9 de abril de 2022

Saber pero no querer

Jn 11, 45-47


Al ver lo que hizo Jesús, muchos de los judíos que habían ido a casa de María creyeron en él. Pero otros fueron a ver a los fariseos y les contaron lo que Jesús había hecho.

Los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron un Consejo y dijeron: “¿Qué hacemos? Porque este hombre realiza muchos signos. Si lo dejamos seguir así, todos creerán en él, y los romanos vendrán y destruirán nuestro Lugar santo y nuestra nación”.

Uno de ellos, llamado Caifás, que era Sumo Sacerdote ese año, les dijo: “Ustedes no comprenden nada.¿No les parece preferible que un solo hombre muera por el pueblo y no que perezca la nación entera?”. No dijo eso por sí mismo, sino que profetizó como Sumo Sacerdote que Jesús iba a morir por la nación,y no solamente por la nación, sino también para congregar en la unidad a los hijos de Dios que estaban dispersos.

A partir de ese día, resolvieron que debían matar a Jesús. Por eso él no se mostraba más en público entre los judíos, sino que fue a una región próxima al desierto, a una ciudad llamada Efraím, y allí permaneció con sus discípulos. Como se acercaba la Pascua de los judíos, mucha gente de la región había subido a Jerusalén para purificarse. Buscaban a Jesús y se decían unos a otros en el Templo: “¿Qué les parece, vendrá a la fiesta o no?”.

Los sumos sacerdotes y los fariseos habían dado orden de que si alguno conocía el lugar donde él se encontraba, lo hiciera saber para detenerlo.

COMENTARIO

No podemos negar que aquellos que querían matar al Hijo de Dios sabían más que bien que su forma de hacer y de ser no era la de un hombre normal y corriente sino que allí había más, mucho más. Y por eso quieren acabar con Él.

Caifás sabía muy bien lo que decía. Y es que creía tener la clave para que la muerte de aquel Maestro no supusiera nada malo para sus intereses sino que fuera, justamente, al contrario. Y por eso insisten tanto en buscarlo para ajusticiarlo no siendo, aquí, justicia lo que se pretende…

Es cierto y verdad que la voluntad de querer matar a Jesucristo por parte de los poderosos religiosos era bien conocida por todos. Por eso hay quien se pregunta si, sabiendo eso el Maestro, iba a subir a Jerusalén a celebrar la Pascua. Y vaya si subió...



JESÚS, gracias por mantenerte firme ante tus acusadores y matarifes.



Eleuterio Fernández Guzmán

7 de abril de 2022

No querer conocer a Cristo

Jn 8, 51-59




Jesús dijo a los judíos:


‘Les aseguro que el que es fiel a mi palabra no morirá jamás’.


Los judíos le dijeron: ‘Ahora sí estamos seguros de que estás endemoniado. Abraham murió, los profetas también, y Tú dices: ‘El que es fiel a mi palabra no morirá jamás’. ¿Acaso eres más grande que nuestro padre Abraham, el cual murió? Los profetas también murieron. ¿Quién pretendes ser Tú?’


Jesús respondió: ‘Si Yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada. Es mi Padre el que me glorifica, el mismo al que ustedes llaman ‘nuestro Dios’, y al que, sin embargo, no conocen. Yo lo conozco y si dijera: ‘No lo conozco’, sería, como ustedes, un mentiroso. Pero Yo lo conozco y soy fiel a su palabra. Abraham, el padre de ustedes, se estremeció de gozo, esperando ver mi Día: lo vio y se llenó de alegría’.


Los judíos le dijeron: ‘Todavía no tienes cincuenta años ¿y has visto a Abraham?’


Jesús respondió: ‘Les aseguro que desde antes que naciera Abraham, Yo Soy’.
Entonces tomaron piedras para apedrearlo, pero Jesús se escondió y salió del Templo.”





COMENTARIO



Es cierto y verdad que cuando alguien no quiere aceptar algo hace todo lo posible e imposible para no llevarlo a su corazón como hacían aquellos que odiaban al Hijo de Dios porque no acordaba con muchas de las cosas que ellos hacían.



Sin embargo, Jesucristo no deja pasar ocasión para decir la verdad. Y es que siendo fiel a su Palabra no se muere “para siempre” podemos decir. Y es de suponer que se refería a la vida eterna pues de este mundo se sale para la misma… muriendo físicamente.



La verdad es que aquellas personas eran de dura cerviz. Y lo decimos porque cogieron piedras para apedrearlo pues era la única forma que, al parecer, tenían de dilucidar aquello. En fin...





JESÚS, gracias por mantenerte firme en la Verdad.



Eleuterio Fernández Guzmán

6 de abril de 2022

La verdad es la Verdad

Jn 8, 31-42


“Jesús dijo a aquellos judíos que habían creído en Él: ‘Si ustedes permanecen fieles a mi palabra, serán verdaderamente mis discípulos: conocerán la verdad y la verdad los hará libres”. Ellos le respondieron: “Somos descendientes de Abraham y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo puedes decir entonces: ‘Ustedes serán libres’?’

Jesús les respondió:

‘Les aseguro que todo el que peca es esclavo del pecado. El esclavo no permanece para siempre en la casa; el hijo, en cambio, permanece para siempre. Por eso, si el Hijo los libera, ustedes serán realmente libres.

Yo sé que ustedes son descendientes de Abraham, pero tratan de matarme porque mi palabra no penetra en ustedes. Yo digo lo que he visto junto al Padre, y ustedes hacen lo que han aprendido de su padre’.

Ellos le replicaron: ‘Nuestro padre es Abraham’.

Y Jesús les dijo: ‘Si ustedes fueran hijos de Abraham, obrarían como él.

