Lc 2, 41-51
17 de junio de 2023
El caso es que no se perdió en el Templo
16 de junio de 2023
El yugo de Cristo
Mt 11, 25-30
15 de junio de 2023
La total extensión de la Ley de Dios
Mt 5, 20-26
Jesús dijo a sus discípulos:
"Les aseguro que si la justicia de ustedes no es superior a la de los escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los Cielos.
Ustedes han oído que se dijo a los antepasados: 'No matarás', y el que mata, debe ser llevado ante el tribunal. Pero Yo les digo que todo aquél que se irrita contra su hermano, merece ser condenado por un tribunal. Y todo aquél que lo insulta, merece ser castigado por el Tribunal. Y el que lo maldice, merece el infierno. Por lo tanto, si al presentar tu ofrenda en el altar, te acuerdas de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda ante el altar, ve a reconciliarte con tu hermano, y sólo entonces vuelve a presentar tu ofrenda. Trata de llegar en seguida a un acuerdo con tu adversario, mientras vas caminando con él, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al guardia, y te pongan preso. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo."
14 de junio de 2023
Para hacer cumplir la Ley
Mt 5, 17-19
13 de junio de 2023
Ser sal
Mc 5, 13-16
Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad situada en la cima de una montaña. Y no se enciende una lámpara para meterla debajo de un cajón, sino que se la pone sobre el candelero para que ilumine a todos los que están en la casa. Así debe brillar ante los ojos de los hombres la luz que hay en ustedes, a fin de que ellos vean sus buenas obras y glorifiquen a su Padre que está en el cielo.'"
12 de junio de 2023
También es Ley de Dios
Mt 5,1-12
“En aquel tiempo, viendo la
muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron. Y
tomando la palabra, les enseñaba diciendo: ‘Bienaventurados los pobres de
espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados los
mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra. Bienaventurados los que
lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y
sed de la justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los
misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los
limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que trabajan
por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los
perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los
Cielos. Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con
mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos,
porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera
persiguieron a los profetas anteriores a vosotros’.
COMENTARIO
El Hijo de Dios sabía que era muy difícil
que aquellos que le escuchaban comprendiesen totalmente el sentido último de la
Ley de Dios, de aquellos Mandamientos que Dios había entregado a Moisés. Por
eso, probablemente en momentos distintos, proclama las llamadas
Bienaventuranzas.
Aquellas sabias palabras contienen lo que
el Todopoderoso quiere para sus hijos, en sentido exacto, lo que se ha de
cumplir para que quien eso haga alcance la vida eterna. Por eso cada una de
ellas es tan verdadera y tan cierta.
Todo lo que aquí dice Jesucristo tiene
que ver con lo bueno y mejor que el ser humano ha de llevar a cabo para que
Dios, su Padre y Señor, sepa que lo tiene en cuenta y lo ama. Por eso era tan
importante que se entendieran perfectamente.
JESÚS, ayúdanos a
entender bien las Bienaventuranzas.
Eleuterio Fernández Guzmánbién es Ley
de Dios
Lunes, 12 de
junio de 2023
Mt
5,1-12
“En aquel tiempo, viendo la
muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron. Y
tomando la palabra, les enseñaba diciendo: ‘Bienaventurados los pobres de
espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados los
mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra. Bienaventurados los que
lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y
sed de la justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los
misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los
limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que trabajan
por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los
perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los
Cielos. Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con
mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos,
porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera
persiguieron a los profetas anteriores a vosotros’.
COMENTARIO
El Hijo de Dios sabía que era muy difícil
que aquellos que le escuchaban comprendiesen totalmente el sentido último de la
Ley de Dios, de aquellos Mandamientos que Dios había entregado a Moisés. Por
eso, probablemente en momentos distintos, proclama las llamadas
Bienaventuranzas.
Aquellas sabias palabras contienen lo que
el Todopoderoso quiere para sus hijos, en sentido exacto, lo que se ha de
cumplir para que quien eso haga alcance la vida eterna. Por eso cada una de
ellas es tan verdadera y tan cierta.
Todo lo que aquí dice Jesucristo tiene
que ver con lo bueno y mejor que el ser humano ha de llevar a cabo para que
Dios, su Padre y Señor, sepa que lo tiene en cuenta y lo ama. Por eso era tan
importante que se entendieran perfectamente.
JESÚS, ayúdanos a
entender bien las Bienaventuranzas.
Eleuterio Fernández Guzmán