19 de junio de 2021

Pero no se perdió Cristo

Lc 2, 41-51


Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén en la fiesta de la Pascua. Cuando el niño cumplió doce años, subieron como de costumbre, y acabada la fiesta, María y José regresaron, pero Jesús permaneció en Jerusalén, sin que ellos se dieran cuenta. Creyendo que estaba en la caravana, caminaron todo un día y después comenzaron a buscarlo entre los parientes y conocidos. Como no lo encontraron, volvieron a Jerusalén en busca de Él. Al tercer día, lo hallaron en el Templo en medio de los doctores de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Y todos los que lo oían quedaban asombrados de su inteligencia y sus respuestas. Al verlo, sus padres quedaron maravillados y su madre le dijo: “Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto? Piensa que tu padre y yo te buscábamos angustiados”. Jesús les respondió: “¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que Yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?” Ellos no entendieron lo que les decía. Él regresó con sus padres a Nazaret y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba estas cosas en su corazón.



COMENTARIO

No podemos negar que el panorama no era muy bueno. De todas formas, debemos darnos cuenta de que la forma de hacer las cosas en los tiempos de la primera venida del Hijo de Dios al mundo no son las mismas que ahora. Es decir, que un niño estuviera por ahí, en una caravana, yendo y viniendo no era tan raro. Sin embargo, lo que pasaba era otra cosa.

Es cierto que los padres de Jesús debían estar más que nerviosos. Y es que haber perdido a su hijo durante un tiempo tan largo no debía ser fácil. Por eso María se enfadó, seguro que se enfadó mucho, con Jesús cuando lo encontraron en el Templo.

El caso es que Jesucristo no hacía nada raro aunque pareciera que sí. Él estaba en la Casa de su Padre, Dios Eterno, Creador y Todopoderoso. Por eso se extraña de que lo buscaran aunque no todo ser viviente de su entonces lo comprendiera.


JESÚS, gracias por cumplir con tu misión desde tan joven.



Eleuterio Fernández Guzmán

18 de junio de 2021

Sagrado Corazón de Jesús

Jn 19, 31-37

 

“31 Los judíos, como era el día de la Preparación, para que no quedasen los cuerpos en la cruz el sábado - porque aquel sábado era muy solemne - rogaron a Pilato que les quebraran las piernas y los retiraran. 32 Fueron, pues, los soldados y quebraron las piernas del primero y del otro crucificado con él. 33 Pero al llegar a Jesús, como lo vieron ya muerto, no le quebraron las piernas, 34 sino que uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza y al instante salió sangre y agua. 35 El que lo vio lo atestigua y su testimonio es válido, y él sabe que dice la verdad, para que también vosotros creáis. 36 Y todo esto sucedió para que se cumpliera la Escritura:  ‘No se le quebrará hueso alguno.’  37 Y también otra Escritura dice:  ‘Mirarán al que traspasaron.’”

 

 

COMENTARIO

  

Un día como hoy, en el que celebramos al Sagrado Corazón de Jesús, sólo podemos dar gracias a Dios, a Cristo, su Hijo. Y debemos hacerlo porque aquella sangre que fue vertida y que, en realidad, dio por cada uno de nosotros, sus hermanos, lo fue porque era la única manera de limpiar los muchos pecados que el hombre había cometido contra su Creador, contra el mundo y, en fin, contra la santísima Voluntad de Dios.

 

Sagrado Corazón de Jesús, acompáñanos siempre.

 

JESÚS,  gracias, gracias y gracias.

 


Eleuterio Fernández Guzmán

17 de junio de 2021

Padre y Nuestro

Mt 6, 7-15


"'7 Y al orar, no charléis mucho, como los gentiles, que se figuran que por su palabrería van a ser escuchados. 8 No seáis como ellos, porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes de pedírselo. 9 «Vosotros, pues, orad así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre; 10 venga tu Reino; hágase tu Voluntad así en la tierra como en el cielo. 11 Nuestro pan cotidiano dánosle hoy; 12 y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros hemos perdonado a nuestros deudores; 13 y no nos dejes caer en tentación, mas líbranos del mal. 14 'Que si vosotros perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; 15 pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas.'"


