Jn 15, 1-8
“1 'Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el
viñador. Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo corta, y todo el que da
fruto, lo limpia, para que dé más fruto. 3 Vosotros estáis ya limpios gracias a la Palabra que os he anunciado.4
Permaneced en mí, como yo en vosotros. Lo mismo que el sarmiento no puede dar
fruto por sí mismo, si no permanece en la vid; así tampoco vosotros si no
permanecéis en mí. 5 Yo soy la vid;
vosotros los sarmientos. El que
permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no
podéis hacer nada. 6 Si alguno no permanece en mí, es arrojado fuera, como el
sarmiento, y se seca; luego los recogen,
los echan al fuego y arden. 7 Si
permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y lo conseguiréis. 8 La gloria de mi Padre
está en que deis mucho fruto, y seáis
mis discípulos.'”
COMENTARIO
Lo
dice el Hijo de Dios con toda claridad porque sabe que debemos saberlo de la
forma más inteligible. Y no podemos dudar que es claro que diga que Él es la
vid y nosotros somos los sarmientos y todo lo que eso significa.
En
realidad, nos pone sobre la pista de cuál ha de ser nuestra actitud. Y es que
si no damos fruto nos cortará Dios y nos echar al fuego. Al contrario: si damos
fruto, nos podará aquello que nos sobre y, así, daremos más fruto.
Debemos,
por tanto, permanecer en Cristo porque sólo así podremos dar fruto y ser, en
tal sentido, hijos de Dios que quieren serlo y lo demuestran con sus actos para
que así se nos conozca.
JESÚS, gracias por decir las cosas con una tan clara
claridad.
Eleuterio Fernández Guzmán
No hay comentarios:
Publicar un comentario