7 de septiembre de 2024

Señor del sábado

Lc 6, 1-5


"Un sábado, en que Jesús atravesaba unos sembrados, sus discípulos arrancaban espigas y, frotándolas entre las manos, las comían.

Algunos fariseos les dijeron: '¿Por qué ustedes hacen lo que no está permitido en sábado?'

Jesús les respondió: '¿Ni siquiera han leído lo que hizo David cuando él y sus compañeros tuvieron hambre, cómo entró en la Casa de Dios y, tomando los panes de la ofrenda, que sólo pueden comer los sacerdotes, comió él y dio de comer a sus compañeros'

Después les dijo: “El Hijo del hombre es dueño del sábado'."

COMENTARIO 

No podemos negar que en tiempos de la primera venida al mundo del Hijo de Dios muchas costumbres se habían arraigado en el pueblo elegido por Dios. 

El caso que había quien no podía soportar que se contravinieran aquellas costumbres y eso se lo hacían ver a Jesucristo. Y es, según ellos, en sábado había muchas cosas que no se podían hacer. 

Jesucristo no duda en dejar claro que Él es Señor del sábado y por eso sus discípulos hacen lo que hacen.

JESÚS.  gracias por manifestar la verdad a quienes la ignoran. 

Eleuterio Fernández Guzmán

6 de septiembre de 2024

El añejo es mejor...

Lc 5, 33-39


"Los escribas y los fariseos dijeron a Jesús: 'Los discípulos de Juan ayunan frecuentemente y hacen oración, lo mismo que los discípulos de los fariseos; en cambio, los tuyos comen y beben'.

Jesús les contestó: '¿Ustedes pretenden hacer ayunar a los amigos del esposo mientras él está con ellos? Llegará el momento en que el esposo les será quitado; entonces tendrán que ayunar'.

Les hizo además esta comparación: 'Nadie corta un pedazo de un vestido nuevo para remendar uno viejo, porque se romperá el nuevo, y el pedazo sacado a éste no quedará bien en el vestido viejo. Tampoco se pone vino nuevo en odres viejos, porque hará reventar los odres; entonces el vino se derramará y los odres ya no servirán más. El vino nuevo se pone en odres nuevos. Nadie, después de haber gustado el vino viejo, quiere vino nuevo, porque dice: el añejo es mejor'."

COMENTARIO 

No podemos negar que aquellos que no querían para nada al Hijo de Dios no dejaban pasar ocasión para ponerlo en entredicho aunque se tratara de la actitud de sus discípulos. 

Jesucristo, que sabían muy bien del pie que cojeaban aquellos que lo criticaban, no deja pasar ocasión, tampoco, para enseñarles. Y es que debían aprender aún mucho para dejar de lado sus viejas ideas.

El caso es que aquí mismo lo dice el Enviado de Dios: el vino añejo es mejor o, lo que es lo mismo, la Ley de Dios, la recibida hacía muchos siglos por el pueblo elegido era, sin duda, mucho mejor que el trasunto de ley que ellos habían hecho con el paso del tiempo. 

JESÚS,  gracias por dejar las cosas muy claras para entendimiento de cualquiera que quiera entender. 

Eleuterio Fernández Guzmán

5 de septiembre de 2024

Y fueron pescadores de hombres

Lc 5, 1-11


"En una oportunidad, la multitud se amontonaba alrededor de Jesús para escuchar la Palabra de Dios, y Él estaba de pie a la orilla del lago de Genesaret. Desde allí vio dos barcas junto a la orilla del lago; los pescadores habían bajado y estaban limpiando las redes. Jesús subió a una de las barcas, que era de Simón, y le pidió que se apartara un poco de la orilla; después se sentó, y enseñaba a la multitud desde la barca. Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: 'Navega mar adentro, y echen las redes'.

Simón le respondió: 'Maestro, hemos trabajado la noche entera y no hemos sacado nada, pero si Tú lo dices, echaré las redes'. Así lo hicieron, y sacaron tal cantidad de peces, que las redes estaban a punto de romperse. Entonces hicieron señas a los compañeros de la otra barca para que fueran a ayudarlos. Ellos acudieron, y llenaron tanto las dos barcas, que casi se hundían.

Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús y le dijo: 'Aléjate de mí, Señor, porque soy un pecador'. El temor se había apoderado de él y de los que lo acompañaban, por la cantidad de peces que habían recogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, compañeros de Simón.

Pero Jesús dijo a Simón: 'No temas, de ahora en adelante serás pescador de hombres'."

COMENTARIO

Como es de imaginar, cuando aquellos que siguieron más de cerca al Hijo de Dios (sus Apóstoles) vieron lo que vieron en muchas ocasiones les hizo, al menos, creer que su Maestro era algo más que un Maestro.

Aquel asunto de la pesca no se les había dado bien aquella noche. En efecto, no habían pescado nada y, por decirlo pronto, su vida no iba a ser más fácil precisamente...

Las palabras de Jesucristo fueron escuchadas por Pedro porque sabía de lo que era capaz el Maestro. Y por eso, por su confianza, lo hizo pescador de hombres... hasta hoy. 


JESÚS, gracias por hacer pescador de hombres a Pedro y a los demás. 

Eleuterio Fernández Guzmán

4 de septiembre de 2024

Sanó y todo lo hizo bien

Lc 4, 38-44


"Al salir de la sinagoga, Jesús entró en la casa de Simón. La suegra de Simón tenía mucha fiebre, y le pidieron que hiciera algo por ella. Inclinándose sobre ella, Jesús increpó a la fiebre y ésta desapareció. En seguida, ella se levantó y se puso a servirlos.

