3 de abril de 2021

Sábado de espera y esperanza



Es verdad, hoy estamos un poco con miedo porque nuestros hermanos en la fe, una vez han conseguido matar al Maestro, seguramente quieren venir a por nosotros. Y es que hemos sido los que hemos seguido al hijo de María y de José más de cerca y debemos ser nosotros, como nos dijo, los que transmitamos la Buena Noticia de que el Reino de Dios está aquí.

Estamos escondidos, lo reconozco. Pero nos acompaña la Madre y por eso estamos más tranquilos pues ella, a pesar del corazón roto que tiene, nos consuela y sabe que su hijo ha de volver. Y nosotros le decimos que sí, que volverá en el último día. Ella, sin embargo, parece saber algo más pues cuando le respondemos eso, siempre sonríe y deja de llorar.

Hoy es sábado, gran día de fiesta de nuestro pueblo. No podemos hacer nada salvo estar aquí, en esta casa donde nos han acogido porque es de un discípulo del Maestro.

Y nosotros le pedimos a Dios

Paciencia para soportar esto,

amor para comprender lo que debemos hacer,

ansia de encontrarnos de nuevo con el Señor,

lucidez para saber salir con bien,

esperanza para no desanimarnos,

y saber orar como Él nos enseñó.




2 de abril de 2021

Viernes Santo





En un día como hoy recordamos aquel primer Viernes que llamamos Santo pues Santo es Aquel que, con su muerte, iba a salvar al mundo.

Había venido el Hijo de Dios porque el Creador quería que su descendencia no sucumbiese a las tentaciones del Maligno como ya había pasado muchas veces, incluso, desde el mismo Principio de todo con Adán y Eva.

Cristo, con su Pasión, demostró que era posible seguir la Voluntad de Dios aunque, a veces, nos cueste. Él, sin embargo, siendo Dios hecho hombre, no tuvo problema alguno pues era lo que tenía que hacer… ¡Y lo hizo!

Jesucristo, hijo fiel
y Dios-hombre,
diste tu vida, tu sangre
vertiste,
dejaste pasar el mundo
por el bien de sus criaturas.

Jesucristo, hermano nuestro,
Pastor entre pastores,
Bondad suprema
y Luz eterna.

Jesucristo, quisiste y fue,
sangraste y nos salvaste.

Cristo, a Dios pedimos
tu venida, la nueva,
a juzgar a vivos y a muertos.

Amén.

1 de abril de 2021

Jueves de Amor, así se sencillo

 

Jueves, 1 de abril de 2021


"Antes de la fiesta de Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, él, que había amado a los suyos que quedaban en el mundo, los amó hasta el fin. Durante la Cena, cuando el demonio ya había inspirado a Judas Iscariote, hijo de Simón, el propósito de entregarlo, sabiendo Jesús que el Padre había puesto todo en sus manos y que él había venido de Dios y volvía a Dios, se levantó de la mesa, se sacó el manto y tomando una toalla se la ató a la cintura. Luego echó agua en un recipiente y empezó a lavar los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que tenía en la cintura. Cuando se acercó a Simón Pedro, este le dijo: '¿Tú, Señor, me vas a lavar los pies a mí?'. Jesús le respondió: 'No puedes comprender ahora lo que estoy haciendo, pero después lo comprenderás'. 'No, le dijo Pedro, ¡tú jamás me lavarás los pies a mí!”. Jesús le respondió: 'Si yo no te lavo, no podrás compartir mi suerte'. 'Entonces, Señor, le dijo Simón Pedro, ¡no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza!”. Jesús le dijo: 'El que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque está completamente limpio. Ustedes también están limpios, aunque no todos'. Él sabía quién lo iba a entregar, y por eso había dicho: 'No todos ustedes están limpios'. Después de haberles lavado los pies, se puso el manto, volvió a la mesa y les dijo: '¿Comprenden lo que acabo de hacer con ustedes? Ustedes me llaman Maestro y Señor, y tienen razón, porque lo soy. Si yo, que soy el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, ustedes también deben lavarse los pies unos a otros. Les he dado el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo hice con ustedes'".


COMENTARIO

Aquel jueves, el primero que podemos llamar Santo de la historia de la salvación fue muy rico en mensajes del Hijo de Dios y, de parte de Dios, cosas muchos se dijeron entonces que han perdurado para siempre porque son Palabra de Dios.

