30 de agosto de 2013

Nos conviene estar preparados





Viernes XXI del tiempo ordinario
Mt 25,1-13

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: ‘El Reino de los Cielos será semejante a diez vírgenes, que, con su lámpara en la mano, salieron al encuentro del novio. Cinco de ellas eran necias, y cinco prudentes. Las necias, en efecto, al tomar sus lámparas, no se proveyeron de aceite; las prudentes, en cambio, junto con sus lámparas tomaron aceite en las alcuzas. Como el novio tardara, se adormilaron todas y se durmieron. Mas a media noche se oyó un grito: ‘¡Ya está aquí el novio! ¡Salid a su encuentro!’. Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron y arreglaron sus lámparas. Y las necias dijeron a las prudentes: ‘Dadnos de vuestro aceite, que nuestras lámparas se apagan’. Pero las prudentes replicaron: ‘No, no sea que no alcance para nosotras y para vosotras; es mejor que vayáis donde los vendedores y os lo compréis’. Mientras iban a comprarlo, llegó el novio, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de boda, y se cerró la puerta. Más tarde llegaron las otras vírgenes diciendo: ‘¡Señor, señor, ábrenos!’. Pero él respondió: ‘En verdad os digo que no os conozco’. Velad, pues, porque no sabéis ni el día ni la hora’”.


COMENTARIO


Saber qué somos

Aquellas personas que estamos bautizadas sabemos que somos hijos de Dios y que, por eso mismo, no podemos actuar como quien dice que no lo es o como quien está convencido de que no lo es.

Tener en cuenta lo que nos conviene

Antes que nada, aquello que sabemos es nuestro afán es encontrarnos, cuando Dios quiera, en su definitivo Reino y gozar de la vida eterna. Otra cosa no debería interesarnos y, por tanto, deberíamos olvidarnos de acumular en este mundo donde, como sabemos, muchas clases de polillas lo corroen todo.


Estar preparados

Jesús sabe que en cualquier momento podemos ser llamados por Dios para comparecer ante su tribunal. Por eso debemos estar preparados y no hacer como aquellas mujeres necias que confiaron su realidad a la situación de otras mujeres. A cada cual nos corresponde cuidar nuestro corazón y nuestra alma.



JESÚS,  sabes que es muy importante que estemos preparados para alcanzar la vida eterna. Ayúdanos a no caer en la tentación de creer que eso no es importante para nosotros.





Eleuterio Fernández Guzmán


No hay comentarios:

Publicar un comentario