Lc 19,41-44
"En aquel tiempo, Jesús, al
acercarse a Jerusalén y ver la ciudad, lloró por ella, diciendo: '¡Si también
tú conocieras en este día el mensaje de paz! Pero ahora ha quedado oculto a tus
ojos. Porque vendrán días sobre ti, en que tus enemigos te rodearán de
empalizadas, te cercarán y te apretarán por todas partes, y te estrellarán
contra el suelo a ti y a tus hijos que estén dentro de ti, y no dejarán en ti
piedra sobre piedra, porque no has conocido el tiempo de tu visita'".
COMENTARIO
Desde que Dios le dijo a Abrahám que
dejara todo lo suyo y siguiera por el camino que le diría, el pueblo escogido
por el Creador para ser el suyo, había estado esperando la llegada del Mesías
que tenía que liberarlo de tantas miserias humanas como estaban pasando.
Llegó Jesús al mundo pero el pueblo no
lo recibió. Algunos, sin embargo, sí creyeron en Él y se salvaron pero la gran
mayoría hizo caso omiso a sus santas palabras y advertencias.
Jesús llora porque sabe lo que va a
pasar con Jerusalén, la ciudad santa. Se entristece porque, a sabiendas de lo
que va a pasar, parece que nada puede hacer para evitarlo salvo predicar y que
algunos se salven de la muerte eterna.
JESÚS, lloras por tu pueblo porque lo amas.
Ayúdanos a no estar ciegos ante tus palabras.
Eleuterio Fernández Guzmán
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