14 de enero de 2023

¿Cómo está nuestra salud espiritual?

Mc 2, 13-14


"Jesús salió nuevamente a la orilla del mar; toda la gente acudía a Él, y Él les enseñaba. Al pasar vio a Leví, hijo de Alfeo, sentado a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: 'Sígueme'. Él se levantó y lo siguió.

Mientras Jesús estaba comiendo en su casa, muchos publicanos y pecadores se sentaron a comer con Él y sus discípulos; porque eran muchos los que lo seguían. Los escribas del grupo de los fariseos, al ver que comía con pecadores y publicanos, decían a los discípulos: '¿Por qué come con publicanos y pecadores?'

Jesús, que había oído, les dijo: 'No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos. Yo no he venido a llamar a justos, sino a pecadores'”.


COMENTARIO 

No podemos negar que este texto del Evangelio de San Mateo nos impele a preguntarnos acerca de si nuestra salud espiritual esta en condiciones o no lo está. Y es que el Hijo de Dios había sido enviado al mundo a salvar al mundo y en eso estaba.

Ciertamente, cuando Jesucristo fue llamando a los que iban a ser sus Apóstoles es cierto que debieron ver algo en su persona, en su voz que les hizo dejarlo todo. Y eso pasó, nada más y nada menos, que a un publicano, Leví. Y muchos se preguntaron que era algo extraño que estuviera con pecadores... y publicanos.

El caso es que el Hijo de Dios, como médico del alma que es, sólo podía salvar a los que estaban espiritualmente enfermos. Y eso es lo que hizo con muchos pero también es cierto que hubo quien no supo entender eso. 

JESÚS,  gracias por salvar a quien necesitaba salvación. 

Eleuterio Fernández Guzmán

13 de enero de 2023

Algunos no acababan de entender

Mc 2, 1-12


"Jesús volvió a Cafarnaúm y se difundió la noticia de que estaba en la casa. Se reunió tanta gente, que no había más lugar ni siquiera delante de la puerta, y Él les anunciaba la Palabra.

Le trajeron entonces a un paralítico, llevándolo entre cuatro hombres. Y como no podían acercarlo a Él, a causa de la multitud, levantaron el techo sobre el lugar donde Jesús estaba, y haciendo un agujero descolgaron la camilla con el paralítico. Al ver la fe de esos hombres, Jesús dijo al paralítico: 'Hijo, tus pecados te son perdonados'.

Unos escribas que estaban sentados allí pensaban en su interior: '¿Qué está diciendo este hombre? ¡Está blasfemando! ¿Quién puede perdonar los pecados, sino sólo Dios?'

Jesús, advirtiendo en seguida que pensaban así, les dijo: '¿Qué están pensando? ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: 'Tus pecados te son perdonados', o 'Levántate, toma tu camilla y camina'? Para que ustedes sepan que el Hijo del hombre tiene sobre la tierra el poder de perdonar los pecados, dijo al paralítico: Yo te lo mando, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa'.

Él se levantó en seguida, tomó su camilla y salió a la vista de todos. La gente quedó asombrada y glorificaba a Dios, diciendo: “Nunca hemos visto nada igual'”. 


COMENTARIO

No podemos negar que cuando el empecinamiento malo se apodera de las mentes y los corazones de las personas resulta difícil que las mismas atiendan a razones o, al menos, a lo que puede verse. Y eso es lo que aquí pasa.

La confianza de los amigos en que el paralítico podía ser curado por el Hijo de Dios hace que, en efecto, Jesucristo lo cure como, de todas formas, era posible esperar. 

Sin embargo, allí hay personas que no aceptan lo que hace. Se basan en estas o aquellas razones pero, en el fondo, lo que no quieren reconocer es que Jesucristo es el "Hijo del hombre" o, vamos, el Mesías. Y eso es lo que les pierde.

JESÚS, gracias por ser Bueno y Misericordioso a pesar de algunos...

Eleuterio Fernández Guzmán

12 de enero de 2023

No pudo callar su gracia

Mc 1, 40-45


"Se acercó a Jesús un leproso para pedirle ayuda y, cayendo de rodillas, le dijo: 'Si quieres, puedes purificarme'. Jesús, conmovido, extendió la mano y lo tocó, diciendo: 'Lo quiero, queda purificado'. En seguida la lepra desapareció y quedó purificado.