COMUNICACIÓN

Había quien, en tiempos de la primera venida al mundo del Hijo de Dios, tenía de la oración un sentido que no admitía Jesucristo. Y es que orar, digamos, con palabrería no era buen consejo ni buena forma de hacer las cosas.

Lo que hace Jesucristo es enseñar, como oración importante, el Padre Nuestro y es que sabía que sus discípulos debían dirigirse a su Padre del Cielo de una forma bien determinada.

Todo lo que se dice en el Padre Nuestro nos relaciona directamente con nuestro Creador. Y Jesucristo, que es Dios hecho hombre, sabe que pedir al Todopoderoso lo que es importante lleva por buen camino hacia el Cielo.



JESÚS, gracias por enseñarnos el Padre Nuestro.



Eleuterio Fernández Guzmán

16 de junio de 2021

No ser escuchado

Mc 6, 1-6.16-18


"1 Salió de allí y vino a su patria, y sus discípulos le siguen. 2 Cuando llegó el sábado se puso a enseñar en la sinagoga. La multitud, al oírle, quedaba maravillada, y decía: '¿De dónde le viene esto? y ¿qué sabiduría es ésta que le ha sido dada? ¿Y esos milagros hechos por sus manos? 3 ¿No es éste el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago, Joset, Judas y Simón? ¿Y no están sus hermanas aquí entre nosotros?' Y se escandalizaban a causa de él. 4 Jesús les dijo: 'Un profeta sólo en su patria, entre sus parientes y en su casa carece de prestigio.' 5 Y no podía hacer allí ningún milagro, a excepción de unos pocos enfermos a quienes curó imponiéndoles las manos. 6 Y se maravilló de su falta de fe. Y recorría los pueblos del contorno enseñando. 16 Al enterarse Herodes, dijo: 'Aquel Juan, a quien yo decapité, ése ha resucitado.' 17 Es que Herodes era el que había enviado a prender a Juan y le había encadenado en la cárcel por causa de Herodías, la mujer de su hermano Filipo, con quien Herodes se había casado. 18 Porque Juan decía a Herodes: «No te está permitido tener la mujer de tu hermano.'"


COMENTARIO

Es cierto que cuando Jesús predica en su tierra parece que hay quien no le tiene muy en cuenta. Y es que, a lo mejor, creían que el Mesías debía ser otro tipo de persona y haber nacido, seguramente, en un palacio.

A pesar de la falta de fe de muchos, Jesucristo cura a los enfermos que le presentan pues es cierto que, aunque muchos no tenían fe había hijos de Israel que sí la tenían.

Y, por otra parte, Herodes. Aquel que había mandado que le cortaran la cabeza no tenía muy claro quién era aquel del que muchos hablaban pues no sabía que, en el fondo, era el Mesías.



JESÚS, gracias por cumplir con tu misión a pesar de muchos. 



Eleuterio Fernández Guzmán

15 de junio de 2021

Amar al enemigo


Mt 5, 43-48

"Jesús dijo a sus discípulos:

'Ustedes han oído que se dijo: 'Amarás a tu prójimo' y odiarás a tu enemigo. Pero Yo les digo: Amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores; así serán hijos del Padre que está en el cielo, porque Él hace salir el sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e injustos.

Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen lo mismo los publicanos? Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen lo mismo los paganos?

Por lo tanto, sean perfectos como es perfecto el Padre que está en el cielo."



COMENTARIO

Ciertamente, el listón lo pone el Hijo de Dios más que alto. Y es que, según cómo eran entonces las personas y cómo somos ahora, lo que nos pide Jesucristo no deja de ser casi una heroicidad…

Nos pide Cristo que amemos a los enemigos. Y eso, se diga lo que se diga, es sostener que sí, que podemos amarlos porque Él los amó y pidió por ellos a Dios cuando lo estaban matando. Es decir, ejemplo tenemos más que de sobra para hacer eso… si queremos, claro está.

