7 de agosto de 2021
El grano de mostaza y la fe
6 de agosto de 2021
Ver y no saber
Pedro dijo a Jesús: 'Maestro, ¡qué bien estamos aquí! Hagamos tres carpas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías'. Pedro no sabía qué decir, porque estaban llenos de temor.
Entonces una nube los cubrió con su sombra, y salió de ella una voz: 'Este es mi Hijo muy querido, escúchenlo'.
De pronto miraron a su alrededor y no vieron a nadie, sino a Jesús solo con ellos.
Mientras bajaban del monte, Jesús les prohibió contar lo que habían visto, hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos. Ellos cumplieron esta orden, pero se preguntaban qué significaría 'resucitar de entre los muertos.'"
5 de agosto de 2021
La perseverancia de la fe
Mt 15, 21-28
3 de agosto de 2021
Quedar sanados
Mt 14, 22-36
2 de agosto de 2021
Confiar siempre en Cristo
Mt 14, 13-21
“13 Al oírlo Jesús, se retiró de allí
en una barca, aparte, a un lugar solitario. En cuanto lo supieron las gentes,
salieron tras él viniendo a pie de las ciudades.
14 Al desembarcar, vio mucha gente, sintió compasión de ellos y curó a sus enfermos.
15 Al atardecer se le acercaron los
discípulos diciendo: ‘El lugar está
deshabitado, y la hora es ya pasada.
Despide, pues, a la gente, para que vayan a los pueblos y se compren comida.’
16 Mas Jesús les dijo: ‘No tienen por qué marcharse; dadles vosotros de comer.’
17 Dícenle ellos: ‘No tenemos aquí más que cinco panes y dos peces.’ 18 Él
dijo: ‘Traédmelos acá.’ 19 Y ordenó a la gente reclinarse sobre la hierba; tomó
luego los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo,
pronunció la bendición y, partiendo los panes, se los dio a los discípulos y
los discípulos a la gente. 20 Comieron todos y se saciaron, y recogieron de los
trozos sobrantes doce canastos llenos. 21 Y los que habían comido eran unos
5.000 hombres, sin contar mujeres y niños.”
COMENTARIO
Podemos imaginar que cuando Jesús se
entera de la muerte de su primo Juan, El Bautista, sabe que había llegado un
momento muy importante para Él. Se va a lugar desierto para orar y dirigirse a
su Padre. Pero muchos se dan cuenta y le siguen.
Es bien cierto que le seguían miles y
miles de personas. Nos dice San Matero que eran más de 5000 los que allí se
encontraban. Ciertamente, un número tan importante de personas necesitan mucho
para alimentarse.
Jesús prueba a sus Apóstoles. Ellos no
atinan con la solución a lo que se les había planteado. Piensan como hombres y
no lo hacen de forma espiritual. Jesús, en cambio, se dirige a Dios porque sabe
que su prójimo está necesitado. Y todos se sacian de comida cumpliendo, así, su
misión.
JESÚS, ayúdanos a
confiar siempre en tus fuerzas.
Eleuterio Fernández Guzmán