Jesús lo despidió, advirtiéndole severamente: 'No le digas nada a nadie, pero ve a presentarte al sacerdote y entrega por tu purificación la ofrenda que ordenó Moisés, para que les sirva de testimonio'.

Sin embargo, apenas se fue, empezó a proclamarlo a todo el mundo, divulgando lo sucedido, de tal manera que Jesús ya no podía entrar públicamente en ninguna ciudad, sino que debía quedarse afuera, en lugares desiertos. Y acudían a Él de todas partes."

COMENTARIO

No es este el único caso en el que el Hijo de Dios actúa de la forma que se espera de quien quiere salvar a quien lo necesita. Y es que siempre, cuando eso pasa, concurre algo que es fundamental en el caso: hay confianza de parte de la persona enferma. Confianza en Jesucristo.

Aquel leproso confiaba en que sólo el Maestro de Nazaret podía curarlo. Y es que la lepra, entonces y ahora, no era una enfermedad precisamente fácil. Y eso es lo que pasó: curo porque quiso, porque podía... y lo hizo. Y, claro, por mucho que Jesucristo no quisiera que eso se supiera no iba a ser fácil que el leproso callase su gracia... Y, en efecto, no calló nada de nada lo que le había sucedido. 

No debemos extrañarnos que, en cuanto se difundió aquello, no pudiera entrar en ninguna ciudad adelantando, por decirlo así, que iba a entrar. Y, sin embargo, a pesar de estar en lugares despoblados habían quien lo buscada y a Él acudía. Por algo sería...

JESÚS, gracias por hacer lo que siempre decías que habías venido a hacer. 

Eleuterio Fernández Guzmán

11 de enero de 2023

Para eso había salido

Mc 1, 29-39


"Jesús fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron de inmediato. Él se acercó, la tomó de la mano y la hizo levantar. Entonces ella no tuvo más fiebre y se puso a servirlos.

Al atardecer, después de ponerse el sol, le llevaron a todos los enfermos y endemoniados, y la ciudad entera se reunió delante de la puerta. Jesús sanó a muchos enfermos, que sufrían de diversos males, y expulsó a muchos demonios; pero a éstos no los dejaba hablar, porque sabían quién era Él.

Por la mañana, antes que amaneciera, Jesús se levantó, salió y fue a un lugar desierto; allí estuvo orando. Simón salió a buscarlo con sus compañeros, y cuando lo encontraron, le dijeron: 'Todos te andan buscando'.

Él les respondió: 'Vayamos a otra parte, a predicar también en las poblaciones vecinas, porque para eso he salido'.

Y fue por toda la Galilea, predicando en las sinagogas de ellos y expulsando demonios."

COMENTARIO

Lo que dice el Hijo de Dios en este Evangelio de San Marcos es algo que debemos tener en cuenta. Y es que era perfectamente consciente de la misión que tenía encomendada o, en fin, que sabía perfectamente de dónde había venido y Quién lo había enviado. 

En este corto texto vemos que Jesucristo cura a quien lo necesita y que no hay nada, ni sábado de por medio ni cosa similar, que pueda impedir que haga algo que es para lo que "ha salido". 

Como decimos arriba, el Hijo de Dios había sido enviado por el Todopoderoso para que el mundo se salvase. Pero, para eso debía predicar acerca de la Buena Noticia y de la llegada del Reino de Dios al mundo. Y eso es lo que hizo. 



JESÚS, gracias por haber cumplido con la misión que te encomendó tu Padre. 

Eleuterio Fernández Guzmán

10 de enero de 2023

Hasta los malos espíritus le obedecían

Mt 1, 21b-28


"Jesús entró a Cafarnaún, y cuando llegó el sábado, Jesús fue a la sinagoga y comenzó a enseñar. Todos estaban asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas. 

Y había en la sinagoga un hombre poseído de un espíritu impuro, que comenzó a gritar: 

'¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido para acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de Dios'. 

Pero Jesús lo increpó, diciendo: 'Cállate y sal de este hombre'. El espíritu impuro lo sacudió violentamente y, dando un gran alarido, salió de ese hombre. 

