3 de octubre de 2013

Fortaleza se nos requiere





Jueves XXVI del tiempo ordinario
Lc 10,1-12

En aquel tiempo, el Señor designó a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos delante de sí, a todas las ciudades y sitios a donde él había de ir. Y les dijo: ‘La mies es mucha, y los obreros pocos. Rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies. Id; mirad que os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias. Y no saludéis a nadie en el camino.

‘En la casa en que entréis, decid primero: ‘Paz a esta casa’. Y si hubiere allí un hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; si no, se volverá a vosotros. Permaneced en la misma casa, comiendo y bebiendo lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No vayáis de casa en casa. En la ciudad en que entréis y os reciban, comed lo que os pongan; curad los enfermos que haya en ella, y decidles: ‘El Reino de Dios está cerca de vosotros’. 

‘En la ciudad en que entréis y no os reciban, salid a sus plazas y decid: ‘Hasta el polvo de vuestra ciudad que se nos ha pegado a los pies, os lo sacudimos. Pero sabed, con todo, que el Reino de Dios está cerca’. Os digo que en aquel día habrá menos rigor para Sodoma que para aquella ciudad’”.

COMENTARIO


Jesús envío un grupo de sus discípulos para que anunciaran la Buena Noticia según la cual Dios había enviado al Mesías para que el mundo se salvase. Y les pone sobre la pista de que van a encontrarse en un mundo difícil para ellos.

Jesús les aconseja acerca de cómo debe actuar: su misión es evangelizar pero no obligar a nadie a que se evangelice. Por eso se han de limitar a proponer la buena Noticia y a ser aceptados allí donde fueran aceptados.

Pero, incluso en aquellos lugares que no fuesen recibidos por sus habitantes tenían que comunica que también para ellos estaba ya, entre ellos, el Reino de Dios. Aunque no por eso tendrían un castigo menor que el que se merece quien, sabiendo que ha llegado el Mesías, lo desprecia.



JESÚS, cuando envías a los tuyos a evangelizar sabes que no lo van a tener nada fácil porque el mundo también te persiguió a Ti. Ayúdanos a tener fortaleza en la evangelización.





Eleuterio Fernández Guzmán



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