23 de marzo de 2025

Necesaria conversión

 

Lc 13, 1-9


En aquel mismo momento llegaron algunos que le contaron lo de los galileos, cuya sangre había mezclado Pilato con la de sus sacrificios. Les respondió Jesús: ‘Pensáis que esos galileos eran más pecadores que todos los demás galileos, porque han padecido estas cosas? No, os lo aseguro; y si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo. O aquellos dieciocho sobre los que se desplomó la torre de Siloé matándolos, ¿pensáis que eran más culpables que los demás hombres que habitaban en Jerusalén? No, os lo aseguro; y si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo.’  Les dijo esta parábola: ‘Un hombre tenía plantada una higuera en su viña, y fue a buscar fruto en ella y no lo  encontró. Dijo entonces al viñador: ‘Ya hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro; córtala; ¿para qué va a cansar la tierra?’ Pero él le respondió: ‘Señor, déjala por este año todavía y mientras tanto cavaré a su alrededor y echaré abono, por si da fruto en adelante; y si no da, la cortas.’”




COMENTARIO


Es más que cierto que, en el tiempo de Jesucristo, el pueblo judío establecía una relación demasiado directa entre el devenir de una persona, en lo malo, y lo que se podía considerar pecado. Es decir, si una persona sufría alguna desgracia o percance era, según se creía, porque había sido castigada por Dios por haber pecado. Pero el Hijo del Todopoderoso sabía que las cosas no siempre eran así porque, en realidad, lo que debían hacer ellos, para aceptar la verdadera Voluntad de Dios en sus vidas era convertirse.


Jesucristo pide, pues, la conversión porque la sabe necesaria para la salvación eterna. Y por eso avisa con toda claridad: si no hay conversión, entendemos que de verdadero corazón y no falsa, no habrá salvación eterna. Así de simple y de sencillo de comprender.


JESÚS, gracias por poner en nuestro corazón la necesidad de conversión.


Eleuterio Fernández Guzmán

26 de febrero de 2025

Estar con Cristo

 

Mc 9,38-40


En aquel tiempo, Juan dijo a Jesús: ‘Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre y no viene con nosotros y tratamos de impedírselo porque no venía con nosotros’. Pero Jesús dijo: ‘No se lo impidáis, pues no hay nadie que obre un milagro invocando mi nombre y que luego sea capaz de hablar mal de mí. Pues el que no está contra nosotros, está por nosotros’.”



COMENTARIO


Los apóstoles, que iban predicando por aquellos mundos de Dios, se daban cuenta de que había personas, y no era ninguno de ellos, que se “atrevía” a expulsar demonios en nombre de Jesucristo. No podían entender cómo eso era posible.


Los apóstoles tratan de impedir que eso pudiera llevarse a cabo. No acababan de entender que el mensaje de Cristo no tenía unos destinatarios limitados sino que era para toda la humanidad, y toda la humanidad debía ser salvada.


Pero Jesús tiene, también ahora, palabras sabias. Dice alqo que vale para entonces y, también, para ahora mismo: quien “no está contra nosotros, está por nosotros” pues sabía que todo aquel que no fuera discípulo del Maligno debía ser, por fuerza espiritual, discípulo suyo.



JESÚS, aquellos que te siguen más de cerca son algo egoístas pues sólo quieren cumplir con su misión ellos solos. Ayúdanos a no manifestarnos como en aquel momento se manifestaron tus apóstoles.



Eleuterio Fernández Guzmán


25 de febrero de 2025

Servir; ser servidorees

 

Mc 9,30-37



En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos iban caminando por Galilea, pero Él no quería que se supiera. Iba enseñando a sus discípulos. Les decía: ‘El Hijo del hombre será entregado en manos de los hombres; le matarán y a los tres días de haber muerto resucitará’. Pero ellos no entendían lo que les decía y temían preguntarle. 


Llegaron a Cafarnaúm, y una vez en casa, les preguntaba: ‘¿De qué discutíais por el camino?’. Ellos callaron, pues por el camino habían discutido entre sí quién era el mayor. Entonces se sentó, llamó a los Doce, y les dijo: ‘Si uno quiere ser el primero, sea el último de todos y el servidor de todos’. Y tomando un niño, le puso en medio de ellos, le estrechó entre sus brazos y les dijo: ‘El que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe; y el que me reciba a mí, no me recibe a mí sino a Aquel que me ha enviado’”.



COMENTARIO


Jesús tenía que instruir a sus discípulos sobre aquello que era importante que supieran. Y, entre tales realidades espirituales que comprendiesen que iba a morir de una forma difícil de olvidar. Pero ellos aún no tenían abierto el entendimiento.


Era importante que entendieran una de las formas mejores de revelar que eran sus discípulos: servir al prójimo. Por tanto, debían aprender, y no siempre era fácil abajarse, que tener en cuenta las necesidades del otro era fundamental para su vida de apóstoles.


Pero Jesús también quería que comprendiesen que recibir, en su hombre, a personas que estaban socialmente desmerecidas, era tan importante como transmitir una doctrina. Es más, que tal era la doctrina que debían transmitir pues los más necesitados siempre tenían que ser a los que más tuviesen en cuenta.



JESÚS, enseñas a los que son tus apóstoles lo que es importante. Pero también eso haces con nosotros, hoy día. Ayúdanos a no olvidar lecciones espirituales tan importantes.






Eleuterio Fernández Guzmán


20 de febrero de 2025

El Hijo de Dios Vivo

 

Mc 8,27-33


En aquel tiempo, salió Jesús con sus discípulos hacia los pueblos de Cesarea de Filipo, y por el camino hizo esta pregunta a sus discípulos: ‘¿Quién dicen los hombres que soy yo?’. Ellos le dijeron: ‘Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que uno de los profetas’. Y Él les preguntaba: ‘Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?’. Pedro le contesta: ‘Tú eres el Cristo’. 


Y les mandó enérgicamente que a nadie hablaran acerca de Él. Y comenzó a enseñarles que el Hijo del hombre debía sufrir mucho y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar a los tres días. Hablaba de esto abiertamente. Tomándole aparte, Pedro, se puso a reprenderle. Pero Él, volviéndose y mirando a sus discípulos, reprendió a Pedro, diciéndole: ‘¡Quítate de mi vista, Satanás! porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres’”.


