Lc 9,22-25
Jesús dijo a sus discípulos:
“El Hijo del hombre debe sufrir mucho, ser rechazado por los
ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser condenado a muerte y
resucitar al tercer día”.
Después dijo a todos: “El que quiere venir detrás de mí, que
renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz cada día y me siga. Porque el que
quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la salvará.
¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si se pierde o se arruina a
sí mismo?”
COMENTARIO
La
verdad es que escuchar las palabras que el Hijo de Dios dijo aquel día no debió
ser fácil para sus discípulos y, menos aún, para sus Apóstoles. Sin embargo,
era lo que tenía que pasar y pasó.
Sin
embargo, además de esto Jesucristo dice algo que es muy importante. Y es que
habla de la cruz que cada uno llevamos y que debemos cargar para seguirlo a Él,
que también llevará la suya.
No
vale ganar el mundo si a cambio de eso se pierde el alma. Y es que, como
podemos imaginar y siendo el alma la parte de nuestro se que no muerte al morir
el cuerpo…no es nada descabellado pensar que no es nada bueno perder el alma
para ganar algo del mundo que tan traidor es.
JESÚS, gracias por
decir las cosas como deben ser dichas.
Eleuterio Fernández
Guzmán
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