27 de mayo de 2016

La fortaleza de la fe

Viernes VIII del tiempo ordinario

Mc 11,11-25

En aquel tiempo, después de que la gente lo había aclamado, Jesús entró en Jerusalén, en el Templo. Y después de observar todo a su alrededor, siendo ya tarde, salió con los Doce para Betania. 

Al día siguiente, saliendo ellos de Betania, sintió hambre. Y viendo de lejos una higuera con hojas, fue a ver si encontraba algo en ella; acercándose a ella, no encontró más que hojas; es que no era tiempo de higos. Entonces le dijo: ‘¡Que nunca jamás coma nadie fruto de ti!’. Y sus discípulos oían esto. 
Llegan a Jerusalén; y entrando en el Templo, comenzó a echar fuera a los que vendían y a los que compraban en el Templo; volcó las mesas de los cambistas y los puestos de los vendedores de palomas y no permitía que nadie transportase cosas por el Templo. Y les enseñaba, diciéndoles: ‘¿No está escrito: ‘Mi Casa será llamada Casa de oración para todas las gentes?’.¡Pero vosotros la tenéis hecha una cueva de bandidos!’. Se enteraron de esto los sumos sacerdotes y los escribas y buscaban cómo podrían matarle; porque le tenían miedo, pues toda la gente estaba asombrada de su doctrina. Y al atardecer, salía fuera de la ciudad. 

Al pasar muy de mañana, vieron la higuera, que estaba seca hasta la raíz. Pedro, recordándolo, le dice: ‘¡Rabbí, mira!, la higuera que maldijiste está seca’. Jesús les respondió: ‘Tened fe en Dios. Yo os aseguro que quien diga a este monte: ‘Quítate y arrójate al mar’ y no vacile en su corazón sino que crea que va a suceder lo que dice, lo obtendrá. Por eso os digo: todo cuanto pidáis en la oración, creed que ya lo habéis recibido y lo obtendréis. Y cuando os pongáis de pie para orar, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre, que está en los cielos, os perdone vuestras ofensas’.

COMENTARIO


Lo que pasa que nos dice este texto es, verdaderamente significativo. Jesús da muestras de qué se puede hacer si se tiene fe. Y el caso de aquella higuera es bien determinante a tal respecto. Quien tiene fe puede hacer cosas como ésa.

Jesús había venido al mundo a hacer cumplirla Ley de Dios. Y sabía que muchos la habían alterado de tal manera que era irreconocible atendiendo a lo que el Todopoderoso había establecido. Y echar del Templo a los cambistas era una forma muy expresiva de decir que así no se podían hacer las cosas.

Pero había más. Y es que el Hijo de Dios sabía que con fe todo se podía alcanzar. Pero la fe debía expresarse en las circunstancias ordinarias de la vida. Es decir, no valía dirigirse a Dios pero tener el corazón sucio.


JESÚS,  ayúdanos a llevar a nuestro corazón la verdadera Ley de Dios.



Eleuterio Fernández Guzmán

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