Al atardecer, todos los que tenían enfermos afectados de diversas dolencias se los llevaron, y Él, imponiendo las manos sobre cada uno de ellos, los sanaba. De muchos salían demonios, gritando: '¡Tú eres el Hijo de Dios!' Pero Él los increpaba y no los dejaba hablar, porque ellos sabían que era el Mesías.

Cuando amaneció, Jesús salió y se fue a un lugar desierto. La multitud comenzó a buscarlo y, cuando lo encontraron, querían retenerlo para que no se alejara de ellos. Pero Él le dijo: 'También a las otras ciudades debo anunciar la Buena Noticia del Reino de Dios, porque para eso he sido enviado'."

COMENTARIO

Son varias las ocasiones en las que, en el Evangelio, se nos dice que el Hijo de Dios expulsaba los demonios que poseían a personas. Y ellos, claro está, lo reconocían aunque no quisiera Jesucristo que aún se dijera Quién era. 

Son muchas las personas a las que sana el Emmanuel. Las sana porque necesitan ser sanadas y lo mismo le da un pobre ciego o leproso que la suegra de Simón. Él había venido al mundo a que el mundo se salvase y eso era lo que hacía. 

Jesucristo era absolutamente consciente de Quién era. No había duda alguna en su pensamiento acerca de eso y lo manifiesta así muchas veces. Y es que, como dice él mismo, había sido enviado para anunciar la Buena Noticia con todo lo que eso conllevaba. 

JESÚS, gracias por curar y sanar a quien lo necesitaba. 

Eleuterio Fernández Guzmán

3 de septiembre de 2024

La fama de Cristo

Lc 4, 31-37


"Jesús bajó a Cafarnaúm, ciudad de Galilea, y enseñaba los sábados. Y todos estaban asombrados de su enseñanza, porque hablaba con autoridad.
En la sinagoga había un hombre que estaba poseído por el espíritu de un demonio impuro; y comenzó a gritar con fuerza: '¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido para acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de Dios'.

Pero Jesús lo increpó, diciendo: 'Cállate y sal de este hombre'. El demonio salió de él, arrojándolo al suelo en medio de todos, sin hacerle ningún daño. El temor se apoderó de todos, y se decían unos a otros: '¿Qué tiene su palabra? ¡Manda con autoridad y poder a los espíritus impuros, y ellos salen!”

Y su fama se extendía por todas partes en aquella región.'

COMENTARIO

Nos dice el Evangelio de San Lucas que la fama del Hijo de Dios se extendía. Y eso ha de querer decir que algo muy bueno estaba haciendo. 

La posesión de personas por parte de demonios no es algo nuevo sino que es seguro que se ha ido produciendo a lo largo de la humanidad desde que los mismos quisieron ser hijos de Satanás. Y Jesucristo no podía soportar la situación de los que estaban poseídos.

Aquellos demonios reconocen al "Santo de Dios". Pero Cristo no quería, entonces, que se supiera quien era. Pero ellos sí lo sabían...


JESÚS,  gracias por ser bueno y misericordioso.

Eleuterio Fernández Guzmán

1 de septiembre de 2024

Del corazón salen las obras

Mc 7, 1-8.14-15.21-23


"En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los fariseos y algunos escribas venidos de Jerusalén, viendo que algunos de los discípulos de Jesús comían con las manos impuras, es decir, sin habérselas lavado. (Los fariseos y los judíos, en general, no comen sin lavarse antes las manos hasta el codo, siguiendo la tradición de sus mayores; al volver mercado, no comen sin hacer primero las abluciones, y observan muchas otras tradiciones, como purificar los vasos, las jarras y las ollas).

Jesús les contesto: '¡Qué bien profetizó Isaías de sobre ustedes hipócritas, como está escrito: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. Es inútil el culto que me rinden, porque enseñan doctrinas que no son más preceptos humanos!. Ustedes dejan a un lado el mandamiento de Dios para aferrarse a las tradiciones de los hombres'.

Después Jesús llamó a la gente y les dijo: 'Escúchenme todos y entiéndanme: Nada que entre de fuera puede manchar al hombre; lo que sí lo mancha es lo que sale de dentro; porque del corazón del hombre salen las intenciones malas, las fornicaciones, los robos, los homicidios, los adulterios, las codicias, las injusticias, los fraudes, el desenfreno, las envidias, la difamación, orgullo y la frivolidad. Todas estas maldades salen de dentro y manchan al hombre'."

COMENTARIO 

Podemos decir que el Hijo de Dios había sido enviado al mundo para que el mundo se salvase pero para que eso tuviese lugar debía el mundo acomodarse a la Ley de Dios y no a la suya, a la creada por el hombre.

El pueblo judío, podemos decir porque lo dice Jesucristo, había hecho de la Ley de Dios lo que había querido y la había adaptado a sus propias voluntades. Y eso debía cambiar si es que no querían no salvarse. 

Algo que debía cambiar muchos corazones lo dice aquí el Maestro de Nazaret. Y es que del corazón es de donde salen todas las obras que hace el hombre y al mismo se debe atender como es debido. 


JESÚS, gracias por dejar las cosas muy claras para entendimiento de todo el que quiera escuchar y atender.