21 de octubre de 2022

Debemos tener más que cuidado

Lc 12, 54-59

"Jesús dijo a la multitud:

'Cuando ven que una nube se levanta en occidente, ustedes dicen en seguida que va a llover, y así sucede. Y cuando sopla viento del sur, dicen que hará calor, y así sucede.

¡Hipócritas! Ustedes saben discernir el aspecto de la tierra y del cielo; ¿cómo entonces no saben discernir el tiempo presente?

¿Por qué no juzgan ustedes mismos lo que es justo? Cuando vas con tu adversario a presentarte ante el magistrado, trata de llegar a un acuerdo con él en el camino, no sea que el adversario te lleve ante el juez, y el juez te entregue al guardia, y éste te ponga en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo.'"

COMENTARIO

En este texto del Evangelio de San Lucas el Hijo de Dios nos pone sobre la pista de qué es lo que debemos hacer pero, sobre todo, de lo que no debemos hacer en cuanto a la salvación de nuestra alma. Y es que es cierto que sobre aquello que nos rodea tenemos información más de la necesaria y estamos más que seguros de ciertas cosas. Sin embargo, de aquello que de verdad debería importarnos (la salvación del alma) es cierto y verdad que no siempre estamos dispuestos a tener en cuenta lo que nos corresponde saber. 

El caso es que muy claro lo dice Jesucristo: hasta que no paguemos lo que nos corresponde pagar no saldremos de donde estemos que, por ejemplo, podría ser el Purgatorio.

JESÚS,  gracias por ponernos sobre la pista de lo que nos debe importar más que nada. 

Eleuterio Fernández Guzmán

20 de octubre de 2022

La división que trajo Cristo


Lc 12, 49-53


Jesús dijo a sus discípulos:


Yo he venido a traer fuego sobre la tierra, ¡y cómo desearía que ya estuviera ardiendo! Tengo que recibir un bautismo, ¡y qué angustia siento hasta que esto se cumpla plenamente!


¿Piensan ustedes que he venido a traer la paz a la tierra? No, les digo que he venido a traer la división. De ahora en adelante, cinco miembros de una familia estarán divididos, tres contra dos y dos contra tres: el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra.’”



COMENTARIO


Ciertamente, cuando se escuchan estas palabras del Hijo de Dios no son pocas las personas que pueden llevarse las manos a la cabeza porque son, ciertamente, extrañas.

El caso es que Jesucristo había venido al mundo a traer fuego. Pero el fuego del que habla es aquel que purifica el corazón del pecador, aquel que acaba limpiando el alma de quien ha caído en la tentación…

Tampoco debe extrañarnos que diga Cristo eso de que unos estarán contra otros porque es, exactamente, lo que ha pasado a lo largo de la historia del cristianismo. Y es que no todo ser humano se da cuenta dónde está el Bien y Quien lo atesora.



JESÚS, gracias por traer Tu fuego al mundo.



Eleuterio Fernández Guzmán

19 de octubre de 2022

Debemos estar preparados

Lc 12, 39-48



Jesús dijo a sus discípulos: ‘Entiéndanlo bien: si el dueño de casa supiera a qué hora va a llegar el ladrón, no dejaría perforar las paredes de su casa. Ustedes también estén preparados, porque el Hijo del hombre llegará a la hora menos pensada’.

Pedro preguntó entonces: ‘Señor, ¿esta parábola la dices para nosotros o para todos?’

El Señor le dijo: ‘¿Cuál es el administrador fiel y previsor, a quien el Señor pondrá al frente de su personal para distribuirle la ración de trigo en el momento oportuno? ¡Feliz aquél a quien su señor, al llegar, encuentra ocupado en este trabajo! Les aseguro que lo hará administrador de todos sus bienes.

Pero si este servidor piensa: ‘Mi señor tardará en llegar’, y se dedica a golpear a los servidores y a las sirvientas, y se pone a comer, a beber y a emborracharse, su señor llegará el día y la hora menos pensada, lo castigará y le hará correr la misma suerte que los infieles.


El servidor que, conociendo la voluntad de su señor, no tuvo las cosas preparadas y no obró conforme a lo que él había dispuesto recibirá un castigo severo. Pero aquél que, sin saberlo, se hizo también culpable será castigado menos severamente.


Al que se le dio mucho se le pedirá mucho; y al que se le confió mucho se le reclamará mucho más’”.



COMENTARIO


De muchas formas y en diversas ocasiones el Hijo de Dios nos dice, a los que escuchaban entonces y a los que lo hacemos ahora, que debemos estar preparados.

En realidad, nos está advirtiendo de que, cuando menos lo esperemos, seremos llamados por Dios a comparecer ante su Tribunal y, para entonces, en efecto, debemos estar preparados.

Lo que quiere decirnos Jesucristo es que preparemos el alma y el corazón y que, para eso, debemos aplicarnos a, efectivamente, prepararlos. Y en eso nada puede obstaculizar tal preparación salvo nosotros mismos.


JESÚS, gracias por advertirnos sobre lo que nos conviene.


Eleuterio Fernández Guzmán

18 de octubre de 2022

Mies y lobos

Lc 10,1-9

 

“En aquel tiempo, el Señor designó a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos delante de sí, a todas las ciudades y sitios a donde él había de ir. Y les dijo: ‘La mies es mucha, y los obreros pocos. Rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies. Id; mirad que os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias. Y no saludéis a nadie en el camino. 

