13 de abril de 2021

Cristo se ha de entregar por sus hermanos

Jn 3, 5a.7b-15

 “5 Respondió Jesús: ‘En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios. Tenéis que nacer de lo alto. 8 El viento sopla donde quiere, y oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que nace del Espíritu.’ 9 Respondió Nicodemo: ‘¿Cómo puede ser eso?’ 10 Jesús le respondió: ‘Tú eres maestro en Israel y ¿no sabes estas cosas? 11 ‘En verdad, en verdad te digo: nosotros hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero vosotros no aceptáis nuestro testimonio. 12 Si al deciros cosas de la tierra, no creéis, ¿cómo vais a creer si os digo cosas del cielo? 13 Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. 14 Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, 15 para que todo el que crea tenga por él vida eterna.”

 

 

COMENTARIO

 

Cristo sigue de conversación con Nicodemo que, como discípulo del Hijo de Dios, quiere aprender todo lo que pueda. Y es que hay mucho que no acaba de comprender. Por eso pregunta.

 

Cristo le afea la conducta a Nicodemo pues, siendo maestro de Israel parece que no lo acaba de comprender lo que le dice su Maestro. Por eso continúa Jesucristo.

 

Al final de este texto bíblico, Jesucristo pone sobre la mesa una verdad que sólo Él sabe: va a morir de una forma bien determinada y, entonces, su muerte servirá para que todo aquel que crea en Él se salve.

 

JESÚS, gracias por ayudarnos a comprender.

 

 

Eleuterio Fernández Guzmán

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