Hacer lo que hizo entonces Cristo o, lo que es lo mismo, lavar los pies a sus Apóstoles fue un claro mensaje de humildad. Y es que aquello no era propio, ya no de un maestro sino, siquiera, de una persona libre.

Jesucristo, sin embargo, sabía más que bien las razones de su forma de actuar. Y es que sus discípulos, aquellos más allegados y todos los demás, debían comprender que si Él había servido así, en lo más humilde, lo mismo debían hacer ellos.


JESÚS, gracias por haber querido dar ejemplo… ¡y darlo!



Eleuterio Fernández Guzmán

31 de marzo de 2021

Preparar la Pascua; preparar el Paso

Mt 26, 14-25


"Uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a ver a los sumos sacerdotes y les dijo: '¿Cuánto me darán si se lo entrego?” Y resolvieron darle treinta monedas de plata. Desde ese momento, Judas buscaba una ocasión favorable para entregarlo.
El primer día de los Ácimos, los discípulos fueron a preguntar a Jesús: '¿Dónde quieres que te preparemos la comida pascual?'

Él respondió: 'Vayan a la ciudad, a la casa de tal persona, y díganle: 'El Maestro dice: Se acerca mi hora, voy a celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos”'
Ellos hicieron como Jesús les había ordenado y prepararon la Pascua.

Al atardecer, estaba a la mesa con los Doce y, mientras comían, Jesús les dijo: 'Les aseguro que uno de ustedes me entregará'.

Profundamente apenados, ellos empezaron a preguntarle uno por uno: '¿Seré yo, Señor?'

Él respondió: 'El que acaba de servirse de la misma fuente que Yo, ése me va a entregar. El Hijo del hombre se va, como está escrito de él, pero ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre será entregado: más le valdría no haber nacido!'
Judas, el que lo iba a entregar, le preguntó: '¿Seré yo, Maestro?' 'Tú lo has dicho”, le respondió Jesús."



COMENTARIO

El relato del Evangelio de San Mateo referido a la cena llamada Última tiene todo que ver con la perseverancia del pecado y el intento del hombre de no seguir la Voluntad de Dios.

Aquel hombre, Judas, seguros estamos que no estaría del todo de acuerdo con su Maestro. Y discreparía en cosas que para él eran esenciales. Por eso lo entrega a los enemigos del Hijo de Dios a cambio de unas monedas. Y traiciona a quien tanto lo quería.

Casi podemos imaginar la cara que debió poner Judas cuando a su pregunta responde Cristo que sí, que es Él quien lo va a traicionar. Seguramente se dio entonces cuenta de que todo había sido verdad pero ya nada tenía remedio porque todo estaba ya previsto y nada se iba a torcer con ser todo torcido y más que torcido.



JESÚS, gracias por hacer lo que debías hacer a pesar de los pesares



Eleuterio Fernández Guzmán

30 de marzo de 2021

Lo que ha de pasar

Jn 13, 21-33.36-38


"En aquel tiempo, Jesús, profundamente conmovido, dijo: 'Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar'. Los discípulos se miraron unos a otros perplejos, por no saber de quién lo decía. Uno de ellos, al que Jesús tanto amaba, estaba a la mesa a su derecha. Simón Pedro le hizo señas para que averiguase por quién lo decía. Entonces el, apoyándose en el pecho de Jesús, le pregunto: 'Señor ¿Quién es?' Le contestó Jesús: 'Aquél a quien yo le dé este trozo de pan untado'. Y untando el pan se lo dio a Judas, hijo de Simón el Iscariote. Detrás del pan, entró en él Satanás. Entonces Jesús le dijo: 'Lo que tienes que hacer hazlo en seguida'. Ninguno de los comensales entendió a qué se refería. Como Judas guardaba la bolsa, algunos suponían que Jesús le encargaba comprar lo necesario para la fiesta o dar algo a los pobres. Judas, después de tomar el pan, salió inmediatamente. Era de noche. Cuando salió dijo Jesús: 'Ahora es glorificado el Hijo del Hombre y Dios es glorificado en él (Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará)'. Simón Pedro le dijo: 'Señor, ¿a dónde vas?' Jesús le respondió: 'Adonde yo voy no me puedes acompañar ahora, me acompañarás más tarde'. Pedro replicó: 'Señor, ¿por qué no puedo acompañarte ahora? Daré mi vida por ti'. Jesús le contesto: '¿Con que darás tu vida por mí? Te aseguro que no cantará el gallo antes que me hayas negado tres veces.'"



