9 de octubre de 2021

Escuchar y actuar según se escucha


Lc 11, 27-28

 

“27 Sucedió que, estando él diciendo estas cosas, alzó la voz una mujer de entre la gente, y dijo: '¡Dichoso el seno que te llevó y los pechos que te criaron!. 28 Pero él dijo: 'dichosos más bien los que oyen la Palabra de Dios y la guardan'.”

 

 

COMENTARIO

 

Es bien cierto que, muchos de los que escuchaban al Hijo de Dios lo hacían con gozo y gusto. También había, claro, quien no lo escuchaba ni con gozo ni con gusto sino con bastante preocupación. Y, seguramente, lo que dice ahora mismo preocupó a más de uno.

 

No es poco decir que las palabras que le dicen a Jesucristo acerca de su Madre, María, son bonitas. Es decir, que se trata de algo que cualquiera querría escuchar acerca de la suya. Y eso no lo hacían con segundas ni nada por el estilo sino porque, de verdad, lo creían y pensaban.

 

Jesucristo, sin embargo, miraba las cosas de forma distinta. Y no es que no tenga en cuenta a su Madre María sino, justamente al contrario. Y es que sabe Él que su Madre ha escuchado la Palabra de Dios y siempre la ha guardado en su corazón. Y no es, como pudiera pensarse, algún tipo de desprecio hacia quien lo trajo al mundo sino, justamente, al contrario: un gran elogio.

 

 

JESÚS, gracias por hacernos ver la verdad de las cosas del alma.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

7 de octubre de 2021

Esclava del Señor

Lc 1,26-38


"Al sexto mes envió Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Y, entrando, le dijo: 'Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.' Ella se conturbó por estas palabras y se preguntaba qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo: 'No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo a quien pondrás por nombre Jesús. Él será grande, se le llamará Hijo del Altísimo y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin.' María respondió al ángel: '¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?' El ángel le respondió: 'El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y se le llamará Hijo de Dios. Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez y este es ya el sexto mes de la que se decía que era estéril, porque no hay nada imposible para Dios.' Dijo María: 'He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.' Y el ángel, dejándola, se fue."



COMENTARIO

No podemos negar que el comienzo de este texto más que reconocido es más que prometedor: Dios envía al Ángel Gabriel. Y lo envía porque tiene una intención más que buena en su corazón: quiere encontrar una madre para su Hijo y, así, para sí mismo, por muy misterioso que eso nos pueda parecer pues lo es…

Ciertamente, aquella joven de Nazaret era poco conocida. Salvo en aquella aldea de Israel nadie salvo sus propios familiares y Dios mismo la conocían. Pero debía tener una vida de fe muy profunda para que el Todopoderoso la escogiese como Madre.

Es verdad que María podría haber dicho que no. Pero la cosa no resulta tan fácil de defender porque, primero, Dios nunca se equivoca y, segundo, porque aquella joven hacía mucho tiempo que se había entregado al Creador en cuerpo y alma.



JESÚS, gracias por escoger una Madre como María.

6 de octubre de 2021

Padre Nuestro

Lc 11, 1-4



1 Y sucedió que, estando él orando en cierto lugar, cuando terminó, le dijo uno e sus discípulos: ‘Señor, enséñanos a orar, como enseñó Juan a sus discípulos’. 2 Él les dijo: ‘Cuando oréis: Padre, santificado sea tu Nombre, venta tu Reino, 3 danos cada día nuestro pan cotidiano, 4 y perdónanos nuestros pecados porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en tentación.’”


COMENTARIO

Hay discípulos del Hijo de Dios que ansían aprender a orar. Y es que ven cómo lo hace su Maestro y se dan cuenta de que cuando lo hace está muy cerca de Dios. Y ellos quieren hacer lo mismo.

Cuando Jesucristo conoce la intención de aquellos que le siguen más de cerca sabe que tiene una buena oportunidad para enseñar aquello que es esencial sin irse por las ramas en la oración ni nada por el estilo. Y les enseña el Padre Nuestro…

Todo lo que se dice y repite, desde entonces, cuando rezamos el Padre Nuestro es la Verdad y es, además, lo que nos conviene a los hijos de Dios. Nada más y nada menos.



JESÚS, gracias por enseñarnos a orar como Dios quiere que oremos.

5 de octubre de 2021

Dice Cristo que somos malos

Mt 7, 7-11



7 “’Pedid y se os dará; buscar y hallaréis; llamad y se os abrirá. 8 Porque todo el que pide recibe; el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. 9 ¿O acaso alguno entre vosotros que al hijo le pide pan le dé una piedra; 10 o si le pide un pez, le dé una culebra? 11 Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que se las pidan!’”


