8 de enero de 2020

Pronunció la bendición

Mc 6, 34-44
"Y al desembarcar, vio mucha gente, sintió compasión de ellos, pues estaban como ovejas que no tienen pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas. Era ya una hora muy avanzada cuando se le acercaron sus discípulos y le dijeron: 'El lugar está deshabitado y ya es hora avanzada. Despídelos para que vayan a las aldeas y pueblos del contorno a comprarse de comer.' Él les contestó: 'Dadles vosotros de comer.' Ellos le dicen: '¿Vamos nosotros a comprar doscientos denarios de pan para darles de comer?' Él les dice: ''¿Cuántos panes tenéis? Id a ver.' Después de haberse cerciorado, le dicen: 'Cinco, y dos peces.' Entonces les mandó que se acomodaran todos por grupos sobre la verde hierba. Y se acomodaron por grupos de cien y de cincuenta. Y tomando los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y los iba dando a los discípulos para que se los fueran sirviendo. También repartió entre todos los dos peces. Comieron todos y se saciaron. Y recogieron las sobras, doce canastos llenos y también lo de los peces. Los que comieron los panes fueron cinco mil hombres."
COMENTARIO

Es bien cierto que este milagro suscita no pocas controvertidas versiones. Y es que hay quien no cree que, en realidad, lo fuera sino que, simplemente, como muchos de los allí presentes vieron que había quien repartía lo suyo… ellos hicieron lo mismo.
Es de pensar que aquella multitud no se había llevado comida ni nada por el estilo para seguir a su Maestro. Simplemente… lo seguían. Y por eso mismo el Hijo de Dios sintió lástima de tantos que le seguían y no tenían qué comer.
Entonces pronunció la bendición. Es decir, antes de dar de comer a miles de personas se dirigió a Dios, su Padre y el nuestro, para que hiciera posible aquello. Y, pese a quien pese, fue capaz de hacer lo que hizo Él y sólo Él.

JESÚS, gracias por ser misericordioso.

Eleuterio Fernández Guzmán

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