8 de febrero de 2014

Perseverantes en la fe



“Los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y lo que habían enseñado. El, entonces, les dice: ‘Venid también vosotros aparte, a un lugar solitario, para descansar un poco.’ Pues los que iban y venían eran muchos, y no les quedaba tiempo ni para comer. Y se fueron en la barca, aparte, a un lugar solitario. Pero les vieron marcharse y muchos cayeron en cuenta; y fueron allá corriendo, a pie, de todas las ciudades y llegaron antes que ellos. Y al desembarcar, vio mucha gente, sintió compasión de ellos, pues estaban como ovejas que no tienen pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas.”
       


COMENTARIO

Jesús envía a los suyos a evangelizar. Ellos vuelven porque a comunicar aquello que les había pasado. Pero Jesús, que sabia que muchas personas le seguían para escucharle necesitaba escuchar a sus apóstoles. Los lleva a un lugar aparte para poder enseñar con tranquilidad.

Pero muchos iban tras Él porque querían seguir escuchándole. No se dejaban despistar fácilmente porque tales eran las ganas que tenían que escucharle que fuera donde fuera iban a buscarlo.

Jesús sabía que la misión que tenían que cumplir tenía que llevarla a cabo. Aquellas personas estaban, espiritualmente, perdidas, como ovejas sin pastor. Por eso, a pesar de estar humanamente cansado, no dejaba de enseñarles.


JESÚS, por mucho que te alejes del mundo para enseñar a tus apóstoles los que te quieren siempre te encuentran. Ayúdanos a ser perseverantes en la fe.





Eleuterio Fernández Guzmán


7 de febrero de 2014

Herodes el matarife





Viernes IV del tiempo ordinario


Mc 6,14-29

En aquel tiempo, se había hecho notorio el nombre de Jesús y llegó esto a noticia del rey Herodes. Algunos decían: ‘Juan el Bautista ha resucitado de entre los muertos y por eso actúan en él fuerzas milagrosas’. Otros decían: ‘Es Elías’; otros: ‘Es un profeta como los demás profetas’. Al enterarse Herodes, dijo: ‘Aquel Juan, a quien yo decapité, ése ha resucitado’. Es que Herodes era el que había enviado a prender a Juan y le había encadenado en la cárcel por causa de Herodías, la mujer de su hermano Filipo, con quien Herodes se había casado. Porque Juan decía a Herodes: ‘No te está permitido tener la mujer de tu hermano’. Herodías le aborrecía y quería matarle, pero no podía, pues Herodes temía a Juan, sabiendo que era hombre justo y santo, y le protegía; y al oírle, quedaba muy perplejo, y le escuchaba con gusto.” 

COMENTARIO

La vida de Juan, primo de Jesús y Bautista, llegó al extremo que tenía reservado Dios para Él. Pero el rey Herodes, mundano y acorralado por la mundanidad, no entendía cómo aquel hombre a quien estimaba como profeta, podía ser odiado por otros.

Jesús dejaba perplejos a muchos. Los que le escuchaban quedaban atónicos de lo que salía de su boca pues era Dios hecho hombre y eso, muchos, no lo podían entender. Seguramente, los enviados de Herodes para verlo le transmitieron aquel sentimiento generalizado. Eso lo dejaba, verdaderamente, preocupado.

Herodes tenía sobre su cabeza muerte de Juan el Bautista. Por eso creía que Jesús era el Bautista a quien había matado. Ese pensamiento ya lo determina como creyente en religiones no judías pues Juan no podía venir en la persona de Cristo.






JESÚS, Herodes no sabe quién eres porque ignora todo de la Ley y los profetas. Ayúdanos a no caer en tan gran ignorancia.





