13 de septiembre de 2018

Ama y haz el bien sin mirar a quien




Lc 6, 27-38

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: ‘Yo os digo a los que me escucháis: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os odien, bendecid a los que os maldigan, rogad por los que os difamen. Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite el manto, no le niegues la túnica. A todo el que te pida, da, y al que tome lo tuyo, no se lo reclames. Y lo que queráis que os hagan los hombres, hacédselo vosotros igualmente. Si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Pues también los pecadores aman a los que les aman. Si hacéis bien a los que os lo hacen a vosotros, ¿qué mérito tenéis? ¡También los pecadores hacen otro tanto! Si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a los pecadores para recibir lo correspondiente. Más bien, amad a vuestros enemigos; haced el bien, y prestad sin esperar nada a cambio; y vuestra recompensa será grande, y seréis hijos del Altísimo, porque Él es bueno con los ingratos y los perversos. 

‘Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo. No juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados. Dad y se os dará; una medida buena, apretada, remecida, rebosante pondrán en el halda de vuestros vestidos. Porque con la medida con que midáis se os medirá’”.


COMENTARIO

El amor. Tal expresión de la misericordia de Dios quiere el Creador que sea reflejada en nuestras vidas a través de un corazón tierno, limpio. Jesús, por eso mismo, se manifestó en tal sentido y dio ejemplo de lo bueno y mejor que debemos hacer.

Es expresión hacer de eso hacer el bien. Sin embargo Jesús va más lejos y no se queda en la superficie de las cosas. Por eso pide a amar a los enemigos. Se obtiene, así, una gran recompensa porque el Creador quiere que amor entre todos sus hijos que somos todos.

También hay que ser compasivo y no juzgar y no condenar y perdonar… Jesús, como se puede apreciar en este texto del evangelio de San Lucas, pone el listón muy alto para sus discípulos. Y es que, en efecto, según hagamos así seremos juzgados por Dios.




JESÚS, lo que nos dices siempre es por nuestro bien. Ayúdanos a escucharte y, luego, a reflejar lo que escuchamos en nuestra vida ordinaria.

Eleuterio Fernández Guzmán


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