Todos quedaron asombrados y se preguntaban unos a otros: '¿Qué es esto? ¡Enseña de una manera nueva, llena de autoridad; da órdenes a los espíritus impuros, y estos le obedecen!'.
 
Y su fama se extendió rápidamente por todas partes, en toda la región de Galilea."


COMENTARIO 

Ya nos dice el texto bíblico que muchos de los que escuchaban al Hijo de Dios entendían a la perfección que su forma de enseñar no era la habitual o, por decirlo pronto, la de aquellos que se consideraban sabios. No. Jesucristo enseñaba con autoridad.

El caso es que habiendo allí un hombre endemoniado no iba Cristo a desaprovechar la ocasión. Y, como era de esperar, hace que el demonio, que lo reconoce a la perfección, salga del hombre poseído. 

No debe extrañarnos, por tanto, que los que allí estaban entendiesen que aquella forma de hacer las cosas no era la misma que habían visto antes. Y, claro, nada distinto verían después de parte del Hijo de Dios. 



JESÚS, gracias por ser Misericordioso y Bueno. 

Eleuterio Fernández Guzmán

9 de enero de 2023

Escuchar a Cristo y seguirlo


Mc 1, 14-20

 

“14 Después que Juan fue entregado, marchó Jesús a Galilea; y proclamaba la Buena Nueva de Dios: 15 ‘El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertíos y creed en la Buena Nueva’. 16 Bordeando el mar de Galilea, vio a Simón y Andrés, el hermano de Simón, largando las redes en el mar, pues eran pescadores. 17 Jesús les dijo: ‘Venid conmigo, y os haré llegar a ser pescadores de hombres’. 18 Al instante, dejando las redes, le siguieron. 19 Caminando un poco más adelante, vio a Santiago, el de Zebedeo, y a su hermano Juan; estaban también en la barca arreglando las redes; 20 y al instante los llamó. Y ellos, dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, se fueron tras él.”

 

 

COMENTARIO

 

Era evidente que Jesucristo sabía que era Dios hecho hombre y que llegaría un momento en el que debía cumplir la misión para la que había sido enviado a la Tierra. Por eso, el encarcelamiento de su primo Juan, el Precursor, debía ser la señal a partir de la cual empezar su tiempo de predicación.  Y lo hacía anunciando la Buena Nueva según la cual el Reino de Dios había llegado al mundo y, lo que es mejor, que la vida eterna ahora era posible alcanzarla. Y fue buscando a los que serían sus discípulos más cercanos, los Apóstoles. Y ellos, que debían ver algo en la mirada y en las palabras de aquel hombre que los llamaba, no dudan en dejar todo lo que tienen entren las manos y se van con Él.

 

 

JESÚS,  gracias por haber escogido de aquella forma a los Apóstoles.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

8 de enero de 2023

Y se bautizó Cristo

Mt 3, 13-17


“13 Entonces aparece Jesús, que viene de Galilea al Jordán donde Juan, Para ser bautizado por él. 14 Pero Juan trataba de impedírselo diciendo: ‘Soy yo el que necesita ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?’ 15 Jesús le respondió: ‘Déjame ahora, pues conviene que así cumplamos toda justicia.’ Entonces le dejó. 16 Bautizado Jesús, salió luego del agua; y en esto se abrieron los cielos y vio al Espíritu de Dios que bajaba en forma de paloma y venía sobre él. 17 Y una voz que salía de los cielos decía: ‘Este es mi Hijo amado, en quien me complazco.’”

COMENTARIO 

Puede resultar paradójico que el Hijo de Dios quisiera para ser bautizado. Y así porque el bautizo de Juan era de conversión y de perdón de los pecados y, como es bien sabido, Jesucristo no necesitaba conversión alguna ni en sí había y cabía pecado. 

De todas formas, lo hace el Hijo de Dios para que los demás vieran cuál era el camino hacia el definitivo Reino de Dios llamado Cielo. Y por eso se pone en la cola aquella que acudía a ser bautizado por Juan. Y es que todo debía cumplirse... como bien le dice Jesús a Juan. 

Lo que sucede luego es la confirmación de la Verdad: el Espíritu Santo se posa sobre Jesús y la voz de Dios lo certifica todo: se complace en Aquel que había enviado. 

JESÚS, gracias por haber cumplido con tu misión. 

Eleuterio Fernández Guzmán