COMENTARIO

Es verdad que lo que dice el Hijo de Dios tiene todo que ver con nuestra forma de ser y que es que, como suele decirse, tenía calados a los de su tiempo e, incluso, a nosotros mismos. Y es que sabe que somos malos…

De todas formas, no es poco generoso Jesucristo porque sabe que su Padre y el nuestro es bueno y misericordioso y cada vez que un hijo suyo le pide algo que le conviene recibir… lo otorga sin problema alguno.

El ejemplo que pone el Hijo de Dios es síntoma de que conoce muy bien a sus hermanos los hombres. Y es que nadie, que esté en su sano juicio, dará algo malo a alguno de sus hijos ni tendrá intención mala contra él.


JESÚS, gracias por decir las cosas como son aunque puedan dolernos.



Eleuterio Fernández Guzmán

4 de octubre de 2021

El prójimo

 Lc 10, 25-37

 

“25 Se levantó un legista, y dijo para ponerle a prueba: ‘Maestro, ¿que he de hacer para tener en herencia vida eterna?’ 26 El le dijo: ‘¿Qué está escrito en la Ley? ¿Cómo lees?’ 27 Respondió: ‘Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo’. 28 Díjole entonces: ‘Bien has respondido. Haz eso y vivirás’. 29 Pero él, queriendo justificarse, dijo a Jesús: ‘Y ¿quién es mi prójimo?’ 30 Jesús respondió: ‘Bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de salteadores, que, después de despojarle y golpearle, se fueron dejándole medio muerto. 31 Casualmente, bajaba por aquel camino un sacerdote y, al verle, dio un rodeo. 32 De igual modo, un levita que pasaba por aquel sitio le vio y dio un rodeo. 33 Pero un samaritano que iba de camino llegó junto a él, y al verle tuvo compasión; 34 y, acercándose, vendó sus heridas, echando en ellas aceite y vino; y montándole sobre su propia cabalgadura, le llevó a una posada y cuidó de él. 35 Al día siguiente, sacando dos denarios, se los dio al posadero y dijo: ‘Cuida de él y, si gastas algo más, te lo pagaré cuando vuelva.’ 36 ¿Quién de estos tres te parece que fue prójimo del que cayó en manos de los salteadores?’ 37 El dijo: ‘El que practicó la misericordia con él’. Díjole Jesús: ‘Vete y haz tú lo mismo’. 38 Yendo ellos de camino, entró en un pueblo; y una mujer, llamada Marta, le recibió en su casa.”

 

COMENTARIO

 

No es nada extraño que, en más de una ocasión, le preguntasen al Hijo de Dios por la vida eterna. Es decir, que había una gran necesidad espiritual de conocer acerca de la misma. Y la había porque nadie, en su sano juicio, quiere otra cosa para su alma.

 

La explicación que da Jesucristo tiene un sentido más que conocido desde entonces. Y es que mucho se dice acerca de la necesidad de auxiliar al prójimo, mostrando así amor, que necesita auxilio y ayuda.

 

Luego, seguramente, viene lo peor. Y es que una cosa es escuchar lo que dice el Maestro y otra, muy distinta, seguirlo a rajatabla. Y eso es lo que pide a quien le ha preguntado y, a lo mejor, es lo que no quiere llevar a cabo…

 

JESÚS,  ayúdanos a tener en cuenta al prójimo en nuestra vida.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

3 de octubre de 2021

La ley de Dios


Mc 10, 2-12

 

2 Se acercaron unos fariseos que, para ponerle a prueba, preguntaban: ‘¿Puede el marido repudiar a la mujer?’ 3 Él les respondió: ¿Qué os prescribió Moisés?’ 4 Ellos le dijeron: ‘Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla.’ 5 Jesús les dijo: ‘Teniendo en cuenta la dureza de vuestro corazón escribió para vosotros este precepto. 6 Pero desde el comienzo de la creación, = El los hizo varón y hembra. =7  = Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, =8 = y los dos se harán una sola carne. = De manera que ya no son dos, sino  una sola carne.9 Pues bien, lo que Dios unió, no lo separe el hombre.’10 Y ya en casa, los discípulos le volvían a preguntar sobre esto. 11Él les dijo: ‘Quien repudie a su mujer y se case con otra, comete adulterio contra aquélla; 12 y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio.”

 

 

COMENTARIO

 

Como era lógico para aquellos que formaban parte del pueblo judío, lo que era su costumbre a la hora de tener en cuenta su vida les hacía imposible creer que otra forma de hacer las cosas fuera posible.

 

El Hijo de Dios, sin embargo, tenía algo que decir que era muy importante: aquello que ellos creían, ahora al respecto del matrimonio, no era la voluntad de Dios pero el Todopoderoso, viendo que ellos, sus padres y antepasados, permitió ciertas actuaciones.

 

La verdad es que las palabras de Jesucristo pueden parecer muy duras pero la verdad es que son la Voluntad de Dios y sólo por eso deben ser respetadas y cumplidas.

 

 

 

JESÚS,  gracias por decir las cosas como son aunque puedan doler.

 

Eleuterio Fernández Guzmán