1 de julio de 2023

Una confianza así...

Mt 8, 5-15


"Al entrar en Cafarnaúm, se acercó a Jesús un centurión, rogándole: 'Señor, mi sirviente está en casa enfermo de parálisis y sufre terriblemente'. Jesús le dijo: 'Yo mismo iré a sanarlo'. Pero el centurión respondió: 'Señor, no soy digno de que entres en mi casa; basta que digas una palabra y mi sirviente se sanará. Porque cuando yo, que no soy más que un oficial subalterno, digo a uno de los soldados que están a mis órdenes: 'Ve', él va, y a otro: 'Ven”, él viene; y cuando digo a mi sirviente: “Tienes que hacer esto”, él lo hace”. Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que lo seguían: 'Les aseguro que no he encontrado a nadie en Israel que tenga tanta fe. Por eso les digo que muchos vendrán de Oriente y de Occidente, y se sentarán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob, en el Reino de los Cielos; en cambio, los herederos del Reino serán arrojados afuera, a las tinieblas, donde habrá llantos y rechinar de dientes'. Y Jesús dijo al centurión: 'Ve, y que suceda como has creído'. Y el sirviente se sanó en ese mismo momento. Cuando Jesús llegó a la casa de Pedro, encontró a la suegra de este en cama con fiebre. Le tocó la mano y se le pasó la fiebre. Ella se levantó y se puso a servirlo. Al atardecer, le llevaron muchos endemoniados, y él, con su palabra, expulsó a los espíritus y sanó a todos los que estaban enfermos, para que se cumpliera lo que había sido anunciado por el profeta Isaías: 'Él tomó nuestras debilidades y cargó sobre sí nuestras enfermedades'”.

COMENTARIO

Este texto del Evangelio de San Mateo está repleto de hechos extraordinarios que muestran el poder que el Hijo de Dios había recibido de su Padre y que había venido al mundo a repartir a corazón lleno.

En este texto también se ve claramente que la confianza en Jesucristo tuvo, tiene, mucho bien que repartir de parte del  corazón del Hijo.  Y es que el centurión (del que se dice que era uno de los llamados "temerosos de Dios" pero no era judío) debía saber Quien era aquel Maestro al que se dirigía con una seguridad tan grande en su persona y en su poder. 

Hay algo, sin embargo, que mueve a espanto: el Hijo de Dios avisa acerca de que hay muchos que están confiados en la salvación eterna y, sin embargo, no la alcanzarán...


JESÚS,  gracias por ser tan claro a la hora de decirnos las cosas.

Eleuterio Fernández Guzmán

30 de junio de 2023

Confiar el Cristo

Mt 8, 1-4


"Cuando Jesús bajó de la montaña, lo siguió una gran multitud. Entonces un leproso fue a postrarse ante él y le dijo: 'Señor, si quieres, puedes purificarme.' Jesús extendió la mano y lo tocó, diciendo: 'Lo quiero, queda purificado.' Y al instante quedó purificado de su lepra.

Jesús le dijo: 'No se lo digas a nadie, pero ve a presentarse al sacerdote y entrega la ofrenda que ordenó Moisés para que les sirva de testimonio'".

 COMENTARIO 

Es cierto y verdad que el Hijo de Dios responde siempre bien y en todas las ocasiones cuando se le pide algo que sea en beneficio de quien lo pide o, mejor, si lo es en beneficio de un prójimo suyo. Pero hay ocasiones que la petición se refuerza con algo.

Confiar en Jesucristo o, lo que es lo mismo, mostrar confianza y seguridad en su persona es algo que no puede resistir el Hijo de Dios. Y es que como había venido al mundo para salvar al mundo cuando se le muestra confianza su corazón, literalmente, se derrite de amor. 

