Lc 10, 1-19
“1 Después de esto, designó el Señor otros setenta y
dos, y los mandó delante de él, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares
adonde pensaba ir él. 2 Y les decía: ‘La mies es abundante y los obreros pocos;
rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies. 3 ¡Poneos en
camino! Mirad que os envío como corderos en medio de lobos. 4 No llevéis bolsa,
ni alforja, ni sandalias; y no saludéis a nadie por el camino. 5 Cuando entréis
en una casa, decid primero: ‘Paz a esta casa’. 6 Y si allí hay gente de paz,
descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros. 7 Quedaos en la
misma casa, comiendo y bebiendo de lo que tengan: porque el obrero merece su
salario. No andéis cambiando de casa en casa. 8 Si entráis en una ciudad y os
reciben, comed lo que os pongan, 9 curad a los enfermos que haya en ella, y
decidles: “El reino de Dios ha llegado a vosotros’”.
COMENTARIO
Cuando
el Hijo de Dios envía a aquellos 72
discípulos es que sabía que era muy importante que la Buena Noticia se
difundiera allí donde pudiera llegar. Y sabía, también, que había que pedir a
Dios que escogiera a los que debían cultivar su campo.
Deben
dejarlo todo a la santa Providencia de Dios pues, de otra forma, no acabarían
de entender lo que supone que el Todopoderoso ama a sus hijos y los cuida.
El
mensaje que deben ofrecer a todo aquel con el que se encuentren es bien claro:
el Reino de Dios ha llegado al mundo y deben acogerlo en sus corazones.
JESÚS, gracias por haber enviado a los 72.
Eleuterio Fernández Guzmán
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