Y hay algo más: debemos ser perfectos. Pero, a este respecto, la perfección está puesta según es perfecto Dios. Y entonces, escuchando esto, es cuando nos preguntamos cuándo seremos capaces de alcanzar un nivel de perfección así.



JESÚS, gracias por ponerlo todo sobre la mesa aunque a nosotros nos pueda parecer inalcanzable.



Eleuterio Fernández Guzmán

14 de junio de 2021

Presenta la otra mejilla

Mt 5, 38-42

 

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Ustedes han oído que se dijo: Ojo por ojo, diente por diente; pero yo les digo que no hagan resistencia al hombre malo. Si alguno te golpea en la mejilla derecha, preséntale también la izquierda; al que te quiera demandar en juicio para quitarte la túnica, cédele también el manto. Si alguno te obliga a caminar mil pasos en su servicio, camina con él dos mil. Al que te pide, dale; y al que quiere que le prestes, no le vuelvas la espalda”.

 

 

COMENTARIO

 

No podemos dejar de reconocer que por cosas como la que hoy nos trae el Evangelio de San Mateo hubo muchos que dejaron de seguir al Hijo de Dios pues no es poco lo que dice sino mucho y muy mucho.

 

Es cierto y verdad que para Jesucristo la misericordia no era una simple palabra sino expresión de la exacta voluntad de Dios. Y eso es lo que siempre recomienda a sus discípulos.

 

Presentar la mejilla a quien te ha abofeteado la otra no es cosa fácil sino, en extremo, difícil. Sin embargo, eso junto a lo otro que también nos dice Jesucristo, es el exacto camino que lleva al definitivo Reino de Dios llamado Cielo.

 

 

JESÚS,  gracias por decir las cosas con tanta claridad.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

13 de junio de 2021

El pequeño grano de mostaza

Mc 4, 26-34


"Jesús decía a sus discípulos: 'El Reino de Dios es como un hombre que echa la semilla en la tierra: sea que duerma o se levante, de noche y de día, la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. La tierra por sí misma produce primero un tallo, luego una espiga, y al fin grano abundante en la espiga. Cuando el fruto está a punto, él aplica en seguida la hoz, porque ha llegado el tiempo de la cosecha'. También decía: '¿Con qué podríamos comparar el Reino de Dios? ¿Qué parábola nos servirá para representarlo? Se parece a un grano de mostaza. Cuando se la siembra, es la más pequeña de todas las semillas de la tierra, pero, una vez sembrada, crece y llega a ser la más grande de todas las hortalizas, y extiende tanto sus ramas que los pájaros del cielo se cobijan a su sombra'. Y con muchas parábolas como estas les anunciaba la Palabra, en la medida en que ellos podían comprender. No les hablaba sino en parábolas, pero a sus propios discípulos, en privado, les explicaba todo.'"



COMENTARIO


Como es más que sabido, el Hijo de Dios, en sus momentos de predicación, había ocasiones en las que hacía uso de un método muy utilizado en su tiempo y con un fin más que adecuado: ser comprendido por aquellos que le escuchan pues tal era su misión: ser escuchado y comprendido.

Cuando habla del Reino de Dios es claro que lo podía haber hecho con grandilocuentes palabras pues tal Reino las merece. Sin embargo, prefiere hacer uso de la parábola y no de una cualquiera sino en la que interviene una semilla que, por su pequeñez, parece poca cosa.

La semilla mostaza, en sí misma mirada, como semilla, es posible que pueda considerarse nada. Sin embargo, una vez plantada y convenientemente regada, llega a crecer bastante. Pues así es el Reino de Dios que plantado en el corazón del creyente, crece y crece hasta hacerse un árbol que llena todo su corazón y todo su ser.



JESÚS, gracias por explicarnos las verdades de la fe de forma que podamos entenderlas.



Eleuterio Fernández Guzmán