COMENTARIO


A Jesús le gustaba saber qué pensaban las personas e Él porque era una buena forma de ver si entendían lo que estaba haciendo y diciendo. Y por eso le pregunta a sus apóstoles que tenían un contacto muy directo con sus vecinos y conocidos.


La verdad es que muchos no sabían, a ciencia cierta, quién era. Por eso equivocaban su decir y, por eso mismo, no acababan entender exactamente la misión que tenían que cumplir. Pero Pedro, inspirado por el Espíritu Santo, entendía perfectamente que Jesús era el Hijo de Dios. Y así lo dice.


Pero a Jesús no le gusta nada de nada que Pedro, aquel a quien escogerá para ser el primera Papa diga lo que dice sobre lo que tiene que pasarle. Y le llama Satanás porque, en efecto, en aquel momento el Maligno le había hecho decir lo que no debía haber dicho nunca.




JESÚS, los que te conocen saben que eres Dios hecho hombre o, al menos, el Hijo de Dios. Ayúdanos a no olvidarlo nunca.






Eleuterio Fernández Guzmán


9 de febrero de 2025

Y fue presentado

Lc 2, 22-40


"Cuando llegó el día fijado por la Ley de Moisés para la purificación de ellos, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, como está escrito en la Ley:

'Todo varón primogénito será consagrado al Señor'. También debían ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o de pichones de paloma, como ordena la Ley del Señor.

Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, que era justo y piadoso, y esperaba el consuelo de Israel. El Espíritu Santo estaba en él y le había revelado que no moriría antes de ver al Mesías del Señor. Conducido por el mismo Espíritu, fue al Templo, y cuando los padres de Jesús llevaron al niño para cumplir con él las prescripciones de la Ley, Simeón lo tomó en sus brazos y alabó a Dios, diciendo:

'Ahora, Señor, puedes dejar que tu servidor muera en paz, como lo has prometido, porque mis ojos han visto la salvación que preparaste delante de todos los pueblos: luz para iluminar a las naciones paganas y gloria de tu pueblo Israel'.

Su padre y su madre estaban admirados por lo que oían decir de Él. Simeón, después de bendecirlos, dijo a María, la madre:

'Este niño será causa de caída y de elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción, y a ti misma una espada te atravesará el corazón. Así se manifestarán claramente los pensamientos íntimos de muchos'.

Había también allí una profetisa llamada Ana, hija de Fanuel, de la familia de Aser, mujer ya entrada en años, que, casada en su juventud, había vivido siete años con su marido. Desde entonces había permanecido viuda, y tenía ochenta y cuatro años.

No se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día con ayunos y oraciones. Se presentó en ese mismo momento y se puso a dar gracias a Dios. Y hablaba acerca del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.

Después de cumplir todo lo que ordenaba la Ley del Señor, volvieron a su ciudad de Nazaret, en Galilea. El niño iba creciendo y se fortalecía, lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba con Él.'"

COMENTARIO

Es cierto y verdad que el Evangelio de hoy, que corresponde al de San Lucas, lo hemos leído o escuchado muchas veces porque es, además, un texto que nos revela muchas cosas y, sobre todo, porque deducimos del mismo que el Espíritu Santo en verdad ilumina los corazones de los hijos de Dios.

Cuando el Niño es presentado en el Templo de Jerusalén aquellos dos ancianos se dan cuenta de que no se trata de un niño más de los que todos los días veían que acercaban a la capital judía para presentarlo en aquel majestuoso lugar religioso. Ellos saben que se trata del Mesías aunque es cierto que fuera un Mesías pequeñito. 

El caso es que Simón profetizó lo que iba a pasar exactamente. Y pasó, como bien sabemos.

JESÚS, gracias por seguir la Ley de Dios tan a rajatabla entonces y siempre luego. 

Eleuterio Fernández Guzmán

8 de febrero de 2025

Les enseñaba

Mc 6, 30-34


"Los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y lo que habían enseñado. Él, entonces, les dice: 'Venid también vosotros aparte, a un lugar solitario, para descansar un poco.' Pues los que iban y venían eran muchos, y no les quedaba tiempo ni para comer. Y se fueron en la barca, aparte, a un lugar solitario. Pero les vieron marcharse y muchos cayeron en cuenta; y fueron allá corriendo, a pie, de todas las ciudades y llegaron antes que ellos. Y al desembarcar, vio mucha gente, sintió compasión de ellos, pues estaban como ovejas que no tienen pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas."

COMENTARIO 

Como podemos imaginar, el Hijo de Dios sabía que aquellos a los había escogido como Apóstoles debían saber a qué atenerse en cuanto a lo que había venido a hacer al mundo al haber sido enviado por el Todopoderoso. 

Se nos dice aquí que había tanta gente que acudía a Jesucristo que no tenían tiempo ni para comer. Y es que la fama de santidad que tenía Cristo atraía a muchas personas en la confianza de que, por ejemplo, iban a ser sanados de la enfermedad que les pesara en la vida o, simplemente, para escuchar su santa Palabra. 

El caso es que sabía el Hijo de Dios que aquellas personas estaban como ovejas que no tienen pastor. Por eso quiso ser su Pastor, el Buen Pastor y les enseñaba... porque lo necesitaban. 

JESÚS, gracias por ser tan Buen Pastor y enseñar a tus ovejas, fueran de la clase que fueran. 

