30 de agosto de 2014

Talentos; los talentos


Mt 25,14-30

“En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: ‘Un hombre, al ausentarse, llamó a sus siervos y les encomendó su hacienda: a uno dio cinco talentos, a otro dos y a otro uno, a cada cual según su capacidad; y se ausentó. Enseguida, el que había recibido cinco talentos se puso a negociar con ellos y ganó otros cinco. Igualmente el que había recibido dos ganó otros dos. En cambio, el que había recibido uno se fue, cavó un hoyo en tierra y escondió el dinero de su señor. 

‘Al cabo de mucho tiempo, vuelve el señor de aquellos siervos y ajusta cuentas con ellos. Llegándose el que había recibido cinco talentos, presentó otros cinco, diciendo: ‘Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes otros cinco que he ganado’. Su señor le dijo: ‘¡Bien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor’. Llegándose también el de los dos talentos dijo: ‘Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes otros dos que he ganado’. Su señor le dijo: ‘¡Bien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor’. 

‘Llegándose también el que había recibido un talento dijo: ‘Señor, sé que eres un hombre duro, que cosechas donde no sembraste y recoges donde no esparciste. Por eso me dio miedo, y fui y escondí en tierra tu talento. Mira, aquí tienes lo que es tuyo’. Mas su señor le respondió: ‘Siervo malo y perezoso, sabías que yo cosecho donde no sembré y recojo donde no esparcí; debías, pues, haber entregado mi dinero a los banqueros, y así, al volver yo, habría cobrado lo mío con los intereses. Quitadle, por tanto, su talento y dádselo al que tiene los diez talentos. Porque a todo el que tiene, se le dará y le sobrará; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. Y a ese siervo inútil, echadle a las tinieblas de fuera. Allí será el llanto y el rechinar de dientes’’”.



COMENTARIO

Dios nos da talentos

Esta parábola nos enseña que el Creador, a unos más y a otros menos; a unos algunos y a otros, otros, nos entrega talentos para que los hagamos rendir.

Hace rendir los talentos

Hay creyentes que no quieren hacer de sus talentos algo particular y para sí mismos. Así, los hacen rendir para los demás porque han entendido la voluntad de Dios y la llevan a la práctica.

Ocultar los talentos

Hay, sin embargo, creyentes que parece no entender aquello que Dios les quiere decir cuando les entrega unos talentos. Los esconden como si sólo fueran para ellos. Y para tales personas, que no han sabido compartir aquello que Dios les ha entregado no habrá un juicio favorable.


JESÚS, ayúdanos a compartir aquello que tu Padre nos ha entregado cuando nos ha creado; ayúdanos a no ser egoístas con nuestros talentos.

Eleuterio Fernández Guzmán


29 de agosto de 2014

La fe del Bautista



Mc 6,17-29

“En aquel tiempo, Herodes había enviado a prender a Juan y le había encadenado en la cárcel por causa de Herodías, la mujer de su hermano Filipo, con quien Herodes se había casado. Porque Juan decía a Herodes: ‘No te está permitido tener la mujer de tu hermano». Herodías le aborrecía y quería matarle, pero no podía, pues Herodes temía a Juan, sabiendo que era hombre justo y santo, y le protegía; y al oírle, quedaba muy perplejo, y le escuchaba con gusto. 

Y llegó el día oportuno, cuando Herodes, en su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a los tribunos y a los principales de Galilea. Entró la hija de la misma Herodías, danzó, y gustó mucho a Herodes y a los comensales. El rey, entonces, dijo a la muchacha: ‘Pídeme lo que quieras y te lo daré’. Y le juró: ‘Te daré lo que me pidas, hasta la mitad de mi reino’. Salió la muchacha y preguntó a su madre: ‘¿Qué voy a pedir?’. Y ella le dijo: ‘La cabeza de Juan el Bautista’. Entrando al punto apresuradamente adonde estaba el rey, le pidió: ‘Quiero que ahora mismo me des, en una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista’. El rey se llenó de tristeza, pero no quiso desairarla a causa del juramento y de los comensales. Y al instante mandó el rey a uno de su guardia, con orden de traerle la cabeza de Juan. Se fue y le decapitó en la cárcel y trajo su cabeza en una bandeja, y se la dio a la muchacha, y la muchacha se la dio a su madre. Al enterarse sus discípulos, vinieron a recoger el cadáver y le dieron sepultura’”.


COMENTARIO

Aquel hombre, Juan, había venido al mundo porque Dios le había encargado una misión que cumplir. Su fe, por eso mismo, era grande y sabía que no valían medias tintas con el Creador. Por eso hizo lo que tenía que hacer y echó en cara a Herodes su matrimonio con quien no debía haberse casado.