Eleuterio Fernández Guzmán





6 de febrero de 2014

Escogidos y enviados por Cristo




Jueves IV del tiempo ordinario


Mc  6,7-13

En aquel tiempo, Jesús llamó a los Doce y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus inmundos. Les ordenó que nada tomasen para el camino, fuera de un bastón: ni pan, ni alforja, ni calderilla en la faja; sino: ‘Calzados con sandalias y no vistáis dos túnicas’. Y les dijo: ‘Cuando entréis en una casa, quedaos en ella hasta marchar de allí. Si algún lugar no os recibe y no os escuchan, marchaos de allí sacudiendo el polvo de la planta de vuestros pies, en testimonio contra ellos’. Y, yéndose de allí, predicaron que se convirtieran; expulsaban a muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.”

COMENTARIO


Enviados por Cristo

Jesús envía al mundo a los que escoge para ser sus evangelizadores. Sabe que a las personas que escoge y que responden sí a su petición, no les van a defraudar y van a hacer todo lo posible para que la Palabra de Dios llegue al mundo.


Lo que hay que tener en cuenta

Hay cosas que, en la vida de un creyente, tienen importancia pero otras no lo tienen. Jesús sabe que lo que importa no es acumular en esta vida sino, en todo caso, acumular para la vida eterna.


Dar a quien quiera recibir

Jesús sabe que no todas las personas van a recibir bien la Palabra de Dios, la doctrina Santa. Sin embargo, no obliga a nadie a aceptarla. Propone pero no impone y tal es la actitud que recomienda a los suyos.



JESÚS, aquello que comunicas a tus enviados, entonces, es importante, también, ahora mismo. Ayúdanos a ser buenos transmisores de la Palabra de Dios.




Eleuterio Fernández Guzmán


5 de febrero de 2014

Ser profeta de Dios






Miércoles IV del tiempo ordinario

Mc 6,1-6

En aquel tiempo, Jesús salió de allí y vino a su patria, y sus discípulos le siguen. Cuando llegó el sábado se puso a enseñar en la sinagoga. La multitud, al oírle, quedaba maravillada, y decía: ‘¿De dónde le viene esto?, y ¿qué sabiduría es ésta que le ha sido dada? ¿Y esos milagros hechos por sus manos? ¿No es éste el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago, José, Judas y Simón? ¿Y no están sus hermanas aquí entre nosotros?’. Y se escandalizaban a causa de Él. Jesús les dijo: ‘Un profeta sólo en su patria, entre sus parientes y en su casa carece de prestigio’. Y no podía hacer allí ningún milagro, a excepción de unos pocos enfermos a quienes curó imponiéndoles las manos. Y se maravilló de su falta de fe. Y recorría los pueblos del contorno enseñando.”


COMENTARIO

Los que oyen y no comprenden

Muchos de los que escuchan a Jesús lo conocían desde que era pequeño. No podían entender cómo era posible que una persona de la que todo conocían pudiera enseñar de la forma como enseñaba. Oían pero no comprendían.

Ser profeta

Por la historia del pueblo judío, Jesús sabía que los profetas nunca habían sido bien vistos por el pueblo elegido por Dios. No lo habían sido porque decían aquello que no querían escuchar (la voluntad del Creador) y por eso acaban matándolos.


Perseverancia de Cristo

A pesar del comportamiento de los más cercanos a Jesús, Él no se arredra y sigue cumpliendo la misión para la que había sido enviado. Curaba a los enfermos, sanaba el alma de los atribulados. Aún había personas que, allí mismo, sí creían en Él.




JESÚS, muchos de los más cercanos a Ti no comprendían porque tenían el corazón embotado. Ayúdanos a no ser como ellos.




Eleuterio Fernández Guzmán


4 de febrero de 2014

Fe, la fe que salva


Mc 5,21-43

“En aquel tiempo, Jesús pasó de nuevo en la barca a la otra orilla y se aglomeró junto a Él mucha gente; Él estaba a la orilla del mar. Llega uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo, y al verle, cae a sus pies, y le suplica con insistencia diciendo: ‘Mi hija está a punto de morir; ven, impón tus manos sobre ella, para que se salve y viva". Y se fue con él. Le seguía un gran gentío que le oprimía.