Eleuterio Fernández Guzmán

7 de febrero de 2025

El Mal en estado puro

Mc 6, 14-29


"Se enteró el rey Herodes, pues su nombre se había hecho célebre. Algunos decían: «Juan el Bautista ha resucitado de entre los muertos y por eso actúan en él fuerzas milagrosas». Otros decían: «Es Elías»; otros: «Es un profeta como los demás profetas». Al enterarse Herodes, dijo: «Aquel Juan, a quien yo decapité, ése ha resucitado». Es que Herodes era el que había enviado a prender a Juan y le había encadenado en la cárcel por causa de Herodías, la mujer de su hermano Filipo, con quien Herodes se había casado. Porque Juan decía a Herodes: «No te está permitido tener la mujer de tu hermano». Herodías le aborrecía y quería matarle, pero no podía, pues Herodes temía a Juan, sabiendo que era hombre justo y santo, y le protegía; y al oírle, quedaba muy perplejo, y le escuchaba con gusto. Y llegó el día oportuno, cuando Herodes, en su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a los tribunos y a los principales de Galilea. Entró la hija de la misma Herodías, danzó, y gustó mucho a Herodes y a los comensales. El rey, entonces, dijo a la muchacha: «Pídeme lo que quieras y te lo daré». Y le juró: «Te daré lo que me pidas, hasta la mitad de mi reino». Salió la muchacha y preguntó a su madre: «¿Qué voy a pedir?» Y ella le dijo: «La cabeza de Juan el Bautista». Entrando al punto apresuradamente adonde estaba el rey, le pidió: «Quiero que ahora mismo me des, en una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista». El rey se llenó de tristeza, pero no quiso desairarla a causa del juramento y de los comensales. Y al instante mandó el rey a uno de su guardia, con orden de traerle la cabeza de Juan. Se fue y le decapitó en la cárcel y trajo su cabeza en una bandeja, y se la dio a la muchacha, y la muchacha se la dio a su madre. Al enterarse sus discípulos, vinieron a recoger el cadáver y le dieron sepultura"

COMENTARIO

No podemos negar que Herodes era, por decirlo pronto, una muy mala persona. Y es que sus acciones, como aquí mismo se demuestra, sólo podían ser llevadas por el mismo Satanás con todas sus envidas y malas intenciones. 

La muerte de Juan el Bautista fue algo más que grave porque lo único que había hecho es hacer ver la verdad de la situación en la que estaba Hedores al respecto de la madre de Herodías. 

Juan el Bautista murió dando ejemplo de fidelidad a Dios y Herodes ya sabemos cómo terminó...

JESÚS, da las gracias a tu primo Juan por ser como fue.

Eleuterio Fernández Guzmán

6 de febrero de 2025

Cuando Satanás gana

Marcos 6, 14-29


"Se enteró el rey Herodes, pues su nombre se había hecho célebre. Algunos decían: 'Juan el Bautista ha resucitado de entre los muertos y por eso actúan en él fuerzas milagrosas'. Otros decían: 'Es Elías'; otros: 'Es un profeta como los demás profetas'. Al enterarse Herodes, dijo: 'Aquel Juan, a quien yo decapité, ése ha resucitado'. Es que Herodes era el que había enviado a prender a Juan y le había encadenado en la cárcel por causa de Herodías, la mujer de su hermano Filipo, con quien Herodes se había casado. Porque Juan decía a Herodes: 'No te está permitido tener la mujer de tu hermano». Herodías le aborrecía y quería matarle, pero no podía, pues Herodes temía a Juan, sabiendo que era hombre justo y santo, y le protegía; y al oírle, quedaba muy perplejo, y le escuchaba con gusto. Y llegó el día oportuno, cuando Herodes, en su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a los tribunos y a los principales de Galilea. Entró la hija de la misma Herodías, danzó, y gustó mucho a Herodes y a los comensales. El rey, entonces, dijo a la muchacha: 'Pídeme lo que quieras y te lo daré'. Y le juró: 'Te daré lo que me pidas, hasta la mitad de mi reino'. Salió la muchacha y preguntó a su madre: '¿Qué voy a pedir?' Y ella le dijo: 'La cabeza de Juan el Bautista'. Entrando al punto apresuradamente adonde estaba el rey, le pidió: 'Quiero que ahora mismo me des, en una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista'. El rey se llenó de tristeza, pero no quiso desairarla a causa del juramento y de los comensales. Y al instante mandó el rey a uno de su guardia, con orden de traerle la cabeza de Juan. Se fue y le decapitó en la cárcel y trajo su cabeza en una bandeja, y se la dio a la muchacha, y la muchacha se la dio a su madre. Al enterarse sus discípulos, vinieron a recoger el cadáver y le dieron sepultura"

COMENTARIO 

Herodes, que tenía poco de religioso, se enteró de lo que hacía y decía el Hijo de Dios quería conocerlo. Pero no era para aprender nada sino, en todo caso, para conocer la novedad de aquella última hora. 

Como algunos decían que era era Juan el Bautista que había resucitado nos narra este Evangelio de San Marcos cómo paso aquello de la muerte del último profeta del Antiguo Testamento. 

Es verdad que todo cristiano conoce cómo fue la muerte de aquel hombre santo. Y es que Satanás se había ganado muchos corazones que, por eso mismo, se hicieron muy contrarios de lo bueno y mejor.


JESÚS, agradece de nuestra parte a tu primo Juan que fuera como fue hasta las últimas consecuencias. 

Eleuterio Fernández Guzmán

5 de febrero de 2025

Una sorpresiva falta de fe

Mc 6, 1-6


"Salió Jesús de allí y vino a su patria, y sus discípulos le siguen. Cuando llegó el sábado se puso a enseñar en la sinagoga. La multitud, al oírle, quedaba maravillada, y decía: '¿De dónde le viene esto? y ¿Qué sabiduría es ésta que le ha sido dada? ¿Y esos milagros hechos por sus manos? ¿No es éste el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago, José, Judas y Simón? ¿Y no están sus hermanas aquí entre nosotros?' Y se escandalizaban a causa de él. Jesús les dijo: 'Un profeta sólo en su patria, entre sus parientes y en su casa carece de prestigio'. Y no podía hacer allí ningún milagro, a excepción de unos pocos enfermos a quienes curó imponiéndoles las manos. Y se maravilló de su falta de fe. Y recorría los pueblos del contorno enseñando."

COMENTARIO 

Podemos imaginar al Hijo de Dios cuando en su mismo pueblo, donde tanto había vivido a lo largo de los treinta años que son considerados como "vida oculta", no apreció mucha fe. Es decir, muchos no tenían confianza en su persona por mucho que, es seguro, hubieran oído de sus palabras y sus milagros...

Dice el texto que Jesucristo "se maravilló de su falta de fe". Y es que le parecía, eso, maravilloso (por extraordinario e inusual) que no creyeran en Quien había mostrado y demostrado más que de sobre que era el Mesías. 

Eso, es posible, a veces nos pasa a nosotros: que no confiamos del todo...

JESÚS, gracias por, al menos, haber curado a los que sí tenían fe y creían en Ti...