Sin embargo, hay algo que estamos seguros no pudo pasar. Y es que Jesucristo le dice al que ya no es leproso que no diga nadie. Sin embargo, a nosotros nos parece de todo punto imposible que quien ha estado afectado por la lepra y lo deja de estar habiendo sido curado al instante... vamos, como que no nos imaginamos que no lo vaya gritando por el lugar por dónde pase. Y es que lo mismo ya ha pasado en otras ocasiones y, claro, es mucho pedir que la persona curada se calle... es humanamente muy comprensible. Y estamos seguros de que el Hijo de Dios sonreiría viendo como se proclamaba a los cuatro vientos una gracia otorgada por su amoroso corazón. 


JESÚS, gracias, gracias, gracias, por tanto bien otorgado. 

Eleuterio Fernández Guzmán

29 de junio de 2023

Saber quién es Cristo

Mt 16, 13-19


"Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: '¿Qué dice la gente sobre el Hijo del hombre? ¿Quién dicen que es?'. Ellos le respondieron: 'Unos dicen que es Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías o alguno de los profetas'. 'Y ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy?'.

Tomando la palabra, Simón Pedro respondió: 'Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo'. 

Y Jesús le dijo: 'Feliz de ti, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en el cielo. Y Yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la muerte no prevalecerá contra ella. Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo'”. 

COMENTARIO

Que el Hijo de Dios preguntase a sus Apóstoles por eso de qué se decía de su persona no era porque no supiese sino porque quería suscitar la respuesta de aquellos que le escuchaban.

Al parecer había mucho despiste entre aquellos a los que preguntaban que quién creían que era el Maestro de Nazaret. Pero quería Cristo que sus Apóstoles respondiesen a tal pregunta.

Cuando Pedro, hablando por todos sus compañeros, responde que saben que Jesucristo es el Mesías ha marcado el inicio de toda una vida entregada al Reino de Dios que ha llegado hasta hoy mismo...


JESÚS, gracias por haber preguntado eso a los Apóstoles. 

Eleuterio Fernández Guzmán

28 de junio de 2023

Por nuestros frutos

Mt 7, 15-20


"Jesús dijo a sus discípulos:

'Tengan cuidado de los falsos profetas, que se presentan cubiertos con pieles de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los reconocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los cardos? Así, todo árbol bueno produce frutos buenos y todo árbol malo produce frutos malos. Un árbol  bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo, producir frutos buenos. Al árbol que no produce frutos buenos se lo corta y se lo arroja al fuego. Por sus frutos, entonces, ustedes los reconocerán."

COMENTARIO

No hay duda alguna de que el Hijo de Dios sabía muy bien dónde había sido enviado por su Padre del Cielo, Dios Todopoderoso. Y por eso trata muchas veces de que sus discípulos no caigan en la trampa de aquellos que, queriéndolos llevar a su terreno, lo que hace es procurarles el Infierno.

Pieles de ovejas, Así habla Jesucristo de muchas personas que aparentan lo que no son y pretenden engañar a sus discípulos. Pero Cristo sabe que, en efecto, de lo majo no puede obtenerse nunca nada bueno y eso es lo que quiere que aprendamos. 

Y lo último es terrible para quien sea árbol que produce frutos malos. Y es que dice que se le corta y echa al fuego. Y eso tiene que ver, ciertamente, con el Infierno... Y por eso nosotros debemos dar frutos buenos pues nuestra la semilla de Dios es buena y perfecta. 

JESÚS, gracias por decir las cosas como deben ser dichas para que aprendamos. 

Eleuterio Fernández Guzmán

27 de junio de 2023

La puerta estrecha

Mt 7, 6.12-14


"Jesús dijo a sus discípulos:

'No den las cosas sagradas a los perros, ni arrojen sus perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen y después se vuelvan contra ustedes para destrozarlos.
Todo lo que deseen que los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos: en esto consiste la Ley y los Profetas. Entren por la puerta estrecha, porque es ancha la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que van por allí. Pero es angosta la puerta y estrecho el camino que lleva a la Vida, y son pocos los que lo encuentran."


COMENTARIO

Este texto del Evangelio de San Mateo tiene mucho que decirnos a los discípulos de Cristo. Y es que en sus palabras se encierra la verdad que debemos seguir y, en resumidas cuentas, tener muy en cuenta. 

