11 de marzo de 2022

Pagar hasta el último céntimo

Mt 5, 20-26



Jesús dijo a sus discípulos:

‘Les aseguro que si la justicia de ustedes no es superior a la de los escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los Cielos.

Ustedes han oído que se dijo a los antepasados: ‘No matarás’, y el que mata, debe ser llevado ante el tribunal. Pero Yo les digo que todo aquél que se irrita contra su hermano, merece ser condenado por un tribunal. Y todo aquél que lo insulta, merece ser castigado por el Tribunal. Y el que lo maldice, merece el infierno.

Por lo tanto, si al presentar tu ofrenda en el altar, te acuerdas de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda ante el altar, ve a reconciliarte con tu hermano, y sólo entonces vuelve a presentar tu ofrenda.
Trata de llegar en seguida a un acuerdo con tu adversario, mientras vas caminando con él, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al guardia, y te pongan preso. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo.’”


COMENTARIO


Ciertamente, las palabras del Hijo de Dios aquí traídas son una verdadera advertencia que deberíamos escuchar y leer muy despacio. Y es que no va dirigida, sólo, a los que lo escuchaban entonces sino que nos vale ahora mismo para nosotros mismos.

Es cierto y verdad que Jesucristo había venido al mundo no a que no se cumpliera la Ley de Dios sino, justamente, a todo lo contrario: a que se cumpliera a la perfección. Y con eso de matar lo dice bien claro: no sólo matar, así dicho, literalmente, lleva al infierno sino hacer otras cosas que a nosotros nos parecen tan normales.

Y, al final de todo, el Hijo de Dios nos advierte de algo importante: el Purgatorio existe y es allí donde irá nuestra alma hasta que no haya limpiado hasta la última de las manchas del alma.



JESÚS, gracias por advertirnos acerca de cómo debemos ser.



Eleuterio Fernández Guzmán

10 de marzo de 2022

Pedir para recibir

Mt 7, 7-12


"Pidan y se les dará; busquen y encontrarán; llamen y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abrirá.

¿Quién de ustedes, cuando su hijo le pide pan, le da una piedra? ¿O si le pide un pez, le da una serpiente? Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre de ustedes que está en el Cielo dará cosas buenas a aquéllos que se las pidan!

Todo lo que deseen que los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos: en esto consiste la Ley y los Profetas."


COMENTARIO


Ciertamente, lo que dice el Hijo de Dios en este texto del Evangelio de San Mateo es para que pensemos lo que, en realidad, tiene por bueno Dios de sus hijos pues, seguramente y no a lo mejor es más de lo que nosotros pensamos.

Cuando Jesucristo pone los ejemplos que pone es porque sabe muy bien que un padre no dará nada malo a un hijo a no ser que el padre lo sea bien poco. Pero, en realidad, es cierto y verdad que lo mejor siempre quiere el padre para su hijo.

Pues bien, si eso lo hacemos nosotros que somos como somos…, en fin, que no hará nuestro Padre del Cielo con sus hijos cuando sus hijos se dirigen a Él para pedir por alguna necesidad...



JESÚS, gracias por recordarnos lo que nos quiere Dios.



Eleuterio Fernández Guzmán

9 de marzo de 2022

No deberíamos estar tan seguros

Lc 11, 29-32


Esta es una generación malvada. Pide un signo y no le será dado otro que el de Jonás. Así como Jonás fue un signo para los ninivitas, también el Hijo del hombre lo será para esta generación. El día del Juicio, la Reina del Sur se levantará contra los hombres de esta generación y los condenará, porque ella vino de los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón y aquí hay Alguien que es más que Salomón. El día del Juicio, los hombres de Nínive se levantarán contra esta generación y la condenarán, porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás y aquí hay Alguien que es más que Jonás”.

COMENTARIO


No es nada extraño que la generación que vivía en tiempos del Hijo de Dios, en su primera venida al mundo, quisiese que el mismo le hiciese una señal. Y es que su manera de pensar era ésa.

Jesucristo, sin embargo, que conocía muy bien las intenciones de aquellos que le pedían un signo (y eran, sobre todo, su falta de fe) sabía muy bien que así nada podía hacer entre ellos porque no confiaban en su persona ni en sus palabras.

De todas formas, aún ha de decirles que, cuando llegue el Juicio habrá quien, no siendo del pueblo elegido por Dios, se pondrá en su contra por no haber tenido fe y confianza en Su Hijo. Y eso, seguro, debió dolerles mucho.



JESÚS, gracias por hablar bien claro sobre lo que importa.



Eleuterio Fernández Guzmán

8 de marzo de 2022

Padre y Nuestro

Mt 6,7-15



Jesús dijo a sus discípulos: ‘Cuando oren, no hablen mucho, como hacen los paganos: ellos creen que por mucho hablar serán escuchados. No hagan como ellos, porque el Padre que está en el cielo sabe bien qué es lo que les hace falta, antes de que se lo pidan. Ustedes oren de esta manera: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre, que venga tu Reino, que se haga tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos han ofendido. No nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del mal. Si perdonan sus faltas a los demás, el Padre que está en el cielo también los perdonará a ustedes. Pero si no perdonan a los demás, tampoco el Padre los perdonará a ustedes’”.


