Mt 25, 3-43.46
“31
‘Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles,
entonces se sentará en su trono de gloria. 32 Serán congregadas delante de él
todas las naciones, y él separará a los unos de los otros, como el pastor
separa las ovejas de los cabritos. 33 Pondrá las ovejas a su derecha, y los
cabritos a su izquierda. 34 Entonces dirá el Rey a los de su derecha: ‘Venid,
benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros
desde la creación del mundo.
35
Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era
forastero, y me acogisteis; 36 estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me
visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a verme.’ 37 Entonces los justos le
responderán: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; o
sediento, y te dimos de beber? 38 ¿Cuándo te vimos forastero, y te acogimos; o
desnudo, y te vestimos? 39 ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a
verte?’ 40 Y el Rey les dirá: ‘En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de
estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis.’ 41 Entonces dirá
también a los de su izquierda: ‘Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno
preparado para el Diablo y sus ángeles. 42 Porque tuve hambre, y no me disteis
de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; 43 era forastero, y no me
acogisteis; estaba desnudo, y no me vestisteis; enfermo y en la cárcel, y no me
visitasteis.’ 46 E irán éstos a un castigo eterno, y los justos a una vida
eterna.’”
COMENTARIO
Lo
que el Hijo de Dios dice en este texto del Evangelio de San Mateo es una
advertencia que no debemos dejar caer en saco roto. Y es que nos pone sobre la
pista acerca de cómo ha de ser nuestro comportamiento en la vida.
Los
hay que actúan como quiere Dios que actúen. Son aquellas personas que tienen en
cuenta a su prójimo y, en cuanto el mismo se ve necesitado de auxilio, acuden
en tal sentido. Y tales personas irán a la vida eterna.
Pero
los hay que, al contrario que los primeros, hacen caso omiso a su obligación de
tener en cuenta las necesidades de su prójimo. Y tales personas, que no echan
una mano cuando la misma es necesaria, no van a ser muy bien considerados por
Dios.
JESÚS, ayúdanos
a ser de los que ayudan.
Eleuterio Fernández Guzmán