Debemos tener muy en cuenta que, como nos dice el Hijo de Dios, aquello que queremos que nos hagan a nosotros es lo que debemos hacer a los demás. Y eso, claro está, no siempre es fácil. 

Y otra cosa que es muy importante: entrar por la puerta estrecha supone sacrificar muchos de nuestros gustos y hacer lo posible para que se note, en el corazón de Dios, que queremos ir al Cielo. Que se note...


JESÚS, gracias por decir las cosas como deben ser dichas. 

Eleuterio Fernández Guzmán

26 de junio de 2023

Nos conviene saber cómo somos


Mt 7,1-5

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: ‘No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzguéis seréis juzgados, y con la medida con que midáis se os medirá. ¿Cómo es que miras la brizna que hay en el ojo de tu hermano, y no reparas en la viga que hay en tu ojo? ¿O cómo vas a decir a tu hermano: ‘Deja que te saque la brizna del ojo’, teniendo la viga en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces podrás ver para sacar la brizna del ojo de tu hermano’”.


COMENTARIO


Muchas veces el Hijo del hombre nos propone formas de ser que, francamente lo decimos, son muy difíciles de implementar. Así, por ejemplo, entiende más que mal la forma de juzgar. Y es que no quiere, del todo, que no juzguemos, sino que tengamos en cuenta cómo juzgamos.


En realidad, Jesucristo quiere que tengamos muy en cuenta la forma de ser que mostramos al prójimo. Por eso nos dice que debemos saber que según nosotros juzguemos… así seremos juzgados. Luego, juzgar podemos juzgar pero a ver cómo hacemos eso.


Algo de lo dicho por Jesucristo nos puede venir la mar de bien porque viene referido a lo que, en demasiadas ocasiones, solemos hacer: miramos al otro por encima del hombro sin tener en cuenta que es posible que nosotros pequemos más…


JESÚS, ayúdanos a no juzgar como no quieres que juzguemos.



Eleuterio Fernández Guzmán

25 de junio de 2023

Si queremos salvarnos...

Mt 10, 26-33


"‘No les tengáis miedo. Pues no hay nada encubierto que no haya de ser descubierto, ni oculto que no haya de saberse. Lo que yo os digo en la oscuridad, decidlo vosotros a la luz; y lo que oís al oído, proclamadlo desde los terrados. ‘Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; temed más bien a Aquel que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la gehenna. ¿No se venden dos pajarillos por un as? Pues bien, ni uno de ellos caerá en tierra sin el consentimiento de vuestro  Padre.  En cuanto  a vosotros, hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No temáis, pues; vosotros valéis más que muchos pajarillos.  ‘Por todo aquel que se declare por mí ante los hombres, yo también me declararé por él ante mi Padre que está en los cielos;  pero a quien me niegue ante los hombres, le negaré yo también ante mi Padre que está en los cielos.”

COMENTARIO

No podemos negar que este texto del Evangelio de San Mateo está repleto de buenos consejos de parte del Hijo de Dios hacia sus hermanos, los hombres. Y es que su principal voluntad es que todos nos salvemos.

Debemos tener muy en cuenta que, como dice Jesucristo, lo que debe importarnos es el alma. Y es el alma porque no muere cuando nosotros morimos sino que pasa a un estado espiritual superior a éste. Y allí seguirá hasta que se una con nuestro cuerpo cuando se la resurrección de los muertos. Pero debemos tener en cuenta, muy en cuenta, que el alma no hay que tratarla de cualquiera manera sino de la mejor posible porque de eso depende nuestra salvación eterna o nuestro Infierno eterno. 

Por otro lado, parte de la conformación de un alma como Dios quiere es, precisamente, tener siempre muy en cuenta al Hijo de Dios. Y es que el Todopoderoso no lo envió al mundo a que el mundo lo olvide o no lo tenga en cuenta. Y por eso dijo, al menos en dos ocasiones, que debíamos escucharlo. 


JESÚS,  gracias por hablarnos de una forma tan clara y diáfana. 

Eleuterio Fernández Guzmán