19 de diciembre de 2021

En ejercicio del amor

Lc 1, 39-45


“39 En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; 40 entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. 41 Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo; 42 y exclamando con gran voz, dijo: ‘Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; 43 y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? 44 Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno.

 

45 ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!’”.

 

COMENTARIO

Sabemos que antes de que pase lo que nos dice San Lucas que pasó y que recoge el texto de hoy, aquella joven María había dicho que sí a Dios. El caso es que, una vez supo que su prima Isabel estaba embarazada de seis meses y siendo ella ya persona de edad, no lo duda lo más mínimo y va a echarle una mano.

El caso es que el encuentro entre María e Isabel no fue un encuentro cualquiera. Y es que la segunda sabe que la Virgen María está embarazada del Mesías y exulta de alegría.

Sin embargo, hubo alguien que también se alegró mucho de que el Mesías estuviera tan cerca de Él. Y es a quien luego llamarían Juan y quien anunciaría le llegada del Enviado de Dios.

 

JESÚS, gracias por haber escogido a María como Madre.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

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