Pero ahora quieren matarme a mí, al hombre que les dice la verdad que ha oído de Dios.
Abraham no hizo eso. Pero ustedes obran como su padre”.


Ellos le dijeron: “Nosotros no hemos nacido de la prostitución; tenemos un solo Padre, que es Dios’.


Jesús prosiguió:


‘Si Dios fuera su Padre, ustedes me amarían, porque Yo he salido de Dios y vengo de Él. No he venido por mí mismo, sino que Él me envió’”.


COMENTARIO


Por si todavía hay alguien en el mundo que sostenga que el Hijo de Dios no sabía que era el Mesías enviado por el Todopoderoso, es cierto y verdad que lo sabía y bien que lo sabía pues Él lo dice.

Aquellos que no querían para nada a Jesucristo trataban de matarlo. Y dicho así parece, porque lo es, algo aberrante y desproporcionado que hay quien se crea legitimado a aplicar la pena de muerte porque hay quien no esté de acuerdo con lo que espiritualmente hacen…

Muchas veces dice aquí el Hijo de Dios que es, eso, el Enviado del Creador. Y muchas veces, aquellos que lo miraban mal apuntalaron su idea de que aquel hombre era un blasfemo o algo peor...


JESÚS, gracias por mantenerte firme ante tus acusadores.



Eleuterio Fernández Guzmán

5 de abril de 2022

Cristo Es

Jn 8, 21-30



Jesús dijo a los fariseos:

’Yo me voy, y ustedes me buscarán y morirán en su pecado. Adonde Yo voy, ustedes no pueden ir’. Los judíos se preguntaban: ‘¿Pensará matarse para decir: ‘Adonde Yo voy, ustedes no pueden ir’?’ Jesús continuó: ‘Ustedes son de aquí abajo, Yo soy de lo alto. Ustedes son de este mundo, Yo no soy de este mundo. Por eso les he dicho: ‘Ustedes morirán en sus pecados’.
Porque si no creen que Yo Soy, morirán en sus pecados’. Los judíos le preguntaron: ‘¿Quién eres Tú?’ Jesús les respondió: ‘Esto es precisamente lo que les estoy diciendo desde el comienzo. De ustedes, tengo mucho que decir, mucho que juzgar. Pero Aquél que me envió es veraz, y lo que aprendí de Él es lo que digo al mundo’.

Ellos no comprendieron que Jesús se refería al Padre. Después les dijo: ‘Cuando ustedes hayan levantado en alto al Hijo del hombre, entonces sabrán que Yo Soy y que no hago nada por mí mismo, sino que digo lo que el Padre me enseñó. El que me envió está conmigo y no me ha dejado solo, porque Yo hago siempre lo que le agrada’”.

Mientras hablaba así, muchos creyeron en Él.”


COMENTARIO

Podemos imaginar que el Hijo de Dios se las tenía muy duras contra muchos que querían, sencillamente, matarlo como si con eso terminaran sus “problemas”. Y es que tenían a Jesucristo como el enemigo a quien hay que destruir como sea que eso tenga que ser.

El Hijo de Dios no se cansa nunca de decir que es, precisamente, Dios mismo hecho hombre. Por eso dice “Yo soy” que es lo mismo que, en una ocasión dijo Dios a quien le preguntó que por quién hablaba a su pueblo…

Incluso Jesucristo les dice algo más. Les habla de dónde lo van a poner cuando lo maten, en la Cruz, y que la levantarán y, entonces, se darán cuenta de que, en verdad, era el Mesías enviado por Dios aunque, como sabemos, eso a algunos les importaba bien poco...

JESÚS, gracias por decir las cosas como tienen que ser dichas.



Eleuterio Fernández Guzmán

4 de abril de 2022

Saber de dónde viene Cristo

Jn 8, 12-20

 

“Jesús dirigió la palabra a los fariseos, diciendo:
‘Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la Vida’.


Los fariseos le dijeron: ‘Tú das testimonio de ti mismo: tu testimonio no vale’. Jesús les respondió:


‘Aunque Yo doy testimonio de mí, mi testimonio vale porque sé de dónde vine y a dónde voy; pero ustedes no saben de dónde vengo ni a dónde voy.


Ustedes juzgan según la carne; Yo no juzgo a nadie, y si lo hago, mi juicio vale porque no soy Yo solo el que juzga, sino Yo y el Padre que me envió.


En la Ley de ustedes está escrito que el testimonio de dos personas es válido.


Yo doy testimonio de mí mismo, y también el Padre que me envió da testimonio de mí’.


Ellos le preguntaron: ‘¿Dónde está tu Padre?’


Jesús respondió:


‘Ustedes no me conocen ni a mí ni a mi Padre; si me conocieran a mí, conocerían también a mi Padre’.


Él pronunció estas palabras en la sala del Tesoro, cuando enseñaba en el Templo. Y nadie lo detuvo, porque aún no había llegado su hora.

 

 

COMENTARIO

 

Podemos imaginar la situación en la que se encontraban aquellos que no querían para nada al Hijo de Dios y veían como el mismo se oponía a muchas de las cosas que hacían, espiritualmente hablando. Y es que Jesucristo había venido al mundo a que el mundo se salvase y eso suponía que debía hacer mucho para que se salvase y mucho de eso era corregir la mala forma de actuar que muchos tenían por buenas maneras creyentes.

 

En realidad, y como muchas veces dice el Enviado de Dios, no hace las cosas por él mismo sino que las hace porque es la Voluntad de Aquel que le había enviado al mundo. Y es más, que Él y Dios eran uno. Y eso era algo que muchos de los que le escuchaban no podían ni escuchar ni soportar.

 

JESÚS,  gracias por decir las cosas como son.

 

Eleuterio Fernández Guzmán