COMENTARIO

Es cierto y verdad que después de haber leído y escuchado muchas veces los textos correspondientes a la Semana Santa es posible haya quien crea que no tienen importancia. Sin embargo, es justo lo contrario lo que pasa con esto porque son de tal importancia que los debemos recordar muchas veces.

El Hijo de Dios sabía más que bien lo que le iba a pasar aunque sus discípulos más allegados, los Apóstoles ni comprendiesen bien todo aquello ni aceptaban que a su Maestro lo fueran a matar y ya está. Pero es lo que iba a pasar en muy pocos días.

El caso es que uno de los suyos, Pedro, ansía seguir tanto a su Maestro que hasta estaría dispuesto a dar su vida por Él. Sin embargo, bien sabe Cristo lo que ha de pasar antes de que amanezca. Y eso es lo que muchas veces nos pasa a nosotros: queremos, pero...


JESÚS, gracias por ser fiel a la santísima Voluntad de Dios.



Eleuterio Fernández Guzmán

29 de marzo de 2021

Amar a Dios sobre todas las cosas

Jn 12, 1-11

 

“Seis días antes de la Pascua, Jesús volvió a Betania, donde estaba Lázaro, al que había resucitado. Allí le prepararon una cena: Marta servía y Lázaro era uno de los comensales.


María, tomando una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, ungió con él los pies de Jesús y los secó con sus cabellos. La casa se impregnó con la fragancia del perfume.


Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar, dijo: ‘¿Por qué no se vendió este perfume en trescientos denarios para dárselos a los pobres?’ Dijo esto, no porque se interesaba por los pobres, sino porque era ladrón y, como estaba encargado de la bolsa común, robaba lo que se ponía en ella.


Jesús le respondió: ‘Déjala. Ella tenía reservado este perfume para el día de mi sepultura. A los pobres los tienen siempre con ustedes, pero a mí no me tendrán siempre’.


Entre tanto, una gran multitud de judíos se enteró de que Jesús estaba allí, y fueron, no sólo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, al que había resucitado. Entonces los sumos sacerdotes resolvieron matar también a Lázaro, porque muchos judíos se apartaban de ellos y creían en Jesús, a causa de él.

 

 

COMENTARIO

 

No podemos negar que la actitud de muchos de los que, en tiempos del Hijo de Dios, eran pertinaces en el error y en la equivocación unos maestros. Y es que, como dice este texto del Evangelio de San Juan, no sólo querían matar a Jesús sino que, también, a Lázaro.

 

Es posible que hay quien no entienda las supuestas razones de esto. Pues no hay que pensar mucho porque San Juan lo dice con toda claridad: a ellos les importaba bien poco que hubiera devuelto a la vida a un muerto sino que eso podía hacer que muchos se alejaran de ellos. Y es que, al parecer, no comprendían mucho lo que suponía y era la misericordia.

 

Y María, que tenía por Jesucristo un amor propio de quien se sabe salvado, dice Judas que echa a perder mucho dinero. Lo que pasa es que aquel hombre, que era un poco avaricioso y terminó como sabemos que terminó, no entendía, al parecer, mucho del amor y de las gracias que debían ser dadas.

 

 

JESÚS,  gracias por hacer las cosas que debías hacerlas.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

28 de marzo de 2021

Pasión; Su Pasión

Mc 15, 1-39

 

