26 de diciembre de 2021

Y todo se cumplió


Lc 2, 22-35.39-40

 

“22 Cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, 23 como está escrito en la Ley del Señor: = Todo varón primogénito será consagrado al Señor = 24 y para ofrecer en sacrificio = un par de tórtolas o dos pichones =, conforme a lo que se dice en la Ley del Señor. 25 Y he aquí que había en Jerusalén un hombre llamado Simeón; este hombre era justo y piadoso, y esperaba la consolación de Israel; y estaba en él el Espíritu Santo. 26 Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de haber visto al Cristo del Señor. 27 Movido por el Espíritu, vino al Templo; y cuando los padres introdujeron al niño Jesús, para cumplir lo que la Ley prescribía sobre él, 28 le tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: 29 ‘Ahora, Señor, puedes, según tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz; 30 porque han visto mis ojos tu salvación, 31 la que has preparado a la vista de todos los pueblos, 32 luz para iluminar a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel.’ 33 Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de él. 34 Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: ‘Este está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción - 35 ¡y a ti misma una espada te atravesará el alma! - a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones.’ 39 Así que cumplieron todas las cosas según la Ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. 40 El niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría; y la gracia de Dios estaba sobre él”.

  

COMENTARIO

 

La Ley y la Sagrada Familia

Ciertamente, podemos decir sin temor a equivocarnos, que la Sagrada Familia cumplía con la Ley en todo momento y nada más lejos de la realidad que no lo hiciera. Por eso acuden al Templo en forma y según lo establecido.

  

Simeón

Aquel anciano había tenido, seguramente, una revelación del Espíritu Santo que había escuchado en su corazón. Por eso sabe que aquel Niño es el Mesías enviado por Dios al mundo y por eso sabe, también, lo que le dice a la Virgen María.

 Lo que ha de venir

Lo que anuncia Simeón a María es seguro que lo guardó la Madre de Dios en su corazón y ahí lo llevó durante toda la vida en el mundo de Jesucristo. Por eso, también es seguro, que cuando pasó todo lo que pasó no se extrañó para nada sino que confirmó, entonces, que todo lo dicho por Simeón era cierto y verdad.

  

JESÚS,  gracias por cumplir siempre con la Voluntad de Dios.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

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