Lc 2, 13-22
"Cuando se acercaba la Pascua de los judíos, Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas en sus puestos. Haciendo un látigo con cuerdas, echó a todos fuera del Templo, con las ovejas y los bueyes; desparramó el dinero de los cambistas y les volcó las mesas; y dijo a los que vendían palomas: 'Quitad esto de aquí. No hagáis de la Casa de mi Padre una casa de mercado'. Sus discípulos se acordaron de que estaba escrito: El celo por tu Casa me devorará.
Los judíos entonces le replicaron diciéndole: 'Qué señal nos muestras para obrar así?'. Jesús les respondió: 'Destruid este templo y en tres días lo levantaré'. Los judíos le contestaron: 'Cuarenta y seis años se han tardado en construir este Santuario, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?'. Pero Él hablaba del Santuario de su cuerpo. Cuando resucitó, pues, de entre los muertos, se acordaron sus discípulos de que había dicho eso, y creyeron en la Escritura y en las palabras que había dicho Jesús."
Los judíos entonces le replicaron diciéndole: 'Qué señal nos muestras para obrar así?'. Jesús les respondió: 'Destruid este templo y en tres días lo levantaré'. Los judíos le contestaron: 'Cuarenta y seis años se han tardado en construir este Santuario, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?'. Pero Él hablaba del Santuario de su cuerpo. Cuando resucitó, pues, de entre los muertos, se acordaron sus discípulos de que había dicho eso, y creyeron en la Escritura y en las palabras que había dicho Jesús."
COMENTARIO
Ciertamente, el texto del Evangelio de San Lucas que nos ofrece el Calendario Litúrgico de hoy muestra hasta dónde se puede llegar si no es capaz de entender a Dios mismo y, así, a su Hijo Jesucristo.
Cuando Jesucristo muestra un enfado tan grande como para echar a los que están negociando, casi o si casi, con la fe, lo hace porque, en efecto, el celo que tiene por la Casa de su Padre le devora el corazón y sabe que otra cosa no puede hacer.
En realidad, es cierto que nosotros sabemos lo que pasó, precisamente, en 3 días tras la muerte del Hijo de Dios y estamos seguros que eso era a lo que se refería cuando les dijo lo de la destrucción del Templo. De todas formas, aquellos que le escuchaban, algunos de aquellos, eran más que reacios a tener en cuenta sus palabras...
JESÚS, gracias por comportarte como debías comportarte en un lugar tan santo como el Templo.
Eleuterio Fernández Guzmán
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