Entonces, una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años, y que había sufrido mucho con muchos médicos y había gastado todos sus bienes sin provecho alguno, antes bien, yendo a peor, habiendo oído lo que se decía de Jesús, se acercó por detrás entre la gente y tocó su manto. Pues decía: ‘Si logro tocar aunque sólo sea sus vestidos, me salvaré’. Inmediatamente se le secó la fuente de sangre y sintió en su cuerpo que quedaba sana del mal. Al instante, Jesús, dándose cuenta de la fuerza que había salido de Él, se volvió entre la gente y decía: ‘¿Quién me ha tocado los vestidos?’. Sus discípulos le contestaron: ‘Estás viendo que la gente te oprime y preguntas: ‘¿Quién me ha tocado?’’. Pero Él miraba a su alrededor para descubrir a la que lo había hecho. Entonces, la mujer, viendo lo que le había sucedido, se acercó atemorizada y temblorosa, se postró ante Él y le contó toda la verdad. Él le dijo: ‘Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz y queda curada de tu enfermedad’.

Mientras estaba hablando llegan de la casa del jefe de la sinagoga unos diciendo: ‘Tu hija ha muerto; ¿a qué molestar ya al Maestro?’. Jesús que oyó lo que habían dicho, dice al jefe de la sinagoga: ‘No temas; solamente ten fe’. Y no permitió que nadie le acompañara, a no ser Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago. Llegan a la casa del jefe de la sinagoga y observa el alboroto, unos que lloraban y otros que daban grandes alaridos. Entra y les dice: «¿Por qué alborotáis y lloráis? La niña no ha muerto; está dormida». Y se burlaban de Él. Pero Él después de echar fuera a todos, toma consigo al padre de la niña, a la madre y a los suyos, y entra donde estaba la niña. Y tomando la mano de la niña, le dice: ‘Talitá kum’, que quiere decir: ‘Muchacha, a ti te digo, levántate’. La muchacha se levantó al instante y se puso a andar, pues tenía doce años. Quedaron fuera de sí, llenos de estupor. Y les insistió mucho en que nadie lo supiera; y les dijo que le dieran a ella de comer.”

COMENTARIO

A Jesús se le acercaban muchas personas porque sabían que era un Maestro distinto a los demás. Confiaban en su persona y en lo que podía hacer por las personas por las que pedían o por ellas mismas.

Jairo necesitaba la ayuda de aquel hombre que demostraba ser mucho más que un hombre. Nadie más podía ayudar a su hija, que se estaba muriendo. Acude a Jesús con fe y, por eso mismo, obtiene lo que tanto quiere: su hija vuelve a la vida pues había muerto.

Aquella mujer, que tenía flujos de sangre, sabía que Jesús sería su salvación. Sólo con tocar algo de Él sabía que estaría curada. Por eso le dice el Hijo de Dios que la había curado su fe pues mucha era su confianza.



JESÚS, seguramente lo que más aprecias es la fe. Tenerla es muy importante para cada uno de nosotros. Ayúdanos a no perderla nunca o a encontrarla si es que, en verdad, no la tenemos.



Eleuterio Fernández Guzmán

3 de febrero de 2014

El poder de Diios


Mc 5, 1-2.6-13.16-20


Y llegaron al otro lado del mar, a la región de los gerasenos. Apenas saltó de la barca, vino a su encuentro, de entre los sepulcros, un hombre con espíritu inmundo.

Al ver de lejos a Jesús, corrió y se postró ante él y gritó con gran voz: '¿Qué tengo yo contigo, Jesús, Hijo de Dios Altísimo? Te conjuro por Dios que no me atormentes.' Es que él le había dicho: 'Espíritu inmundo, sal de este hombre.' Y le preguntó: '¿Cuál es tu nombre?' Le contesta: 'Mi nombre es Legión, porque somos muchos.' Y le suplicaba con insistencia que no los echara fuera de la región. Había allí una gran piara de puercos que pacían al pie del monte; y le suplicaron: 'Envíanos a los puercos para que entremos en ellos.' Y se lo permitió. Entonces los espíritus inmundos salieron y entraron en los puercos, y la piara - unos 2.0000 se arrojó al mar de lo alto del precipicio y se fueron ahogando en el mar.