“1Pronto, al amanecer, prepararon una reunión los sumos sacerdotes con los ancianos, los escribas y todo el Sanedrín y, después de haber atado a Jesús, le llevaron y le entregaron a Pilato. 2 Pilato le preguntaba: ‘¿Eres tú el Rey de los judíos?’ Él le respondió: ‘Sí, tú lo dices.’ 3  Los sumos sacerdotes le acusaban de muchas cosas. 4 Pilato volvió a preguntarle: ‘¿No contestas nada? Mira de cuántas cosas te acusan.’ 5 Pero Jesús no respondió ya nada, de suerte que Pilato estaba sorprendido. 6  Cada Fiesta les concedía la libertad de un preso, el que pidieran. 7 Había uno, llamado Barrabás, que estaba encarcelado con aquellos sediciosos que en el motín habían cometido un asesinato. 8 Subió la gente y se puso a pedir lo que les solía conceder.9Pilato les contestó: ‘¿Queréis que os suelte al Rey de los judíos?’10 (Pues se daba cuenta de que los sumos sacerdotes le habían entregado por envidia.) 11 Pero los sumos sacerdotes incitaron a la gente a que dijeran que les soltase más bien a Barrabás. 12 Pero Pilato les decía otra vez: ‘Y ¿qué voy a hacer con el que llamáis el Rey de los judíos?’ 13 La gente volvió a gritar: ‘¡Crucifícale!’ 14 Pilato les decía: ‘Pero ¿qué mal ha hecho?’ Pero ellos gritaron con más fuerza: ‘Crucifícale!’ 15 Pilato, entonces, queriendo complacer a la gente, les soltó a Barrabás y entregó a Jesús, después de azotarle, para que fuera crucificado.16 Los soldados le llevaron dentro del palacio, es decir, al pretorio y llaman a toda la cohorte. 17 Le visten de púrpura y, trenzando una corona de espinas, se la ciñen. 18 Y se pusieron a saludarle: ‘¡Salve, Rey de los judíos!’19 Y le golpeaban en la cabeza con una caña, le escupían y, doblando las rodillas, se postraban ante él. 20 Cuando se hubieron burlado de él, le quitaron la púrpura, le pusieron sus ropas y le sacan fuera para crucificarle. 21 Y obligaron a uno que pasaba, a Simón de Cirene, que volvía del campo, el padre de Alejandro y de Rufo, a que llevara su cruz. 22 Le conducen al lugar del Gólgota, que quiere decir: Calvario. 23 Le daban vino con mirra, pero él no lo tomó. 24 Le crucifican y se reparten sus vestidos, echando a suertes a ver qué se llevaba cada uno. 25 Era la hora tercia cuando le crucificaron. 26 Y estaba puesta la inscripción de la causa de su condena: ‘El Rey de los judíos.’ 27 Con él crucificaron a dos salteadores, uno a su derecha y otro a su izquierda. 29 Y los que pasaban por allí le insultaban, meneando la cabeza y diciendo: ‘¡Eh, tú!, que destruyes el Santuario y lo levantas en tres días, 30 ¡sálvate a ti mismo bajando de la cruz!’ 31 Igualmente los sumos sacerdotes se burlaban entre ellos junto con los escribas diciendo: ‘A otros salvó y a sí mismo no puede salvarse. 32 ¡El Cristo, el Rey de Israel!, que baje ahora de la cruz, para que lo veamos y creamos.’ También le injuriaban  los que con él estaban crucificados. 33 Llegada la hora sexta, hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora nona. 34A la hora nona gritó Jesús con fuerte voz: = ‘Eloí, Eloí, ¿lema sabactaní?’, - que quiere decir - = ‘¡Dios mío, Dios mío! ¿por qué me has abandonado?’ = 35 Al oír esto algunos de los presentes decían: ‘Mira, llama a Elías.’ 36 Entonces uno fue corriendo a empapar una esponja en vinagre y, sujetándola a una caña, le ofrecía de beber, diciendo: ‘Dejad, vamos a ver si viene Elías a descolgarle.’ 37 Pero Jesús lanzando un fuerte grito, expiró. 38 Y el velo del Santuario se rasgó en dos, de arriba abajo. 39 Al ver el centurión, que estaba frente a él, que había expirado de esa manera, dijo: ‘Verdaderamente este hombre  era Hijo de Dios.’

 

 

COMENTARIO

 

El relato de la Pasión de Nuestro Señor no deja de sorprender aunque sean muchas las veces que la oigamos o la leamos. Y es que saber Quién es quien eso sufre acentúa las consecuencias, en nuestro corazón, de aquello que pasó.

 

Poco a poco se va perpetrando la ilegítima muerte, la sentencia falsa y, en fin, aquello que pasó cuando Dios quiso que pasara pues todo eso estaba escrito por parte de los profetas desde hacía muchos siglos.

 

Decir Pasión y, acto seguido, sentir pena no es nada extraño ni debe movernos a falsos sentimentalismos. Y es aquellos que vieron lo que pasó entonces no eran capaces de entender la trascendencia de todo aquello. Nosotros, sin embargo, muchos siglos después, podemos dar gracias a Dios porque sabemos que las merecen, Él y su Hijo.

  

 

JESÚS,  gracias por cumplir con tu misión hasta las últimas consecuencias.

 

Eleuterio Fernández Guzmán