Mc 19, 2-13
“Jesús tomó a Pedro, Santiago y Juan, y los llevó a ellos solos a un monte elevado. Allí se transfiguró en presencia de ellos. Sus vestiduras se volvieron resplandecientes, tan blancas como nadie en el mundo podría blanquearlas. Y se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús.
Pedro dijo a Jesús: Maestro, ¡qué bien estamos aquí! Hagamos tres carpas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías´’. Pedro no sabía qué decir, porque estaban llenos de temor.
Entonces una nube los cubrió con su sombra, y salió de ella una voz: ‘Éste es mi Hijo muy querido, escúchenlo’. De pronto miraron a su alrededor y no vieron a nadie, sino a Jesús solo con ellos.
Mientras bajaban del monte, Jesús les prohibió contar lo que habían visto, hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos. Ellos cumplieron esta orden, pero se preguntaban qué significaría ‘resucitar de entre los muertos’.
Y le hicieron esta pregunta: ‘¿Por qué dicen los escribas que antes debe venir Elías?’
Jesús les respondió: ‘Sí, Elías debe venir antes para restablecer el orden en todo. Pero, ¿no dice la Escritura que el Hijo del hombre debe sufrir mucho y ser despreciado? Les aseguro que Elías ya ha venido e hicieron con él lo que quisieron, como estaba escrito’”.
COMENTARIO
Cuando el Hijo de Dios toma a Pedro, Santiago y Juan y los lleva al monte donde va a pasar lo que pasó, quiere que vean y, si es posible, que comprendan lo que sucederá ante sus ojos. Ellos, sin embargo, poco aprendieron en aquella ocasión.
Actúan aquellos discípulos como hombres que eran o, lo que es lo mismo, no captan el sentido sobre natural de la transfiguración ni de que ante sus ojos aparecieran Elías y Moisés como si de cualquier cosa se tratara. Y además, está eso de la resurrección…
Jesucristo les ha de explicar, una vez han bajado del monte y han escuchado que no debían decir nada, que todo lo que estaba escrito en la Sagrada Escritura judía se estaba cumpliendo paso a paso y, claro, en su momento también se cumpliría la del sufrimiento del Mesías...
JESÚS, gracias por ser tan franco con tus Apóstoles y con nosotros.
Eleuterio Fernández Guzmán