

COMENTARIO

Las últimas palabras dichas aquí por el Hijo de Dios resumen muy bien las que ha pronunciado antes. Y es que son el resultado de ser, por nuestra parte, una cosa o la otra. 

Sólo Jesucristo conoce al Padre de una forma, digamos, directa. Y sólo Él es capaz de transmitirnos lo que ha escuchado del Todopoderoso. Nadie más. 

¿Quién se salvará? Pues se salvará quien crea que Cristo es el Enviado de Dios y lo crea de verdad porque sólo así demostrará que cree en Dios. Y nada más. 


JESÚS,  gracias por poner sobre la mesa la Verdad de una forma tan clara. 

Eleuterio Fernández Guzmán

10 de abril de 2024

Tener Vida eterna

Jn 3, 16-21


"Dijo Jesús:

'Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en Él no muera, sino que tenga Vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él. El que cree en Él no es condenado, el que no cree ya está condenado, porque no ha creído en el Nombre del Hijo único de Dios. En esto consiste el juicio: la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas.
Todo el que obra mal odia la luz y no se acerca a ella, por temor de que sus obras sean descubiertas. En cambio, el que obra conforme a la verdad se acerca a la luz, para que se ponga de manifiesto que sus obras han sido hechas en Dios.'"

COMENTARIO

Lo que nos dice este texto del Evangelio de San Juan es que tenemos dos posibilidades de actuar en nuestra vida. Y, es más que según tomemos una u otra el resultado de nuestra vida tras la muerte será uno y otro.

Ante Dios podemos optar por creer que envió a su Hijo al mundo para que el mundo se salvase. Entonces, aceptaremos lo que eso supone y creeremos en Él. Entonces estaremos salvados y alcanzaremos la Vida llamada eterna porque es para siempre, siempre, siempre. 

Ante Dios podemos optar por no creer que envió a su Hijo al mundo. Entonces ya estamos condenados. Así se sencillo y de simple.


JESÚS,  gracias por exponer las cosas como son. 

Eleuterio Fernández Guzmán

7 de abril de 2024

Debemos ser creyentes

Jn 20, 19-31


 
“19 Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando cerradas, por miedo a los judíos, las puertas del lugar  donde se encontraban los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: ‘La paz con vosotros.’ 20   Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron de ver al Señor. 21    Jesús les dijo otra vez: ‘La paz con vosotros. Como el Padre me envió,  también yo os envío.’  22 Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: ‘Recibid el Espíritu Santo. 23    A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados;   a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.’   24 Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Los otros discípulos le decían: ‘Hemos visto al Señor.’ 25 Pero él les contestó: ‘Si no veo en sus manos la señal de los clavos y no meto mi dedo en el agujero de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré.’ 26 Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro y Tomás con ellos. Se presentó Jesús en medio estando las puertas cerradas, y dijo: ‘La paz con vosotros.’ 27   Luego dice a Tomás: ‘Acerca aquí tu dedo y mira mis manos; trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino creyente.’ 28 Tomás le contestó: ‘Señor mío y Dios mío.’ 29 Dícele Jesús: ‘Porque me has visto has creído. Dichosos los que no han visto y han creído.’ 30  Jesús realizó en presencia de los discípulos otras muchas señales que no están escritas en este libro. 31 Estas han sido escritas para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre.”

COMENTARIO 

Este texto del Evangelio de San Juan es, claro está, más que conocido. Nos muestra una situación que, para los Apóstoles tuvo que ser verdaderamente sorprendente porque aún no acababan de comprender todo lo que les había pasado con su Maestro. Murió y ya...

Cuando Jesucristo, resucitado en cuerpo y alma, se presenta ante los Apóstoles, podemos imaginar que ellos no las tenían todas consigo. Dio pruebas, de todas formas, de que era Él. Y les dio, sobre todo, a Tomás que, al parecer, era algo incrédulo...

El caso es que la definición de "fe" que hace Cristo es la que siempre debemos tener en cuenta: creer sin ver. Pues eso...


JESÚS,  gracias por explicar las cosas con tan pocas palabras. 

Eleuterio Fernández Guzmán