Eleuterio Fernández Guzmán

4 de febrero de 2025

El poder de la fe

Mc 5, 21-43


21 Cuando Jesús atravesó de nuevo al otro lado, una gran multitud se congregó adonde estaba él, y él se quedó junto al mar. 22 Llegó un jefe de sinagoga, de nombre Jairo, y al verlo cayó a sus pies, 23 rogándole con insistencia:

- Mi hijita está en las últimas; ven a aplicarle las manos para que se salve y viva."

24 Y se fue con él.
Lo seguía una gran multitud que lo apretujaba. 25 Una mujer que llevaba doce años con un flujo de sangre, 26 que había sufrido mucho por obra de muchos médicos y se había gastado todo lo que tenía sin aprovecharle nada, sino más bien poniéndose peor, 27 como había oído hablar de Jesús, acercándose entre la multitud le tocó por detrás el manto, 28 porque ella se decía: "Si le toco aunque sea la ropa, me salvaré".
29 Inmediatamente se secó la fuente de su hemorragia, y notó en su cuerpo que estaba curada de aquel tormento. 30 Jesús, dándose cuenta interiormente de la fuerza que había salido de él, se volvió inmediatamente entre la multitud preguntando:
- ¿Quién me ha tocado la ropa?
31 Los discípulos le contestaron:
- Estás viendo que la multitud te apretuja ¿y sales preguntando "quién me ha tocado"?
32 Él miraba a su alrededor para distinguir a la que había sido. 33 La mujer, asustada y temblorosa por ser consciente de lo que le había ocurrido, se acercó, se postró ante él y le confesó toda la verdad. 34 Él le dijo:
- Hija, tu fe te ha salvado. Márchate a la paz y sigue sana de tu tormento.
35 Aún estaba hablando cuando llegaron de casa del jefe de sinagoga para decirle:
- Tu hija ha muerto. ¿Para qué molestar ya al maestro?
36 Pero Jesús, sin hacer caso del mensaje que transmitían, le dijo al jefe de sinagoga:
- No temas; ten fe y basta.
37 No dejó que lo acompañara nadie más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago. 38 Llegaron a la casa del jefe de sinagoga y contempló el alboroto de los que lloraban gritando sin parar. 39 Luego entró y les dijo:
- ¿Qué alboroto y qué llantos son éstos? La chiquilla no ha muerto, está durmiendo.
40 Ellos se reían de él. Pero él, después de echarlos fuera a todos, se llevó consigo al padre de la chiquilla, a la madre y a los que habían ido con él y fue adonde estaba la chiquilla. 41 Cogió a la chiquilla de la mano y le dijo:
- Talitha, qum (que significa: "Muchacha, a ti te digo, levántate").
42 Inmediatamente se puso en pie la muchacha y echó a andar (tenía doce años). Se quedaron viendo visiones. 43 Les advirtió con insistencia que nadie se enterase y encargó que se le diera de comer."

COMENTARIO

Los dos casos que se nos plantean en este Evangelio de San Marcos muestran muy bien qué es lo que debemos tener como primera realidad espiritual y no es otra cosa que la fe.

Aquella mujer que sufría físicamente y aquel hombre que pedía por su hija agonizante confiaban en la intervención del Hijo de Dios. No dudaron lo más mínimo en dirigirse a él aunque cada uno lo hiciera de una manera distinta.

Y Jesucristo no puede hacer otra cosa que sanar. Y es que para eso había salido...

JESÚS,  gracias por hacer el bien a quien lo necesita.

Eleuterio Fernández Guzmán

3 de febrero de 2025

Lo que vale la pena

 

Mc 5, 1-20


1 Y llegaron al otro lado del mar, a la región de los gerasenos. 2 Apenas saltó de la barca, vino a su encuentro, de entre los sepulcros, un hombre con espíritu inmundo 6 Al ver de lejos a Jesús, corrió y se postró ante él 7 y gritó con gran voz: ‘¿Qué tengo yo contigo, Jesús, Hijo de Dios Altísimo? Te conjuro por Dios que no me atormentes’. 8 Es que él le había dicho: ‘Espíritu inmundo, sal de este hombre’. 9 Y le preguntó: ‘¿Cuál es tu nombre?’ Le contesta: ‘Mi nombre es Legión, porque somos muchos’. 10 Y le suplicaba con insistencia que no los echara fuera de la región. 11 Había allí una gran piara de puercos que pacían al pie del monte; 12 y le suplicaron: ‘Envíanos a los puercos para que entremos en ellos’. 13 Y se lo permitió. Entonces los espíritus inmundos salieron y entraron en los puercos, y la piara - unos 2.0000 se arrojó al mar de lo alto del precipicio y se fueron ahogando en el mar. 16 Los que lo habían visto les contaron lo ocurrido al endemoniado y lo de los puercos. 17 Entonces comenzaron a rogarle que se alejara de su término. 18 Y al subir a la barca, el que había estado endemoniado le pedía estar con él. 19 Pero no se lo concedió, sino que le dijo: ‘Vete a tu casa, donde los tuyos, y cuéntales lo que el Señor ha hecho contigo y que ha tenido compasión de ti’. 20 Él se fue y empezó a proclamar por la Decápolis todo lo que Jesús había hecho con él, y todos quedaban maravillados.”


COMENTARIO


Teniendo en cuenta que el Hijo de Dios era Dios mismo hecho hombre, no nos extrañada nada que tuviera poder, también, sobre los demonios que atormentaban a la gente. Por eso hay quien, siéndolo, reconoce a Cristo. Y, es más, le reconoce el poder total que tiene sobre él, el demonio. Por eso le piden, porque sabe que puede hacerlo, que los envíe a los cerdos una vez sabían que iban a ser echados de aquel hombre. Y el hombre liberado de aquel mal quiere seguir a su bienhechor pero Jesucristo prefiere que vaya a dar noticia de lo que le ha pasado. Y, sin embargo, los dueños de los cerdos no estaban, para nada, de acuerdo con aquellos porque, para ellos era mejor el negocio que la salvación de un ser humano sometido al Mal de aquella forma.



JESÚS, gracias por demostrar lo que valía, de verdad, la pena.


Eleuterio Fernández Guzmán

2 de febrero de 2025

Todo se estaba cumpliendo

Lc 2, 22-40


"Cuando llegó el día fijado por la Ley de Moisés para la purificación de ellos, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, como está escrito en la Ley:

'Todo varón primogénito será consagrado al Señor'. También debían ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o de pichones de paloma, como ordena la Ley del Señor.

Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, que era justo y piadoso, y esperaba el consuelo de Israel. El Espíritu Santo estaba en él y le había revelado que no moriría antes de ver al Mesías del Señor. Conducido por el mismo Espíritu, fue al Templo, y cuando los padres de Jesús llevaron al niño para cumplir con él las prescripciones de la Ley, Simeón lo tomó en sus brazos y alabó a Dios, diciendo:

'Ahora, Señor, puedes dejar que tu servidor muera en paz, como lo has prometido, porque mis ojos han visto la salvación que preparaste delante de todos los pueblos: luz para iluminar a las naciones paganas y gloria de tu pueblo Israel'.

Su padre y su madre estaban admirados por lo que oían decir de Él. Simeón, después de bendecirlos, dijo a María, la madre:

'Este niño será causa de caída y de elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción, y a ti misma una espada te atravesará el corazón. Así se manifestarán claramente los pensamientos íntimos de muchos'.

Había también allí una profetisa llamada Ana, hija de Fanuel, de la familia de Aser, mujer ya entrada en años, que, casada en su juventud, había vivido siete años con su marido. Desde entonces había permanecido viuda, y tenía ochenta y cuatro años.

No se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día con ayunos y oraciones. Se presentó en ese mismo momento y se puso a dar gracias a Dios. Y hablaba acerca del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.

Después de cumplir todo lo que ordenaba la Ley del Señor, volvieron a su ciudad de Nazaret, en Galilea. El niño iba creciendo y se fortalecía, lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba con Él.'"

COMENTARIO 

El episodio de la Presentación del Niño Jesús en el Templo y, a su vez, el de la purificación de la Virgen María (aunque ella no tuviera nada que purificar) manifiesta la voluntad de los padres del Hijo de Dios por cumplir con la Ley que estaba escrita. Y es lo que hacen cuando se cumplían los días que la misma decía que se debían cumplir para hacer lo que ahora estaban haciendo.

Lo demás ya lo sabemos porque muchas veces bien lo hemos leído o bien lo han leído otras personas. Y es que allí estaban dos ancianos que, seguramente inspirados por el Espíritu Santo, se dieron cuenta de Quién era aquel Niño que allí llevaban al Templo. 

Todo, en realidad, se estaba cumpliendo y nada de lo que estaba escrito dejó de cumplirse ni dejará de cumplirse nunca.


JESÚS,  en tu pequeñez como hombre fuiste llevado a tu Casa.

Eleuterio Fernández Guzmán

1 de febrero de 2025

El poder de Dios

Mc 4, 35-41


"Aquel día, al atardecer, les dice: 'Pasemos a la otra orilla. Dejando a la gente, se lo llevaron en barca, como estaba; e iban otras barcas con él. En esto, se levantó una fuerte borrasca y las olas irrumpían en la barca, de suerte que ya se anegaba la barca. Él estaba en popa, durmiendo sobre un cabezal. Le despiertan y le dicen: Maestro, ¿no te importa que perezcamos? Se puso en pie, increpó al viento y dijo al mar: ¡Calla, enmudece! El viento se calmó y sobrevino una gran bonanza. Y les dijo: ¿Por qué estáis con tanto miedo? ¿Cómo no tenéis fe? Ellos se llenaron de gran temor y se decían unos a otros: Pues ¿Quién es éste que hasta el viento y el mar le obedecen?' 

COMENTARIO

No debería extrañarnos mucho que aquellos que el Hijo de Dios había escogido para que fueran sus Apóstoles aún no acabaran de entender qué suponía seguir a Dios hecho hombre.

Es seguro que en aquella ocasión los que iban en la barca con Jesucristo se asustaron de verdad. Y por si eso no fuera ya suficiente, el Maestro estaba tan tranquilo durmiendo sin preocuparse, en apariencia, por su situación,. 

Lo que hace Cristo es, simplemente, hacer uso inmediato del poder que tenía como Dios que era. Lo que pasó entonces es que aquellos que vieron lo que hacían no acaban de comprender que aquel Maestro era mucho más que un Maestro. 

JESÚS,  gracias por ser tan comprensivo con quienes no acabamos de entender muchas cosas...

Eleuterio Fernández Guzmán

31 de enero de 2025

La pequeña semilla del Reino de Dios

Mc 4, 26-34


"También decía: 'El Reino de Dios es como un hombre que echa el grano en la tierra; duerma o se levante, de noche o de día, el grano brota y crece, sin que él sepa cómo. La tierra da el fruto por sí misma; primero hierba, luego espiga, después trigo abundante en la espiga. Y cuando el fruto lo admite, en seguida se le mete la hoz, porque ha llegado la siega». Decía también: '¿Con qué compararemos el Reino de Dios o con qué parábola lo expondremos? Es como un grano de mostaza que, cuando se siembra en la tierra, es más pequeña que cualquier semilla que se siembra en la tierra; pero una vez sembrada, crece y se hace mayor que todas las hortalizas y echa ramas tan grandes que las aves del cielo anidan a su sombra'. Y les anunciaba la Palabra con muchas parábolas como éstas, según podían entenderle; no les hablaba sin parábolas; pero a sus propios discípulos se lo explicaba todo en privado."

COMENTARIO


Era lógico que el Hijo de Dios explicara las palabras más detenidamente a sus Apóstoles porque los estaba preparando para que luego fueron ellos los que las transmitieran al mundo.

El caso es que aquí Jesucristo nos quiere hablar de lo que es el Reino de Dios. Y pone ejemplos de los que podemos deducir que es algo así como pequeño en el corazón de los hijos de Dios pero que crece poco a poco aunque, ni siquiera, se dé cuenta el discípulo de Cristo.

Por nuestra parte, sólo nos queda decir que sí, que el Reino de Dios crece en nosotros pero que eso será así siempre que nosotros queramos que crezca...

JESÚS, gracias por ser Dios mismo hecho hombre y haber traído tu Reino al mundo. 

Eleuterio Fernández Guzmán

30 de enero de 2025

Cuidado con nuestra medida

Mc 4, 21-25


"Les decía también: '¿Acaso se trae la lámpara para ponerla debajo del celemín o debajo del lecho? ¿No es para ponerla sobre el candelero? Pues nada hay oculto si no es para que sea manifestado; nada ha sucedido en secreto, sino para que venga a ser descubierto. Quien tenga oídos para oír, que oiga'. Les decía también: 'Atended a lo que escucháis. Con la medida con que midáis, se os medirá y aun con creces. Porque al que tiene se le dará, y al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará'."