‘En la casa en que entréis, decid primero: ‘Paz a esta casa’. Y si hubiere allí un hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; si no, se volverá a vosotros. Permaneced en la misma casa, comiendo y bebiendo lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No vayáis de casa en casa. En la ciudad en que entréis y os reciban, comed lo que os pongan; curad los enfermos que haya en ella, y decidles: ‘El Reino de Dios está cerca de vosotros’’”.

 

 

COMENTARIO

 

Mies y trabajadores

 

Jesús sabe que transmitir la Palabra de Dios supone que haya personas dispuestas a hacer tal cosa. Por eso pide a sus discípulos que pidan al Creador, en oración, que suscite, de entre ellos, a los que vayan a cumplir tal misión.

 

Lobos y ovejas

 

Sabe, de todas formas, Cristo, que allí donde van a ir aquellos enviados habrá muchas personas que no acepten el mensaje que llevan. Pero ellos, sus enviados, deben comportarse con total sometimiento a la Providencia de Dios.

 

Libertad de espíritu

 

Sin embargo, el Hijo de Dios, que sabe que el ser humano es libre para aceptar, o no, su mensaje, no les dice a sus enviados que obliguen a aceptar la Buena Noticia. Ellos harán lo que buenamente Dios quiera que hagan.

 

 

JESÚS, ayúdanos a ser trabajadores de la mies del Señor y a serlo en el ámbito en el que nos movemos, estamos y existimos.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

17 de octubre de 2022

Prepararse a conciencia al encuentro con Dios

Lc 12, 13-21

 

“13 Uno de la gente le dijo: ‘Maestro, di a mi hermano que reparta la herencia conmigo’. 14 Él le respondió: ‘¡Hombre! ¿quién me ha constituido juez o repartidor entre vosotros?’ 15 Y les dijo: ‘Mirad y guardaos de toda codicia, porque, aun en la abundancia, la vida de uno no está asegurada por sus bienes’. 16 Les dijo una parábola: ‘Los campos de cierto hombre rico dieron mucho fruto; 17 y pensaba entre sí, diciendo: ‘¿Qué haré, pues no tengo donde reunir mi cosecha?’ 18 Y dijo: ‘Voy a hacer esto: Voy a demoler mis graneros, y edificaré otros más grandes y reuniré allí todo mi trigo y mis bienes, 19 y diré a mi alma: Alma, tienes muchos bienes en reserva para muchos años. Descansa, come, bebe, banquetea.’ 20 Pero Dios le dijo: ‘¡Necio! Esta misma noche te reclamarán el alma; las cosas que preparaste, ¿para quién serán?’ 21 Así es el que atesora riquezas para sí, y no se enriquece en orden a Dios’”.

 

 

COMENTARIO

 

Como suele hacer muchas veces, el Hijo de Dios nos advierte de la verdad de las cosas del alma. Y es, entonces como ahora, muchos confunden las mismas y equivocan el qué hacer y hacia dónde dirigir sus pasos.

 

Aquel hombre le habla a su alma como si se tratase de otro hombre cualquiera, con sus problemas y sus posibilidades humanas de hacer. No sabía, a lo mejor, que el alma es de Dios y que sólo Dios puede tratar con ella.

 

Es cierto y verdad que quien hace de los bienes del mundo un tesoro sobre el que existir, es más que probable que acabe cayendo en la fosa de la que tanto habla el salmista. Por eso Jesucristo, que quiere nuestro bien y sólo tiene en cuenta nuestro interés espiritual, nos pone sobre la pista de la verdad: hay que preparar el alma para el encuentro con Dios su Juicio acerca de ella.

 

 

JESÚS,  ayúdanos a estar preparados para cuando seamos llamados por tu Padre.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

16 de octubre de 2022

Ser perseverantes

Lc 18, 1-8




Jesús enseñó con una parábola que era necesario orar siempre sin desanimarse: ‘En una ciudad había un juez que no temía a Dios ni le importaban los hombres; y en la misma ciudad vivía una viuda que recurría a él, diciéndole: ‘Te ruego que me hagas justicia contra mi adversario’.

Durante mucho tiempo el juez se negó, pero después dijo: ‘Yo no temo a Dios ni me importan los hombres, pero como esta viuda me molesta, le haré justicia para que no venga continuamente a fastidiarme’.
Y el Señor dijo: ‘Oigan lo que dijo este juez injusto. Y Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos, que claman a Él día y noche, aunque los haga esperar? Les aseguro que en un abrir y cerrar de ojos les hará justicia.
Pero cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe sobre la tierra?’”.



COMENTARIO


En realidad, cuando el Hijo de Dios habla de lo que yo habla lo hace para nuestro bien y para que sepamos a qué debemos atenernos en materia de aquello que pedimos a Dios.


El caso de aquel juez no es, seguramente, el único con el que podemos encontrarnos pues algunas que otras veces nosotros podemos caer en situación similar de egoísmo.


Y, por último, la pregunta que hace Cristo y que debería alertarnos acerca de si encontrará fe en la tierra cuando vuelva en su Parusía el Hijo de Dios.




JESÚS, gracias por tantos bienes espirituales.



Eleuterio Fernández Guzmán