COMENTARIO


Ciertamente, y como hoy también puede pasar, en tiempos del Hijo de Dios, había quien creía que hablando mucho Dios lo escuchaba más. Y es que, al parecer, no se daban cuenta de que en el mucho parlotear no se encuentra, muchas veces, el centro de nuestras verdaderas necesidades.

Jesucristo sabía más que bien cómo debía uno dirigirse a Dios. Y no se trataba de hacer largas oraciones o interminables jeribeques sino, al contrario, de centrarse en una serie de realidades importantes para un hijo del Todopoderoso.

Es bien cierto que una oración como es el Padre Nuestro la hemos repetido muchas y más veces. Sin embargo, seguramente lo que importa es que llevemos las peticiones que ahí se encuentran a nuestro corazón y, a ser posible, nos las creamos.


JESÚS, gracias por enseñarnos el Padre Nuestro.



Eleuterio Fernández Guzmán

7 de marzo de 2022

Nos conviene saber cómo debemos ser

Mt 25, 31-46

 

“Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria rodeado de todos los ángeles, se sentará en su trono glorioso. Todas las naciones serán reunidas en su presencia, y Él separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos, y pondrá a aquéllas a su derecha y a éstos a su izquierda.


Entonces el Rey dirá a los que tenga a su derecha: ‘Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo, porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; era forastero, y me alojaron; estaba desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver’.


Los justos le responderán: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero, y te alojamos; desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o preso, y fuimos a verte?’


Y el Rey les responderá: ‘Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo”.
Luego dirá a los de su izquierda: ‘Aléjense de mí, malditos; vayan al fuego eterno que fue preparado para el demonio y sus ángeles, porque tuve hambre, y ustedes no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber; era forastero, y no me alojaron; estaba desnudo, y no me vistieron; enfermo y preso, y no me visitaron’.
Éstos, a su vez, le preguntarán: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, forastero o desnudo, enfermo o preso, y no te hemos socorrido?’


Y Él les responderá: ‘Les aseguro que cada vez que no lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, tampoco lo hicieron conmigo’.
Éstos irán al castigo eterno, y los justos a la Vida eterna.

 

 

COMENTARIO

 

Verdaderamente, podemos imaginar la cara que se les debió quedar a los que escuchaban al Hijo de Dios diciendo aquello del comportamiento. Y es que ellos no acababan de comprender bien todo aquello.

 

En realidad, la cosa es y era más sencilla de lo que parece aunque nosotros no queramos darnos cuenta de lo que eso significa. Y es que Jesucristo, como siempre hacía, hablaba con ejemplos para todos los entendiesen.

 

En definitivas cuentas, lo que nos quiere decir el Hijo de Dios es que debemos tener muy en cuenta las necesidades de nuestro prójimo porque, de otra manera, n o alcanzaremos la vida eterna. Así de sencillo.

 

JESÚS,  gracias por ser tan claro en tus palabras.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

6 de marzo de 2022

Saber lo que vale la pena

 Lc 4, 1-13



“1 Jesús, lleno de Espíritu Santo, se volvió del Jordán, y era conducido por el Espíritu en el desierto, 2 durante cuarenta días, tentado por el diablo. No comió nada en aquellos días y, al cabo de ellos, sintió hambre. 3 Entonces el diablo le dijo: ‘Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan.’ 4 Jesús le respondió: ‘Esta escrito: = No sólo de pan vive el hombre.’ = 5 Llevándole a una altura le mostró en un instante todos los reinos de la tierra; 6 y le dijo el diablo: ‘Te daré todo el poder y la gloria de estos reinos, porque a mí me ha sido entregada, y se la doy a quien quiero. 7 Si, pues, me adoras, toda será tuya.’ 8 Jesús le respondió: ‘Esta escrito: = Adorarás al Señor tu Dios y sólo a él darás culto.’ = 9 Le llevó a Jerusalén, y le puso sobre el alero del Templo, y le dijo: ‘Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo; 10 porque está escrito: = A sus ángeles te encomendará para que te guarden. = 11 Y: = En sus manos te llevarán para que no tropiece tu pie en piedra alguna.’ = 12 Jesús le respondió: ‘Está dicho: = No tentarás al Señor tu Dios.’ = 13 Acabada toda tentación, el diablo se alejó de él hasta un tiempo oportuno.”

COMENTARIO

Es fácil comprender que Satanás quería que el Hijo de Dios cayese en sus manos y, luego, hacer lo que quisiera con Él. Y es que el Mal siempre quiere atraerse a los que no son su posesión.

Las tentaciones que Satanás le plantea a Jesucristo no eran poca cosa porque querían hacer ver que si era Hijo de Dios, si de verdad lo era, no debía temer a muchas cosas que según su naturaleza, nada malo le iban a hacer.

Sin embargo, el Hijo de Dios era más que consciente de lo que suponía para su corazón y para su alma caer en aquellas trampas que le ponía el Diablo. Y, claro, como era de esperar, no cayó.

 

JESÚS,  gracias por presentar batalla a Satanás.

 

Eleuterio Fernández Guzmán