COMENTARIO 

Es cierto que lo que dice el Hijo de Dios aquí mismo es algo más que razonable porque ¿Quién esconde una luz que está encendida? Pues lo mismo pasa con nuestra fe... que tampoco debemos esconderla como tantas veces pasa...

Pero aquí mismo hay otra cosa que es de vital importancia para nuestra vida de discípulos de Cristo. Y es que nunca se nos debería olvidar que seremos sometidos a un Juicio particular y en él se tendrán en cuenta todas las "medidas" que hayamos tomado con egoísmo, por ejemplo. Y es que todo es apuntado...

JESÚS, gracias por avisarnos sobre cómo debemos ser.

Eleuterio Fernández Guzmán

29 de enero de 2025

Salió el sembrador...

Mc 4, 1-20


"En aquel tiempo Jesús se puso a enseñar a orillas del mar. Y se reunió tanta gente junto a él que hubo de subir a una barca y, ya en el mar, se sentó; toda la gente estaba en tierra a la orilla del mar. Les enseñaba muchas cosas por medio de parábolas. Les decía en su instrucción: Escuchad. Una vez salió un sembrador a sembrar. Y sucedió que, al sembrar, una parte cayó a lo largo del camino; vinieron las aves y se la comieron. Otra parte cayó en terreno pedregoso, donde no tenía mucha tierra, y brotó en seguida por no tener hondura de tierra; pero cuando salió el sol se agostó y, por no tener raíz, se secó. Otra parte cayó entre abrojos; crecieron los abrojos y la ahogaron, y no dio fruto. Otras partes cayeron en tierra buena y, creciendo y desarrollándose, dieron fruto; unas produjeron treinta, otras sesenta, otras ciento. decía: Quien tenga oídos para oír, que oiga. Cuando quedó a solas, los que le seguían a una con los Doce le preguntaban sobre las parábolas. Él les dijo: A vosotros se os ha dado el misterio del Reino de Dios, pero a los que están fuera todo se les presenta en parábolas, para que por mucho que miren no vean, por mucho que oigan no entiendan, no sea que se conviertan y se les perdone. Y les dice: ¿No entendéis esta parábola? ¿Cómo, entonces, comprenderéis todas las parábolas? El sembrador siembra la Palabra. Los que están a lo largo del camino donde se siembra la Palabra son aquellos que, en cuanto la oyen, viene Satanás y se lleva la Palabra sembrada en ellos. De igual modo, los sembrados en terreno pedregoso son los que, al oír la Palabra, al punto la reciben con alegría, pero no tienen raíz en sí mismos, sino que son inconstantes; y en cuanto se presenta una tribulación o persecución por causa de la Palabra, sucumben enseguida. Y otros son los sembrados entre los abrojos; son los que han oído la Palabra, pero las preocupaciones del mundo, la seducción de las riquezas y las demás concupiscencias les invaden y ahogan la Palabra, y queda sin fruto. Y los sembrados en tierra buena son aquellos que oyen la Palabra, la acogen y dan fruto, unos treinta, otros sesenta, otros ciento."

COMENTARIO 

Cualquiera que lea las humildes palabras del que esto escribe es seguro que muchas veces habrá leído y otras escuchado la llamada "Parábola del sembrador". Y es que una de las más importantes y de la que más nos dice a los discípulos de Cristo una vez la explicó a sus Apóstoles. 

Nosotros somos la tierra. Sí. Somos la tierra donde Dios echa su semilla, la semilla de Su Palabra y, en fin, la semilla de lo que es bueno y mejor para cada uno de sus hijos. 

Es cierto que podemos estar en cualquiera de las situaciones de las que habla la Parábola. Y es a nosotros a los que nos corresponde decidir en la que estamos siendo mejor, claro está, la de aquella tierra que, una vez puesta allí la semilla, da mucho fruto. 

JESÚS, gracias por explicarnos el sentido de esta Parábola. 

Eleuterio Fernández Guzmán

28 de enero de 2025

Hacer la voluntad de Dios

Mc 3, 31-35


"Llegaron la madre y los hermanos de Jesús y, quedándose afuera, lo mandaron llamar. La multitud estaba sentada alrededor de Él, y le dijeron: 'Tu madre y tus hermanos te buscan ahí afuera'.

Él les respondió: '¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?' Y dirigiendo su mirada sobre los que estaban sentados alrededor de Él, dijo: 'Éstos son mi madre y mis hermanos. Porque el que hace la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre."

COMENTARIO 

Este texto del Evangelio de San Marcos es más que posible que lleve a más de un creyente a hacerse la pregunta de si es que el Hijo de Dios tenía "hermanos" en el sentido físico. Sin embargo, nosotros creemos que se refiere Marcos a hermanos de fe pero no a los físicos pues sabemos muy bien que la Virgen María no tuvo más hijos que Aquel que vino del Espíritu Santo.

Lo que importa, sin embargo, aquí no es ese tema sino lo que luego dice Jesucristo. Y es que es hermano suyo quien cumple la Voluntad de Dios pues, por decirlo así, eso une a quien eso hace. 

JESÚS, gracias por aclarar las cosas para que nadie se lleve a engaño con esto. 

Eleuterio Fernández Guzmán

25 de enero de 2025

Los envío al mundo

Mc 16, 15-18


"15 Y les dijo: 'Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. 16 El que crea y sea bautizado se salvará; el que no crea será condenado. 17 A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, 18 cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos'."


COMENTARIO

Deberíamos tener muy en cuenta lo que en este texto del Evangelio de San Marcos nos dice el Hijo de Dios. Y es que sus palabras no son vanas ni están dichas porque no tuviera otra cosa que decir.

Exactamente dice Jesucristo que "quien crea y sea bautizado, se salvará". Y, claro, quien no crea... no se salvará. Y eso lo decimos por si hay alguien que cree que todo el mundo se va a salvar. Aquí está dicho con toda claridad. 

Otra cosa son las señales de las que habla el Hijo de Dios.

JESÚS, gracias por ansiar nuestra salvación. 

