Jn 10, 27-30
“27 Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. 28 Yo les doy vida eterna y no perecerán jamás, y nadie las arrebatará de mi mano. 29 El Padre, que me las ha dado, es más grande que todos, y nadie puede arrebatar nada de la mano del Padre. 30 Yo y el Padre somos uno’.”
COMENTARIO
Cuando alguien decía que debía seguir al Hijo de Dios sabía que no lo hacían con cualquier maestro sino que lo hacía, a conciencia, con el Maestro, con Aquel que enseñaba con verdadera autoridad.
Lo que nos dice aquí Jesucristo es muy importante. Y es que se trata de la verdad fundamental: nosotros ovejas de su redil y seguimos a Quien había enviado al mundo porque es obligación de los hijos de Dios hacer eso.
Es bien cierto que lo que Dios tiene por bueno y mejor ni puede ser alterado por el hombre ni nunca cambiará de sentido si eso es lo que quiere el Todopoderoso. Y su Hijo, que es Dios mismo hecho hombre, tiene por cierto y verdad que es así… porque lo es.
JESÚS, gracias por ser nuestro Buen Pastor.
Eleuterio Fernández Guzmán
No hay comentarios:
Publicar un comentario