El odio siembra malas semillas en el corazón del hombre. Por eso la mujer de Herodes quería ver muerto a quien tanto “daño” le estaba haciendo a su plácida vida en palacio. Y urde, urde, lo peor para el primo de Jesús.

Herodes, empero, era un cobarde. De no haber prevalecido en él el respeto humano no habría cumplido la promesa que hizo a la discípula del Mal. Sin embargo, pudo más el qué dirán antes que la verdad, antes, incluso, que su propio pensamiento acerca de aquel profeta llamado Juan.  




JESÚS, tu primo Juan supo cumplir con la misión que le había puesto Dios. Ayúdanos a tener tanta fe como él tuvo.

Eleuterio Fernández Guzmán


28 de agosto de 2014

Estar preparados


Jueves XXI del tiempo ordinario
Mt 24,42-51

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: ‘Velad, pues, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora de la noche iba a venir el ladrón, estaría en vela y no permitiría que le horadasen su casa. Por eso, también vosotros estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre. ¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, a quien el señor puso al frente de su servidumbre para darles la comida a su tiempo? Dichoso aquel siervo a quien su señor, al llegar, encuentre haciéndolo así. Yo os aseguro que le pondrá al frente de toda su hacienda. Pero si el mal siervo aquel se dice en su corazón: ‘Mi señor tarda’, y se pone a golpear a sus compañeros y come y bebe con los borrachos, vendrá el señor de aquel siervo el día que no espera y en el momento que no sabe, le separará y le señalará su suerte entre los hipócritas; allí será el llanto y el rechinar de dientes’”».


COMENTARIO

El ser humano, digamos, ordinario, que tiene fe y cree en Dios todopoderoso, no sabe cuando va a ser llamado por el Padre a su presencia. No lo sabe pero, a la vez, parece no darse cuenta de que eso ha de pasar.

Jesús nos avisa de algo muy importante: vamos a ser llamados por Dios y no sabemos cuándo va a ser eso. Por eso explica, a los que quieran escuchar, que seremos llamados cuando menos lo esperemos y que debemos estar preparados.

Sin embargo, podemos optar por una actitud nada de acuerdo a la voluntad de Dios. Si miramos para otro lado como si eso nunca fuera a suceder o, pretextando que no sabemos cuándo va a ser eso, no haremos lo que tenemos que hacer y, seguramente, eso será nuestra perdición eterna.


JESÚS, nos pones sobre la pista de qué debemos hacer de cara a la llamada al tribunal de Dios. Ayúdanos a estar preparados, ¡ayúdanos!

Eleuterio Fernández Guzmán


27 de agosto de 2014

¡Cuidado con la hipocresía!



Miércoles XXI del tiempo ordinario
Mt 23,27-32

En aquel tiempo, Jesús dijo: ‘¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, pues sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera parecen bonitos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia! Así también vosotros, por fuera aparecéis justos ante los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía y de iniquidad. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, porque edificáis los sepulcros de los profetas y adornáis los monumentos de los justos, y decís: ‘Si nosotros hubiéramos vivido en el tiempo de nuestros padres, no habríamos tenido parte con ellos en la sangre de los profetas!’. Con lo cual atestiguáis contra vosotros mismos que sois hijos de los que mataron a los profetas. ¡Colmad también vosotros la medida de vuestros padres!’”.

COMENTARIO

Jesús sabe que es crucial para el ser humano que su vida de fe sea como tiene que ser. A Dios no se le puede engañar y, por eso mismo, hacer como si eso fuera posible no es cosa recomendable.

El Hijo de Dios llama la atención a los que, teniendo que ser verdaderos maestros son como no tienen que ser: falsean su manifestación con el prójimo como si el Creador no conociera su corazón aunque es más que cierto que, como Cristo sabe, el Todopoderoso lo conoce todo.

Jesús profetiza acerca de su propia vida. Profeta de Dios, sabe que su final en la vida terrena estará a mano, precisamente, de aquellos cuyos padres ya mataron a otros profetas. Conoce Jesús que aquellos que actúan como no deben harán lo propio con respecto a Él mismo.




JESÚS, debes corregir a los que no son como tienen que ser y mienten acerca de su fe. Ayúdanos a no ser como aquellos hipócritas.

Eleuterio Fernández Guzmán


26 de agosto de 2014

No confundir la Ley de Dios


Martes XXI del tiempo ordinario

Mt 23,23-26


En aquel tiempo, Jesús dijo: ‘¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que pagáis el diezmo de la menta, del aneto y del comino, y descuidáis lo más importante de la Ley: la justicia, la misericordia y la fe! Esto es lo que había que practicar, aunque sin descuidar aquello. ¡Guías ciegos, que coláis el mosquito y os tragáis el camello! ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que purificáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro están llenos de rapiña y codicia! ¡Fariseo ciego, purifica primero por dentro la copa, para que también por fuera quede pura!’”.

