30 de enero de 2021

No tener miedo con Cristo

 Mc 4, 35-41



"Este día, al atardecer, les dice: 'Pasemos a la otra orilla.' Despiden a la gente y le llevan en la barca, como estaba; e iban otras barcas con él. En esto, se levantó una fuerte borrasca y las olas irrumpían en la barca, de suerte que ya se anegaba la barca. Él estaba en popa, durmiendo sobre un cabezal. Le despiertan y le dicen: 'Maestro, ¿no te importa que perezcamos?'» Él, habiéndose despertado, increpó al viento y dijo al mar: '¡Calla, enmudece!' El viento se calmó y sobrevino una gran bonanza. Y les dijo: '¿Por qué estáis con tanto miedo? ¿Cómo no tenéis fe?' Ellos se llenaron de gran temor y se decían unos a otros: 'Pues ¿quién es éste que hasta el viento y el mar le obedecen?''"



COMENTARIO



Es cierto y verdad que el episodio que nos trae hoy el texto bíblico nos viene la mar de bien para pensar acerca de cómo somos al respecto de nuestra fe y, en fin, si de verdad la tenemos.


En principio, no es nada extraño que alguien, cuando se encuentra en una situación como la que han de pasar aquellos que están en la barca, tenga miedo y piense que se va a ahogar. Y eso es lo que les pasa a los Apóstoles.


Al parecer, aún no acababan de comprender que, quien estaba con ellos, era el Hijo de Dios y Mesías. Por eso los llama hombres de poca fe pues, de haberla tenido nada de eso hubiera pasado.




JESÚS, gracias por dar confianza.


Eleuterio Fernández Guzmán

29 de enero de 2021

Nos lo explica todo



Mc 14, 26-34


"También decía: 'El Reino de Dios es como un hombre que echa el grano en la tierra; duerma o se levante, de noche o de día, el grano brota y crece, sin que él sepa cómo. La tierra da el fruto por sí misma; primero hierba, luego espiga, después trigo abundante en la espiga. Y cuando el fruto lo admite, en seguida se le mete la hoz, porque ha llegado la siega.'
Decía también: '¿Con qué compararemos el Reino de Dios o con qué parábola lo expondremos? Es como un grano de mostaza que, cuando se siembra en la tierra, es más pequeña que cualquier semilla que se siembra en la tierra; pero una vez sembrada, crece y se hace mayor que todas las hortalizas y echa ramas tan grandes que las aves del cielo anidan a su sombra.' Y les anunciaba la palabra con muchas parábolas como éstas, según podían entenderle; no les hablaba sin parábolas; pero a sus propios discípulos se lo explicaba todo en privado."



COMENTARIO



Diera la impresión de que el Hijo de Dios no quiere que todo ser humano comprenda a qué se refiere cuando habla en parábolas. Sin embargo, se trata de que lo comprendan aquellos que, de verdad, son sus discípulos. Y de eso se trata.


Sabemos que Jesucristo siempre habla de forma que podamos entenderlo pues en muchas ocasiones las cosas del alma y del Cielo son difíciles de entender y de asimilar. Por eso habla como habla, por ejemplo, de la espiga que, poco a poco, va creciendo como crece nuestra fe en el corazón.


Y, es más. Es cierto y verdad que la fe va creciendo poco a poco en nuestro corazón donde debe haber arraigado para fundamentar una vida que se construye sobre la Roca que es Cristo.




JESÚS, gracias por explicarnos así las cosas del espíritu.



Eleuterio Fernández Guzmán

28 de enero de 2021

No esconder la luz

Mc 4, 21-25




“ 21 Les decía también: ‘¿Acaso se trae la lámpara para ponerla debajo del celemín o debajo del lecho?¿No es para ponerla sobre el candelero? 22 Pues nada hay oculto si no es para que sea manifestado; nada ha sucedido en secreto, sino para que venga a ser descubierto. 23 Quien tanga oídos para oír, que oiga.’ 24 Les decía también: ‘Atended a lo que escucháis. Con la medida con que midáis, se os medirá y aún con creces¡. 25 Porque al que tiene se le dará, y al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará.’”



COMENTARIO



El texto bíblico de hoy tiene muchas resonancias en nuestra propia vida aunque haya hecho mucho tiempo que fue escrito. Y es que la inspiración el Espíritu Santo dura para siempre. Por eso sabemos que, como nos dice el Hijo de Dios, no debemos esconder la Luz de la Palabra del Todopoderoso porque ha de ser vista, conocida y amada por todo aquel que pueda verla, conocerla y amarla.


