9 de abril de 2021

Confirmar en la fe

Jn 21, 3-14


"3 Simón Pedro les dice: 'Voy a pescar.' Le contestan ellos: 'También nosotros vamos contigo'. Fueron y subieron a la barca, pero aquella noche no pescaron nada. 4 Cuando ya amaneció, estaba Jesús en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús. 5 Díceles Jesús: 'Muchachos, ¿no tenéis pescado?' Le contestaron: 'No' 6 El les dijo: 'Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis.» La echaron, pues, y ya no podían arrastrarla por la abundancia de peces. 7 El discípulo a quien Jesús amaba dice entonces a Pedro: 'Es el Señor', se puso el vestido - pues estaba desnudo - y se lanzó al mar. 8 Los demás discípulos vinieron en la barca, arrastrando la red con los peces; pues no distaban mucho de tierra, sino unos doscientos codos.  9 Nada más saltar a tierra, ven preparadas unas brasas y un pez sobre ellas y pan. 10 Díceles Jesús: 'Traed algunos de los peces que acabáis de pescar.' 11 Subió Simón Pedro y sacó la red a tierra, llena de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y, aun siendo tantos, no se rompió la red. 12 Jesús les dice: 'Venid y comed.' Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: '¿Quién eres tú?', sabiendo que era el Señor. 13 Viene entonces Jesús, toma el pan y se lo da; y de igual modo el pez. 14 Esta fue ya la tercera vez que Jesús se manifestó a los discípulos después de resucitar de entre los muertos."


COMENTARIO

Es necesario entender el comportamiento de los Apóstoles. Ellos, que han visto cómo ha muerto su Señor y Maestro quieren volver a la vida ordinaria, a la que llevaban antes de conocerlo. Y vuelven a la pesca, de la que casi todos formaban parte antes de todo.

Cuando Cristo se les aparece por tercera vez saben que no deben preguntarle si es Él. Ciertamente, sería muy difícil aceptar que aún no le reconocieran después de habérseles aparecido ya dos veces. Y callan.

Cristo, sin embargo, como conoce sus corazones, quiere confirmarlos en la fe y les pide comida. Y es que así podrán comprobar que no se trata de un fantasma sino de su Maestro, en cuerpo y alma, allí presente. Y ellos, queremos pensar, comprenden ahora más cosas.




JESÚS, gracias por querer que tus Apóstoles lo comprendiesen todo por muy difícil que fuera la cosa.



Eleuterio Fernández Guzmán

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