Eleuterio Fernández Guzmán

24 de enero de 2025

Llamó a los que quiso

Mc 3, 13-19


"Jesús subió a la montaña y llamó a su lado a los que quiso. Ellos fueron hacia él, y Jesús instituyó a doce, a los que les dio el nombre de Apóstoles, para que estuvieran con él, y para enviarlos a predicar con el poder de expulsar a los demonios.

Así instituyó a los Doce: Simón, al que puso el sobrenombre de Pedro; Santiago, hijo de Zebedeo, y Juan, hermano de Santiago, a los que dio el nombre de Boanerges, es decir, hijos del trueno; luego, Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago, hijo de Alfeo, Tadeo, Simón, el Cananeo, y Judas Iscariote, el mismo que lo entregó."

COMENTARIO 

En este texto del Evangelio de San Marcos se nos dice algo que es fundamental para comprender que la elección que hizo el Hijo de Dios por sus Apóstoles fue, exactamente, la que quiso.

Debemos hacer notar que antes de escoger a los Doce Jesucristo subió al monte. Seguro que lo hizo para estar más en contacto con su Padre, Dios Todopoderoso, para orar y pedir lo que debía pedir.

Escogió a los que ya sabemos que escogió.

JESÚS, gracias por haber escogido a aquellos Doce.

Eleuterio Fernández Guzmán

22 de enero de 2025

Y querían acabar con Él

Mc 3, 1-6


"Jesús entró en una sinagoga, y había allí un hombre que tenía una mano paralizada. Los fariseos observaban atentamente a Jesús para ver si lo sanaba en sábado, con el fin de acusarlo.

Jesús dijo al hombre de la mano paralizada: Ven y colócate aquí delante'.

Y les dijo: '¿Está permitido en sábado hacer el bien o el mal, salvar una vida o perderla?'

Pero ellos callaron.

Entonces, dirigiendo sobre ellos una mirada llena de indignación y apenado por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: 'Extiende tu mano. Él la extendió y su mano quedó sana.

Los fariseos salieron y se confabularon con los herodianos para buscar la forma de acabar con Él."

COMENTARIO 

Es evidente que aquellos que no querían para nada al Hijo de Dios buscaban siempre una ocasión para acusarlo con algo. Y lo que hoy nos trae el Evangelio de San Marcos es ejemplo de eso.

Aquel hombre tenía una mano paralizada. Debía sufrir mucho por eso. Y ante tal situación, Jesucristo no podía hacer otra cosa que hacer el bien y curarlo.

Los que le perseguían no dudan en creer que aquel Maestro había hecho algo "muy mal": curar... ¡en sábado! y buscaban ocasión para matarlo...


JESÚS, gracias por ser bueno y misericordioso pese a la actitud de algunos...

Eleuterio Fernández Guzmán

21 de enero de 2025

El mensaje nuevo de Cristo

Mc 2, 23-28


"Un día en que los discípulos de Juan y los fariseos ayunaban, fueron a decirle a Jesús: '¿Por qué tus discípulos no ayunan, como lo hacen los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos?' Jesús les respondió: '¿Acaso los amigos del esposo pueden ayunar cuando el esposo está con ellos? Es natural que no ayunen, mientras tienen consigo al esposo. Llegará el momento en que el esposo les será quitado, y entonces ayunarán. Nadie usa un pedazo de género nuevo para remendar un vestido viejo, porque el pedazo añadido tira del vestido viejo y la rotura se hace más grande. Tampoco se pone vino nuevo en odres viejos, porque hará reventar los odres, y ya no servirán más ni el vino ni los odres. ¡A vino nuevo, odres nuevos!'"

COMENTARIO 

En realidad, lo que el Hijo de Dios quería decirles a los que le preguntaban por el ayuno sin tener en cuenta otras cosas era que algo había cambiado con su llegada, digamos, al mundo y realidad de la predicación.

Aquellos hombres andaban muy preocupados con el ayuno. Al parecer no se preguntaron si es que los discípulos de aquel Maestro a lo mejor tenían otras cosas en las que pensar. 

Podemos decir que eso que dice Jesucristo sobre el vino nuevo en los odres nuevos debería haberles hecho pensar que algo estaba cambiando y algo muy importante iba a cambiar...

JESÚS,  gracias por haber puesto en el camino hacia el Cielo a los que estaban contigo y te entendían.

Eleuterio Fernández Guzmán

19 de enero de 2025

Una buena forma de manifestar la Gloria de Dios

Jn 2, 1-11


“1 Tres días después se celebraba una boda en Caná de Galilea y estaba allí la madre de Jesús. 2 Fue invitado también a la boda Jesús con sus discípulos. 3 Y, como faltara vino, porque se había acabado el vino de la boda, le dice a Jesús su madre: ‘No tienen vino.’ 4 Jesús le responde: ‘¿Qué tengo yo contigo mujer?, Todavía no ha llegado mi hora.’ 5 Dice su madre a los sirvientes: = ‘Haced lo que él os diga.’ =6 Había allí seis tinajas de piedra, puestas para las purificaciones de los judíos, de dos o tres medidas cada una. 7 Les dice Jesús: ‘Llenad las tinajas de agua.’ Y las llenaron hasta arriba. 8 ‘Sacadlo ahora, les dice, y llevadlo al maestresala.’ Ellos lo llevaron.9 Cuando el maestresala probó el agua convertida en vino, como ignoraba de dónde era (los sirvientes, los que habían  sacado el agua, sí que lo sabían), llama el maestresala al novio 10 y le dice: ‘Todos sirven primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el inferior. Pero tú has guardado el vino bueno hasta ahora.’ 11  Así, en Caná de Galilea, dio Jesús comienzo a sus señales. Y manifestó su gloria, y creyeron en él sus discípulos.”


COMENTARIO 

Dice al final de estas palabras del Evangelio de San Juan que por lo que había hecho en las bodas de Caná creyeron en Él sus discípulos. Y es que, al parecer, ellos también necesitaban señales para creer pues estaban en la primera fase de su ser con Cristo. 

Lo que hace en aquella boda, a instancias de su Madre, no es poca cosa. Es algo extraordinario que, además, sólo vieron los más humildes de los que allí estaban. 

De todas formas, no podemos dejar de decir que todo aquella hacía para la mayor gloria de Dios y que, además, era expresión de Su Gloria. 

JESÚS,  gracias por haber atendido a tu Madre. 