Debemos saber también que Dios todo lo sabe. Por eso nos dice Jesucristo que todo lo que podamos hacer en secreto será conocido y lo dice para que no actuemos en contra de la Voluntad de Dios.


Y, para finalizar, lo que es más que importante: seremos medidos por Dios según nosotros hayamos medido a los demás y, también, hay quien cree que tiene fe cuando, en realidad, es poca o ninguna. Pues a tal persona se le ha de quitar la que tiene y sólo a quien de verdad la tenga, se le dará. Así de sencillo.



JESÚS, gracias por ser tan claro con nosotros.



Eleuterio Fernández Guzmán

27 de enero de 2021

Sembrar y recoger

Mc 4, 1-10.14-20


"Y otra vez se puso a enseñar a orillas del mar. Y se reunió tanta gente junto a él que hubo de subir a una barca y, ya en el mar, se sentó; toda la gente estaba en tierra a la orilla del mar. Les enseñaba muchas cosas por medio de parábolas. Les decía en su instrucción:

'Escuchad. Una vez salió un sembrador a sembrar. Y sucedió que, al sembrar, una parte cayó a lo largo del camino; vinieron las aves y se la comieron. Otra parte cayó en terreno pedregoso, donde no tenía mucha tierra, y brotó en seguida por no tener hondura de tierra; pero cuando salió el sol se agostó y, por no tener raíz, se secó. Otra parte cayó entre abrojos; crecieron los abrojos y la ahogaron, y no dio fruto. Otras partes cayeron en tierra buena y, creciendo y desarrollándose, dieron fruto; unas produjeron treinta, otras sesenta, otras ciento.'» Y decía: 'Quien tenga oídos para oír, que oiga.'

Cuando quedó a solas, los que le seguían a una con los Doce le preguntaban sobre las parábolas. Él les dijo: 'A vosotros se os ha dado el misterio del Reino de Dios, pero a los que están fuera todo se les presenta en parábolas, para que por mucho que miren no vean, por mucho que oigan no entiendan, no sea que se conviertan y se les perdone.'

Y les dice: '¿No entendéis esta parábola? ¿Cómo, entonces, comprenderéis todas las parábolas? El sembrador siembra la palabra. Los que están a lo largo del camino donde se siembra la palabra son aquellos que, en cuanto la oyen, viene Satanás y se lleva la palabra sembrada en ellos. De igual modo, los sembrados en terreno pedregoso son los que, al oír la palabra, al punto la reciben con alegría, pero no tienen raíz en sí mismos, sino que son inconstantes; y en cuanto se presenta una tribulación o persecución por causa de la palabra, sucumben en seguida. Y otros son los sembrados entre los abrojos; son los que han oído la palabra, pero las preocupaciones del mundo, la seducción de las riquezas y las demás concupiscencias les invaden y ahogan la palabra, y queda sin fruto. Y los sembrados en tierra buena son aquellos que oyen la palabra, la acogen y dan fruto, unos treinta, otros sesenta, otros ciento.''"






COMENTARIO



La llamada Parábola del sembrador que bien podemos hacer palabra mayúscula, Sembrador, por ser Dios a quien se refiere su Hijo, tiene todo que ver con cómo somos cada uno de nosotros pues viene referida a nuestro corazón.


Ellos, los Apóstoles quieren saber porque no acaban de comprender qué quiere decir lo que acaba de predicar el Maestro. Y es que ellos saben que debe ser importante y necesitan comprender. Por eso Jesucristo, ya a solas, les explica mejor.


Nosotros, según podemos entender, podemos recibir la Palabra de Dios según sea nuestro corazón y según esté preparado el mismo. Nos conviene que sea de aquellos que reciben la semilla de Dios de forma tal que produzca un fruto muy alto pues, de lo contrario, poco será.





JESÚS, gracias por querer que nuestro corazón sea campo fértil.



Eleuterio Fernández Guzmán

26 de enero de 2021

Cumplir la Voluntad de Dios


Mc 3, 31-35

"Llegan su madre y sus hermanos y, quedándose fuera, le envían a llamar. Estaba mucha gente sentada a su alrededor. Le dicen: '¡Oye!, tu madre, tus hermanos y tus hermanas están fuera y te buscan.' Él les responde: '¿Quién es mi madre y mis hermanos?' Y mirando en torno a los que estaban sentados en corro, a su alrededor, dice: 'Estos son mi madre y mis hermanos. Quien cumpla la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre.'"


