24 de septiembre de 2022

Lo que debía pasar

Lc 9, 43b-45



Mientras todos se admiraban por las cosas que hacía, Jesús dijo a sus discípulos: ‘Escuchen bien esto que les digo: El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres’. Pero ellos no entendían estas palabras: su sentido les resultaba oscuro, de manera que no podían comprenderlas, y temían interrogar a Jesús acerca de esto.”


COMENTARIO

Como es de imaginar, el Hijo de Dios habló muchas veces con sus discípulos y, más aún, con sus Apóstoles en las ocasiones que podía… Y no es extraño que les hablara de lo que iba a pasar con su vida.

También podemos imaginar que cuando aquellos discípulos escucharon de boca de su Maestro lo que le iba a pasar, seguramente se sorprendieron mucho. Y el caso no es sólo que no acabaran de comprender lo que les quería decir sino que, más que nada, no podían aceptar que eso pudiera suceder así como lo estaban escuchando.

Podemos leer aquí, en este Evangelio de San Lucas, que aquellos que escuchaban a Jesucristo tenían miedo de preguntarle más acerca de aquello. Y por eso mismo tuvieron que esperar a verlo colgado de un a cruz...


JESÚS, gracias por ser claro y diáfano a la hora de hablar.



Eleuterio Fernández Guzmán

23 de septiembre de 2022

El Enviado de Dios

Lc 9, 18-22



Un día en que Jesús oraba a solas y sus discípulos estaban con Él, les preguntó: ‘¿Quién dice la gente que soy Yo?’

Ellos le respondieron: ‘Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los antiguos profetas que ha resucitado’.


‘Pero ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy Yo?


Pedro, tomando la palabra, respondió: “’Tú eres el Mesías de Dios’.
Y Él les ordenó terminantemente que no lo anunciaran a nadie, diciéndoles:
‘El Hijo del hombre debe sufrir mucho, ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser condenado a muerte y resucitar al tercer día’”


COMENTARIO


En realidad, se podría pensar que era algo extraño que el Hijo de Dios preguntara eso acerca de qué pensaba la gente que era Él. ¿No lo sabía? Y es que resulta un poco así como de no saber a qué atenernos que hiciera eso.

Sin embargo, Jesucristo, no quería saber eso en el fondo sino, en todo caso, qué pensaban sus Apóstoles sobre Él mismo. Y ahí es donde radica la importancia de este texto del Evangelio de San Lucas.

Cuando Pedro le dice al Hijo de Dios que ellos creen que es el Mesías suponemos que entre ellos habrían hablando más de una vez cuando no estaba con ellos. Por eso Pedro, en representación de todos se adelante y dice lo que dice: la verdad.



JESÚS, gracias por haber escogido a los Apóstoles.



Eleuterio Fernández Guzmán

22 de septiembre de 2022

Herodes quería espectáculo

Lc 9, 7-9




El tetrarca Herodes se enteró de todo lo que Jesús hacía y enseñaba, y estaba muy desconcertado porque algunos decían: ‘Es Juan, que ha resucitado’. Otros decían: ‘Es Elías, que se ha aparecido’, y otros: ‘Es uno de los antiguos profetas que ha resucitado’.

Pero Herodes decía: ‘A Juan lo hice decapitar. Entonces, ¿quien es éste del que oigo decir semejantes cosas?’ Y trataba de verlo.”


COMENTARIO


En realidad, no parece nada extraño que Herodes quisiera ver al Hijo de Dios. Y es que, seguramente, había oído mucho de lo que hacía por los caminos de su tierra y eso, para alguien dado a la pantomima y al espectáculo, a lo mejor era importante.

Ciertamente, había mucho despiste en lo que algunos creían que era Jesucristo. Y es que creer que El Bautista había resucitado era andar mirando para otro lado cuando por su lado pasaba aquel hombre, aquel Maestro de Nazaret. Y aquello de Elías o de los profetas… en fin…

Lo que pasaba era que Herodes, que creía tener un poder más que importante en el territorio que era suyo, no podía soportar que hubiera alguien que tanta buena fama hubiera alcanzado con sus palabras y con lo que había llevado a cabo y aún no lo conociera.



JESÚS, gracias por haber actuado, cuando llegó el momento, como actuaste frente a Herodes.



Eleuterio Fernández Guzmán

21 de septiembre de 2022

Y Mateo lo siguió

Mt 9, 9-13




"Jesús vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: ‘Sígueme’. Él se levantó y lo siguió.
Mientras Jesús estaba comiendo en la casa, acudieron muchos publicanos y pecadores, y se sentaron a comer con Él y sus discípulos. Al ver esto, los fariseos dijeron a los discípulos: ‘¿Por qué su Maestro come con publicanos y pecadores?’

Jesús, que había oído, respondió: ‘No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos. Vayan y aprendan qué significa: ‘Yo quiero misericordia y no sacrificios’. Porque Yo no he venido a llamar a justos, sino a pecadores’”


COMENTARIO


Cuando el Hijo de Dios tuvo que escoger a los que iban a ser sus Apóstoles sabía que era posible que alguno de ellos no fuera, digamos, del gusto de muchos judíos. Y eso es lo que pasa con Mateo que era, nada más y nada menos que recaudador de impuestos para los romanos.

Mateo no lo duda ni un momento. Cuando escucha la voz de Jesucristo lo deja todo, mesa y dinero, y lo sigue. Y luego, además, lo invita a su casa a comer con el consiguiente escándalo de aquellos que tenían a Mateo por un pecador por la labor que llevaba a cabo.


