Jn 3, 31-36
"El que viene de lo alto está por encima de todos. El que es de la tierra pertenece a la tierra y habla de la tierra.
El que vino del cielo está por encima de todo. Él da testimonio de lo que ha visto y oído, pero nadie recibe su testimonio.
El que recibe su testimonio certifica que Dios es veraz. El que Dios envió dice las palabras de Dios, porque Dios le da el Espíritu sin medida. El Padre ama al Hijo y ha puesto todo en sus manos.
El que cree en el Hijo tiene Vida eterna. El que se niega a creer en el Hijo no verá la Vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él."
COMENTARIO
Bien se nos dice en este Evangelio de San Juan qué somos y a qué debemos atenernos. En realidad, no es que se nos diga nada nuevo que no sepamos pero, al parecer, es necesario que nos lo recuerden: nosotros estamos aquí, ahora, y ahora somos de la tierra aún siendo del Cielo.
Es cierto y verdad lo que aquí se nos dice. Y es que sólo Quien ha venido del Cielo puede dar testimonio, ser testigo, de qué es el Cielo y de Quién está en el Cielo. Y sólo Cristo, el Hijo de Dios, ha venido del Cielo y sabe de lo que habla, de lo que nos habla.
Y algo que aquí es fundamental: creer en el Hijo de Dios tiene, por así decirlo, un gran regalo: la vida eterna. Y se nos dice de forma que no podamos decir que no entendemos: creer o no creer, así de sencillo y de simple.
JESÚS, gracias por haber venido al mundo a salvarnos.
Eleuterio Fernández Guzmán
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