COMENTARIO


Es cierto y verdad que pudiera parecer que este texto bíblico muestra al Hijo de Dios despreciando, nada más y nada menos, que a su Madre, la Virgen María. Sin embargo, como suele pasar con Jesucristo lo que pasa es, justamente, lo contrario.

Resulta de lo más normal que hubiera mucha gente allí donde Jesucristo acudía a predicar Y es que su fama de santidad y de ser un Maestro que enseñaba con autoridad se había extendido. Por eso ni siquiera María puede llegar, digamos, donde estaba su hijo. Y lo mandan llamar.

Cuando Jesucristo dice que sus hermanos y hermanas son aquellos que cumplen a Voluntad de Dios sabe más que bien que su Madre, María, es una persona que siempre ha cumplido la Voluntad de su Padre del Cielo. Es más, sabe que es, además de él mismo, la única persona que siempre ha hecho eso.



JESÚS, gracias por decir las cosas como han que decirlas.



Eleuterio Fernández Guzmán

25 de enero de 2021

Enviados

 

Mc 16,15-18

 En aquel tiempo, Jesús se apareció a los once y les dijo: ‘Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará. Éstas son las señales que acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas, agarrarán serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien’.”

  

COMENTARIO

 

Enviados por Cristo

 

Jesús envía a los que ha escogido. Sabe que es la única manera de que la Palabra de Dios, que ha venido a recordar y a que se cumpla la Ley del Creador, debe llegar en boca de los hombres que deben conocerla y amarla.

 

 

Creer

 

Jesús ofrece dos posibilidades a todos aquellos que escuchen que el Reino de Dios ha llegado. Pueden creer y, entonces, convertir su corazón al Padre y llevar una vida acorde con su Ley. Entonces, aquellos que así lo hagan, serán salvados.

 

No creer

 

Pero también se puede optar por no creer y seguir con su vida perdida. Entonces, tal persona no será bautizada, lógicamente y, como es de esperar y así lo dice Jesús la condenación eterna caerá sobre su alma. Y lo dice con toda claridad el Hijo de Dios.

 

 

 

JESÚS, propones la Verdad pero no obligas a aceptarla. Sin embargo, sabemos que es muy importante creer en Dios. Ayúdanos a no caer en la trampa del Maligno y a seguirte siempre como Hijo de Dios.

 

 

 

Eleuterio Fernández Guzmán

 

24 de enero de 2021

Y le siguieron

Mc 1, 14-20


14 Después que Juan fue entregado, marchó Jesús a Galilea; y proclamaba la Buena Nueva de Dios: 15 ‘El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertíos y creed en la Buena Nueva.’ 16 Bordeando el mar de Galilea, vio a Simón y Andrés, el hermano de Simón, largando las redes en el mar, pues eran  pescadores. 17 Jesús les dijo: ‘Venid conmigo, y os haré llegar a ser pescadores de hombres.’ 18 Al instante, dejando las redes, le siguieron. 19 Caminando un poco más adelante, vio a Santiago, el de Zebedeo, y a su hermano Juan; estaban también en la barca  arreglando las redes; 20 y al instante los llamó. Y ellos, dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, se fueron tras él.”

 

 

COMENTARIO

 

Al parecer, la señal según la cual la predicación del Hijo de Dios debía dar comienzo fue el prendimiento de Juan el Bautista. Y Jesucristo, que lo sabía más que bien, empezó a llevar a cabo su labor evangelizadora.

 

Como podemos suponer, en cuanto a hombre, Jesucristo necesitaba de otras personas que multiplicasen la evangelización y transmitiesen, lo más rápido posible, la Buena Noticia. Y los escoge, según su leal saber y entender.

 

Resulta, cuanto menos, curioso, la reacción de aquellos a los que Jesucristo va llamando. Y es que no se hacen los remolones sino que, dejando lo que tienen en sus manos, lo que son y lo que han sido, lo dejan todo y van con Él. Y es que Jesucristo debía convencer sólo con la mirada que llegaba el corazón.

 

JESÚS,  gracias por haber elegido a los Apóstoles según tu corazón.

 

Eleuterio Fernández Guzmán