Mt 9, 27-31
3 de diciembre de 2021
Cuando se tiene fe
2 de diciembre de 2021
Cumplir con la voluntad de Dios
Mt 7,21.24-27
“En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: ‘No todo el que me diga: ‘Señor,
Señor’, entrará en el Reino de los cielos, sino el que haga la voluntad de mi
Padre celestial. Así pues, todo el que oiga estas palabras mías y las ponga en
práctica, será como el hombre prudente que edificó su casa sobre roca: cayó la
lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, y embistieron contra
aquella casa; pero ella no cayó, porque estaba cimentada sobre roca. Y todo el
que oiga estas palabras mías y no las ponga en práctica, será como el hombre
insensato que edificó su casa sobre arena: cayó la lluvia, vinieron los
torrentes, soplaron los vientos, irrumpieron contra aquella casa y cayó, y fue
grande su ruina’”.
COMENTARIO
Es bien cierto que tanto en tiempos de
Jesucristo como ahora mismo, aquellos que le seguían, sus discípulos, podían
tener por buenas sus oraciones y sus invocaciones a Dios Padre. Sin embargo,
como bien dice el Hijo de Dios eso no es suficiente pues hay que cumplir la
voluntad del Todopoderoso.
Jesús abunda en ejemplos para que eso se
entienda. Está la actitud de quien cree que hace las cosas bien y construye su
espíritu sobre material poco resistente, con oraciones que creen llegar a Dios
pero que, por ejemplo, están faltas de verdadera caridad. Tales personas no
triunfarán en cuanto a su relación con Dios.
Hay, sin embargo, otra forma de actuar:
hacer las cosas de acuerdo a la voluntad de Dios y construir nuestra vida sobre
la Roca que es Cristo. Así añadiremos, al Señor, Señor, el cumplimiento de la
voluntad del Creador.
JESÚS, ayúdanos a
construir sobre Ti.
Eleuterio Fernández Guzmán
1 de diciembre de 2021
Con el poder de Dios
Mt 15, 29-37
30 de noviembre de 2021
Y le siguieron
Mt 4, 18-22
29 de noviembre de 2021
Tener fe
Mt 8, 5-11
Al
entrar Jesús en Cafarnaúm, se le acercó un centurión, rogándole: “Señor, mi
sirviente está en casa enfermo de parálisis y sufre terriblemente”. Jesús le
dijo: “Yo mismo iré a sanarlo”.
Pero el centurión respondió: “Señor, no soy digno
de que entres en mi casa; basta que digas una palabra y mi sirviente se sanará.
Porque cuando yo, que no soy más que un oficial subalterno, digo a uno de los
soldados que están a mis órdenes: “Ve”, él va, y a otro: “Ven”, él viene; y
cuando digo a mi sirviente: “Tienes que hacer esto”, él lo hace”.
Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que lo
seguían: “Les aseguro que no he encontrado a nadie en Israel que tenga tanta
fe. Por eso les digo que muchos vendrán de Oriente y de Occidente, y se
sentarán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob, en el Reino de los Cielos”.
COMENTARIO
Con este texto del Evangelio de San Mateo
queda claro que el Hijo de Dios tiene un concepto de la fe que muchas veces
difiere del nuestro. Y es que sabía que no sólo los miembros del pueblo elegido
por Dios, el judío, eran capaces de alcanzar el corazón de Dios.
Aquel soldado romano había llegado a entender
la fe del pueblo que, se suponía, estaba dominando. Y en otro sitio se nos dice
que le dicen a Cristo otros judíos que favorecieran al soldado porque en muchas
cosas los había ayudado.
El Hijo de Dios, sin embargo, no procede como
procede por las palabras de aquellos judíos que sí le hablaban sino por lo que
manifiesta con las suyas el centurión. Y es que en ellas vio Cristo el ejemplo
de quien confía y cree en el Enviado de Dios. Y por eso, sobre todo por eso,
cura a su sirviente.
JESÚS, gracias por ser verdaderamente misericordioso.
Eleuterio Fernández Guzmán
28 de noviembre de 2021
Lo que ha de suceder… sucederá
“25 ‘Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y de las olas, 26 muriéndose los hombres de terror y de ansiedad por las cosas que vendrán sobre el mundo; porque las fuerzas de los cielos serán sacudidas. 27 Y entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube con gran poder y gloria. 28 Cuando empiecen a suceder estas cosas, cobrar ánimo y levantad la cabeza porque se acerca vuestra liberación.”