El Hijo de Dios, sin embargo, que entendía las cosas de otra forma, sabe que, en efecto, los que necesitan la intervención del médico son los enfermos. Por eso quiere salvar a Mateo y éste, que sabe lo que hace, suponemos agradeció lo que hacía el Maestro.



JESÚS, gracias por salvar a Mateo.



Eleuterio Fernández Guzmán

20 de septiembre de 2022

Los que escuchan y cumplen

Lc 8, 19-21



La madre y los hermanos de Jesús fueron a verlo, pero no pudieron acercarse a causa de la multitud. Entonces le anunciaron a Jesús: ‘Tu madre y tus hermanos están ahí afuera y quieren verte’. Pero Él les respondió: ‘Mi madre y mis hermanos son los que escuchan la Palabra de Dios y la practican’”.


COMENTARIO


Ciertamente, este texto del Evangelio de San Lucas, da para que muchos de la primera venida al mundo del Hijo de Dios pensaran no muy bien de aquel hombre. Y es que cuando le dicen al Maestro que allí fueran está, nada más y nada menos, que su madre, la Madre, diera la impresión de que Cristo no hace mucho caso e, incluso, que la desprecia tanto a ella como a los que la acompañan. Sin embargo, nada más lejos de la realidad porque en su propia respuesta está el aprecio que siente por la Virgen María: y es que sabe muy bien que ella, al escuchar la Palabra de Dios no se queda, así, como mirando y diciendo “qué bonitas palabras”. No, María cumplió a rajatabla toda la Palabra de Dios y, por eso mismo, Cristo sabe que su Madre es su Madre sin duda alguna y sin ningún reproche para Ella.


JESÚS, gracias por aceptar así a tu Madre.


Eleuterio Fernández Guzmán

19 de septiembre de 2022

Que no quede nada oculto


Lc 8, 16, 18

 

“Nadie enciende una lámpara y la cubre con una vasija, o la pone debajo de un lecho, sino que la pone sobre un candelero, para que los que entren vean la luz. Pues nada hay oculto que no quede manifiesto, y nada secreto que no venga a ser conocido y descubierto. Mirad, pues, cómo oís; porque al que tenga, se le dará; y al que no tenga, aun lo que crea tener se le quitará.”

 

 

COMENTARIO

 

De lo mucho que el Hijo de Dios dijo a lo largo de su vida, hay algo que nunca deberíamos olvidar porque tiene que ver con nuestra salvación eterna porque nada de lo que hacemos deja de tener trascendencia para la misma.

 

Dios, que todo lo sabe, nos ha dado gratuitamente muchos dones y bienes que no pueden quedar ciegos. También nos ha dado su Palabra que no podemos tenerla egoístamente sino, al contrario, transmitirla en la medida de nuestras posibilidades.

 

Y algo más que es crucial. Y es Cristo sabe que hay muchos hermanos suyos que creen tener una gran fe cuando, en realidad, son nidos hipócritas y sepulcros blanqueados. Y a esos todo se le quitará…

 

 

JESÚS,  ayúdanos a tener una fe firme y franca.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

18 de septiembre de 2022

Sobre la fidelidad y la Justicia de Dios

Lc 16, 1-13


“1 Decía también a sus discípulos: ‘Era un hombre rico que tenía un administrador a quien acusaron ante él de malbaratar su hacienda; 2 le llamó y le dijo: ‘¿Qué oigo decir de ti? Dame cuenta de tu administración, porque ya no podrás seguir administrando.’ 3 Se dijo a sí mismo el administrador: ‘¿Qué haré, pues mi señor me quita la administración? Cavar, no puedo; mendigar, me da vergüenza. 4 Ya sé lo que voy a hacer, para que cuando sea removido de la administración me reciban en sus casas.’ 5 ‘Y convocando uno por uno a los deudores de su señor, dijo al primero: ‘¿Cuánto debes a mi señor?’ 6 Respondió: ‘Cien medidas de aceite.’ Él le dijo: ’Toma tu recibo, siéntate en seguida y escribe cincuenta.’7 Después dijo a otro: ‘Tú, ¿cuánto debes?’ Contestó: ‘Cien cargas de trigo.’ Dícele: ‘Toma tu recibo y escribe ochenta.’ 8 ‘El señor alabó al administrador injusto porque había obrado astutamente, pues los hijos de este mundo son más astutos con los de su generación que los hijos de la luz. 9 ‘Yo os digo: Haceos amigos con el Dinero injusto, para que, cuando llegue a faltar, os reciban en las eternas moradas.10 El que es fiel en lo mínimo, lo es también en lo mucho; y el que es injusto en lo mínimo, también lo es en lo mucho. 11 Si, pues, no fuisteis fieles en el Dinero injusto, ¿quién os confiará lo verdadero? 12 Y si no fuisteis fieles con lo ajeno, ¿quién os dará lo vuestro? 13 ‘Ningún criado puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al Dinero.’”


COMENTARIO


No podemos negar que las palabras del Hijo de Dios en este texto del Evangelio de San Lucas son, verdaderamente, impactantes porque muestran, en general, como podemos ser y, además, como debemos ser.

Cuando Jesucristo habla de fidelidad sabe muy bien que no hay formas de ser más o menos fiel pues tal virtud no puede admitir estratificaciones ni categorías: se es fiel o no se es fiel.

Ser fiel en cosas pequeñas nos prepara, seguramente, para serlo en las grandes. Y, además, eso que nos dice acerca de servir a Dios y al dinero es algo que no siempre tenemos claro... Y es que no deberíamos olvidar nunca que Dios es Justo. 



JESÚS, gracias por hablarnos con tanta claridad.



Eleuterio Fernández Guzmán