Eleuterio Fernández Guzmán

18 de enero de 2025

Salvar a quien necesita ser salvado

Mc 2, 13-17


"Jesús salió nuevamente a la orilla del mar; toda la gente acudía a Él, y Él les enseñaba. Al pasar vio a Leví, hijo de Alfeo, sentado a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: 'Sígueme'. Él se levantó y lo siguió.

Mientras Jesús estaba comiendo en su casa, muchos publicanos y pecadores se sentaron a comer con Él y sus discípulos; porque eran muchos los que lo seguían. Los escribas del grupo de los fariseos, al ver que comía con pecadores y publicanos, decían a los discípulos: '¿Por qué come con publicanos y pecadores?'

Jesús, que había oído, les dijo: 'No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos. Yo no he venido a llamar a justos, sino a pecadores'."


COMENTARIO 

El Hijo de Dios había sido enviado al mundo para el mundo se salvase. Y por eso Jesucristo hacía lo que tenía que hacer en tal sentido fuera cual fuera la situación ante la que se encontraba. 

Había quien creía que los recaudadores de impuestos eran pecadores porque debían tener mucho amor al dinero... Pero eso a Cristo no le importó nada de nada para "reclutar" para su apostolado a Leví, Mateo. 

Lo último que nos dice el Hijo de Dios es bien claro y contundente: no necesitan médico los que están sanos... los otro sí. Pues eso, curó a los enfermos de todo tipo de enfermedades y no sólo físicas. 


JESÚS, gracias por ser bueno y misericordioso.

Eleuterio Fernández Guzmán

17 de enero de 2025

Sanar a quien lo necesite... eso hizo Cristo

Mc 2, 1-12


"Jesús volvió a Cafarnaúm y se difundió la noticia de que estaba en la casa. Se reunió tanta gente, que no había más lugar ni siquiera delante de la puerta, y Él les anunciaba la Palabra.

Le trajeron entonces a un paralítico, llevándolo entre cuatro hombres. Y como no podían acercarlo a Él, a causa de la multitud, levantaron el techo sobre el lugar donde Jesús estaba, y haciendo un agujero descolgaron la camilla con el paralítico. Al ver la fe de esos hombres, Jesús dijo al paralítico: 'Hijo, tus pecados te son perdonados'.

Unos escribas que estaban sentados allí pensaban en su interior: '¿Qué está diciendo este hombre? ¡Está blasfemando! ¿Quién puede perdonar los pecados, sino sólo Dios?'

Jesús, advirtiendo en seguida que pensaban así, les dijo: '¿Qué están pensando? ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: 'Tus pecados te son perdonados', o 'Levántate, toma tu camilla y camina'? Para que ustedes sepan que el Hijo del hombre tiene sobre la tierra el poder de perdonar los pecados, dijo al paralítico: Yo te lo mando, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa'.

Él se levantó en seguida, tomó su camilla y salió a la vista de todos. La gente quedó asombrada y glorificaba a Dios, diciendo: 'Nunca hemos visto nada igual'."


COMENTARIO 

Aquellos que no querían para nada al Hijo de Dios ni tenían en cuenta ni sus palabras ni sus acciones se escandalizaron cuando le dijo Jesucristo al paralítico que le perdonaba los pecados. Y es que ellos sabían que sólo Dios podía perdonarlos. 

Aquel hombre, para que comprobaran que Cristo era Dios mismo hecho hombre, se levantó y se fue curado porque aquellos que no querían para nada al Hijo de Dios necesitaban una demostración de que era quien algunos sabían que era. Y la tuvieron allí mismo. 

Lo otro era lo normal: las personas que no se dejaban llevar por sus egoístas intereses como aquellos escribas de arriba sabían que allí había pasado algo extraordinario. Y fueron los sencillos los que lo reconocieron. 


JESÚS, gracias por ser bueno y misericordioso.

Eleuterio Fernández Guzmán

16 de enero de 2025

Es lo que tiene confiar en Dios

Mc 1, 40-45


"Se le acerca un leproso, suplicándole de rodillas: 'Si quieres, puedes limpiarme'. Compadecido, extendió la mano y lo tocó diciendo: 'Quiero: queda limpio'. La lepra se le quitó inmediatamente y quedó limpio. Él lo despidió, encargándole severamente: 'No se lo digas a nadie; pero para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés, para que les sirva de testimonio'. Pero cuando se fue, empezó a pregonar bien alto y a divulgar el hecho, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo; se quedaba fuera, en lugares solitarios; y aun así acudían a él de todas partes.'"

COMENTARIO 

Ya podemos imaginar que la vida que llevaba aquel leproso no era nada buena ni agradable. Apartado de la sociedad por considerarlo pecador y, además, por su propia enfermedad, necesitaba la intervención de alguien más que importante. Y es lo que hace dirigiéndose al Hijo de Dios.

La forma en la que se dirige aquel hombre no es cualquier forma sino que lo hace con plena confianza en que va a ser curado.  Y es que le dice ese "si quieres" lo que muestra una creencia en que si quiere aquel Maestro se curará. 

Lo que hace Jesucristo ante aquella manifestación de fe es curarlo. No podía hacer otra cosa y, además, no quería pues para eso "había salido", como Él mismo dice en otro Evangelio. 

JESÚS, gracias por ser bueno y misericordioso. 

Eleuterio Fernández Guzmán

15 de enero de 2025

Haciendo el bien

Mc 1, 29-39

 

"En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés.

La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, e inmediatamente le hablaron de ella. Él se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles.
 
Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados. La población entera se agolpaba a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios; y como los demonios lo conocían, no les permitía hablar.

Se levantó de madrugada, cuando todavía era muy oscuro, se marchó a un lugar solitario y allí se puso a orar. Simón y sus compañeros fueron en su busca y, al encontrarlo, le dijeron:

'Todo el mundo te busca'.

Él les responde:

'Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso he salido'

Así recorrió toda Galilea, predicando en sus sinagogas y expulsando los demonios."


COMENTARIO 

Como el Hijo de Dios había sido enviado al mundo para que, al menos, se salvase el mundo que creyese en Él, eso es lo que hacía Jesucristo. 
 
Es cierto eso y también que lo sigue haciendo... ahora mismo y entre nosotros.
 
 
JESÚS, Gracias, hermano, por un tan gran Amor hacia nosotros. 


Eleuterio Fernández Guzmán