COMENTARIO

Sigue Jesús con aquello que está relacionado con la Ley de Dios y con la comprensión de la misma en la vida ordinaria. Por eso acusa a los que actúan como no deben actuar y en contra de la voluntad verdadera del Creador.

Jesús pone en un nivel superior una serie de valores que los poderosos de su tiempo, que se suponían conocedores de la norma divina, olvidan con facilidad: justicia, misericordia y fe. Por eso dice que es lo que hay que practicar.

Jesús, como en otras ocasiones, manifiesta que lo importante no es lo de fuera del hombre sino lo de dentro que sale del corazón. Por eso lo que importa, según el Hijo de Dios, es tener un corazón puro y no podrido por las mundanidades y las avaricias humanas.

JESÚS, los que creen que conocen la Ley de Dios pero no lo hacen actúan contra la misma con conciencia contraria al Creador. Ayúdanos a no ser de tal tipo de personas.



Eleuterio Fernández Guzmán

25 de agosto de 2014

Lo que, verdaderamente, importa






Lunes XXI del tiempo ordinario
Mt 23,13-22
En aquel tiempo, Jesús dijo: '¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que cerráis a los hombres el Reino de los Cielos! Vosotros ciertamente no entráis; y a los que están entrando no les dejáis entrar. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que recorréis mar y tierra para hacer un prosélito, y, cuando llega a serlo, le hacéis hijo de condenación el doble que vosotros! ¡Ay de vosotros, guías ciegos, que decís: ‘Si uno jura por el Santuario, eso no es nada; mas si jura por el oro del Santuario, queda obligado!’ ¡Insensatos y ciegos! ¿Qué es más importante, el oro, o el Santuario que hace sagrado el oro? Y también: ‘Si uno jura por el altar, eso no es nada; mas si jura por la ofrenda que está sobre él, queda obligado’. ¡Ciegos! ¿Qué es más importante, la ofrenda, o el altar que hace sagrada la ofrenda? Quien jura, pues, por el altar, jura por él y por todo lo que está sobre él. Quien jura por el Santuario, jura por él y por Aquel que lo habita. Y quien jura por el cielo, jura por el trono de Dios y por Aquel que está sentado en él”.


COMENTARIO

Jesús sabe que hay creyentes que se precian de serlo pero que, en realidad, están muy alejados de la Verdad y Dios, para ellos, es Alguien a quien, como mucho, utilizan para sus propios intereses.

Aquellos que tienen lo espiritual por muy importante y, además, son los encargados de transmitir la Palabra de Dios al pueblo elegido, andan, la mayoría de las veces, errados en lo que hacen. Por eso Jesús previene acerca de los que no acaban de entender qué es lo que, verdaderamene, importa.

La Ley de Dios, en el tiempo de Jesús, llegó a tergiversarse mucho. Tal es así que, incluso, se le daba, quien eso hiciera, más importancia a lo material que a lo espiritual. Y Jesús trata de que eso se corrija porque, sin duda alguna, es más importante Dios que, por ejemplo, el dinero.



JESÚS, hay muchos que confunden la fe que tienen con los intereses particulares. Ayúdanos a no ser como ellos.




Eleuterio Fernández Guzmán


24 de agosto de 2014

Saber quién es Cristo



Domingo XXI del tiempo ordinario


Mt 16,13-20

En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús hizo esta pregunta a sus discípulos: '¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?'. Ellos dijeron: 'Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías, otros, que Jeremías o uno de los profetas». Díceles Él: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?'. Simón Pedro contestó: 'Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo'». Replicando Jesús le dijo: 'Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos'. Entonces mandó a sus discípulos que no dijesen a nadie que Él era el Cristo”.




COMENTARIO

Cuando Jesús pregunta a sus más allegados, sus apóstoles, aquello de que quién cree la gente que es Él lo hace, sin duda alguna porque quiere saberlo. Es cierto que ya lo sabe pero espera, seguramente, la respuesta de los que ha elegido.

Sin duda alguna hay mucho despistado entre las gentes de su tiempo. Creen, incluso, que es un antiguo profeta que ha regresado. Pero Pedro, sin embargo, sabe la respuesta y se la dice directamente. Y, aunque está inspirado por el Espíritu Santo, no podemos negar que está en lo cierto.

Jesús sabe que aquel hombre, que luego lo iba a traicionar, era un hombre de fuerte corazón. Por eso lo escoge para ser quien dirija la Iglesia que está a punto de fundar. Y le da las llaves del Reino de Su Reino, en la tierra, con consecuencias para la vida eterna.


JESÚS, los que te siguen muchas veces se equivocan al respecto de quién eres. Ayúdanos a tener siempre, en nuestro corazón, la verdadera respuesta que dio Pedro.




Eleuterio Fernández Guzmán