27 de febrero de 2021
Amar como Dios quiere que amemos
26 de febrero de 2021
La verdadera Ley de Dios
Mt 5, 20-26
25 de febrero de 2021
El pan y la piedra
Mt 7, 7-12
24 de febrero de 2021
No necesitamos señales
Lc 11, 29-32
23 de febrero de 2021
Padre Nuestro
Mt 6, 7-15
22 de febrero de 2021
Pedro y las llaves del Reino
Mt 16,13-19
“En aquel tiempo, llegado
Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: ‘¿Quién
dicen los hombres que es el Hijo del hombre?’. Ellos dijeron: ‘Unos, que Juan
el Bautista; otros, que Elías, otros, que Jeremías o uno de los profetas’.
Díceles Él: ‘Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?’. Simón Pedro contestó: ‘Tú
eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo’.
Replicando Jesús le
dijo: ‘Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto
la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo te digo que
tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del
Hades no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los
Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que
desates en la tierra quedará desatado en los cielos’”.
COMENTARIO
Seguramente, Jesús quiere probar a sus
Apóstoles cuando les pregunta sobre quién cree la gente es Él. Y es que, aunque
no lo supiera sí podía intuir la respuesta que le iban a dar. Pero el Maestro
esperaba la respuesta de uno de ellos, sus más cercanos.
Aquel hombre, Pedro, era uno de los
discípulos más aventajados de entre los que Jesús había escogido como sus
Apóstoles. Sin duda el Espíritu Santo le sopló en su corazón la respuesta a la
pregunta. Por eso acierta de pleno.
Jesús ya no tiene duda alguna. Aquel
hombre, sobre quien el Espíritu Santo ha soplado con tanta puntería, ha de ser
quien lidera al grupo de sus discípulos. Por eso le da las llaves del Reino de
Dios y todo puede atarlo o desatarlo.
JESÚS, ayúdanos a tener las cosas tan claras como las tenía
Pedro.
Eleuterio Fernández Guzmán
21 de febrero de 2021
Convertirse y creer en el Evangelio
Mc 1, 12-15
“12
A continuación, el Espíritu le empuja al desierto, 13 y permaneció en el
desierto cuarenta días, siendo tentado por Satanás. Estaba entre los animales
del campo y los ángeles le servían. 14
Después que Juan fue entregado, marchó Jesús a Galilea; y proclamaba la Buena
Nueva de Dios: 15 ‘El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca;
convertíos y creed en la Buena Nueva.’
COMENTARIO
Cuando el Hijo de Dios es
llevado al desierto por inspiración del Espíritu Santo ha de cumplir la misión
que le había encomendado su Padre del Cielo. Y lo que hace no es otra cosa que
hacer lo que debe hacer.
Cuando su primo Juan fue
entregado en manos del Mal sabía que había llegado el momento de empezar a proclamar
la Buena Noticia del Reino de Dios y es lo que hizo.
El caso es que cuando Jesucristo
dice que hay que convertirse y creer en la Buena Noticia nos está diciendo que
debemos hacer, exactamente eso: cambiar nuestro corazón para aceptar la Buena
Noticia de Dios Todopoderoso y su Reino.
JESÚS, gracias
por cumplir tu misión a la perfección.
Eleuterio Fernández Guzmán