24 de noviembre de 2017

El celo por la Casa de Dios


Lc 19, 45-48

45 Entrando en el Templo, comenzó a echar fuera a los que vendían, 46 diciéndoles: 'Está escrito: mi Casa será Casa de oración. ¡Pero vosotros la habéis hecho una cueva de bandidos!'

47 Enseñaba todos los días en el Templo. Por su parte, los sumos sacerdotes, los escribas y también los notables del pueblo buscaban matarle, 48 pero no encontraban qué podrían hacer, porque todo el pueblo le oía pendiente de sus labios.”


COMENTARIO

Que Jesús fuera al Templo no era nada extraño sino, al contrario, la cosa más normal del mundo. Y que hubiera ido muchas veces antes de la que ahora recoge el Evangelio de San Lucas era de esperar. Por eso pasó lo que pasó.

El Hijo de Dios acabó cansándose de lo que veía en el Templo. Y es que, en vez de hacer de la Casa de Dios una que lo era de oración habían hecho de la misma una de latrocinio. Y es que aprovechaban sus instalaciones para negociar con las cosas de Dios.

Aquello que había hecho Jesús, la expulsión de los cambistas y negociantes, había empezado a preocupar a más de uno de los que se aprovechaban de tales negocios. Por eso buscaban matarle; por eso.

JESÚS, ayúdanos a pedir perdón por nuestros pecados.


Eleuterio Fernández Guzmán

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