11 de diciembre de 2016

Sobre el Bautista

Domingo III de Adviento – Ciclo A
Mt 11,2-11

En aquel tiempo, Juan, que en la cárcel había oído hablar de las obras de Cristo, envió a sus discípulos a decirle: ‘¿Eres tú el que ha de venir, o debemos esperar a otro?’. Jesús les respondió: ‘Id y contad a Juan lo que oís y veis: los ciegos ven y los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos resucitan y se anuncia a los pobres la Buena Nueva; ¡y dichoso aquel que no halle escándalo en mí!’. 

Cuando éstos se marchaban, se puso Jesús a hablar de Juan a la gente: ‘¿Qué salisteis a ver en el desierto? ¿Una caña agitada por el viento? ¿Qué salisteis a ver, si no? ¿Un hombre elegantemente vestido? ¡No! Los que visten con elegancia están en los palacios de los reyes. Entonces, ¿a qué salisteis? ¿A ver un profeta? Sí, os digo, y más que un profeta. Éste es de quien está escrito: ‘He aquí que yo envío mi mensajero delante de ti, que preparará por delante tu camino’. En verdad os digo que no ha surgido entre los nacidos de mujer uno mayor que Juan el Bautista; sin embargo, el más pequeño en el Reino de los Cielos es mayor que él’”.

COMENTARIO

La labor de Juan Bautista había tenido tanto éxito para la misión que tenía encomendada que no tardó en ser detenido por los poderosos. Y es que a lo largo de la historia del pueblo judío eso ya había pasado muchas cosas.

Jesús sabe que su primo Juan es una persona muy especial. Por supuesto que sabe que tiene una misión que cumplir y que, con su bautizo, la culminó. Por eso nada debe extrañarse de su detención.

Juan es, por eso mismo, muy importante. Sin embargo, el Hijo de Dios, que sabe más que el común de las personas, dice que es el más pequeño en el Reino de los Cielos. ¿Cómo ha de ser la actitud del resto de hijos de Dios?

JESÚS, ayúdanos a ser fieles como tu primo Juan lo fue.




Eleuterio Fernández Guzmán

No hay comentarios:

Publicar un comentario