Los que lo habían visto les contaron lo ocurrido al endemoniado y lo de los puercos. Entonces comenzaron a rogarle que se alejara de su término. Y al subir a la barca, el que había estado endemoniado le pedía estar con él. Pero no se lo concedió, sino que le dijo: 'Vete a tu casa, donde los tuyos, y cuéntales lo que el Señor ha hecho contigo y que ha tenido compasión de ti.' El se fue y empezó a proclamar por la Decápolis todo lo que Jesús había hecho con él, y todos quedaban maravillados.

COMENTARIO

Los de espíritu perdido

Hay muchos hijos de Dios que han escogido, entre el Creador y el mundo, éste. A pesar de los dones que le entrega el Todopoderoso, pronto se olvidan del Señor y prefieren acumular en este mundo antes que acumular para el venidero, la vida eterna.

El Mal reconoce a Cristo

Pero el Mal sabe Quién es el Bien, quien es Cristo, el Hijo de Dios. Sabe que nada puede contra el poder de Dios y le tiene miedo. Por eso huye de donde es descubierto por el Mesías.

No siempre gusta el Bien

A pesar de que Cristo es el Bien en su máxima expresión, no es poco cierto que en demasiadas ocasiones preferimos aquello que, humanamente nos conviene porque la doctrina del Hijo de Dios no siempre nos viene bien. Y lo abandonamos con demasiada facilidad.


JESÚS, Tú eres el Bien que todo lo puede, el más Misericordioso de los hombres y Dios mismo. Ayúdanos a no escoger al mundo antes que a Ti.




Eleuterio Fernández Guzmán


2 de febrero de 2014

Presentación de Cristo al mundo




a Presentación del Señor
Lc 2,22-40


Cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como está escrito en la Ley del Señor: 'Todo varón primogénito será consagrado al Señor' y para ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o dos pichones, conforme a lo que se dice en la Ley del Señor.
Y he aquí que había en Jerusalén un hombre llamado Simeón; este hombre era justo y piadoso, y esperaba la consolación de Israel; y estaba en él el Espíritu Santo. Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de haber visto al Cristo del Señor. Movido por el Espíritu, vino al Templo; y cuando los padres introdujeron al niño Jesús, para cumplir lo que la Ley prescribía sobre Él, le tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: 'Ahora, Señor, puedes, según tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz; porque han visto mis ojos tu salvación, la que has preparado a la vista de todos los pueblos, luz para iluminar a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel'. Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de Él.
Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: 'Éste está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción —¡y a ti misma una espada te atravesará el alma!— a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones'.
Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad avanzada; después de casarse había vivido siete años con su marido, y permaneció viuda hasta los ochenta y cuatro años; no se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día en ayunos y oraciones. Como se presentase en aquella misma hora, alababa a Dios y hablaba del Niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén. Así que cumplieron todas las cosas según la Ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El Niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría; y la gracia de Dios estaba sobre Él.”



COMENTARIO

Cumplir con la Ley

Lo que hacen José y María es significativo. En vez de no cumplir con la Ley y no presentar a Jesús hacen lo que se espera de personas fieles a Dios y a las normas de Moisés. Jesús no había venido a abolir la ley.

Descubrir el Hijo de Dios

Aquellos ancianos, Simeón y Ana, esperaban, como todos los miembros del pueblo judió, la llegada del Mesías. Se dieron cuenta, por inspiración del Espíritu Santo, de que aquel Niño era el Enviado por Dios y gozaron hasta el extremo.

Ésa espada


De aquella visita la Madre María obtiene una profecía emitida por Simeón: una espada le atravesará el corazón. En el momento determinado por Dios, aquella mujera, Inmaculada, recibiría el dolor más grande que era ver morir a su hijo de una forma terrible.



JESÚS, cuando tus padres te llevan al Templo por primera vez, te presentaron a Dios. Ya nunca lo abandonarías en cuanto persona. Ayúdanos a recordar, siempre, que eres Hijo y eres el mismo Dios hecho hombre.




Eleuterio Fernández Guzmán